Circunferencia de cintura en cuatro sitios y su relación con indicadores
de obesidad en escolares de 6 a 11 años
Measurement of waist circumference at four sites and its relationship
with obesity indicators in children of 6 to 11 years
Luis Flores-Olivares,
Lidia G. De-León*, Brenda Jiménez-Ponce, Briseidy Ortíz-Rodríguez
*Correspondencia:
gdeleon@uach.mx/Fecha de recepción: 14 de diciembre de 2017/Fecha de
aceptación: 11 de junio de 2018/Fecha de publicación: 31 de enero de 2019
Universidad Autónoma
de Chihuahua, Facultad de Ciencias de la Cultura Física, Circuito Universitario
Campus 2 Fracc. Campo Bello, Chihuahua, Chihuahua, México, C. P. 31124
RESUMEN
La
circunferencia de cintura abdominal (CC) se utiliza para evaluar obesidad
infantil; para su medición, se emplean diferentes lugares pero aún no se ha
demostrado la similitud o diferencia entre los valores obtenidos en cada zona.
El objetivo de este trabajo fue identificar el sitio de medición de la CC que
mejor determine obesidad infantil, contrastada con indicadores de obesidad. Se
midió la CC en cuatro lugares: 1) circunferencia mínima (CM); 2) circunferencia
umbilical (CU); 3) circunferencia en el punto medio (CPM); y 4) circunferencia
por arriba del borde superior de la cresta ilíaca (CCI); se determinaron la
endomorfia (Endo), la suma proporcional de seis pliegues (SP6P) y el índice de
masa corporal (IMC), como indicadores de sobrepeso u obesidad en 107 escolares
de 6 a 11 años de edad. En niñas la CCI fue más alta que CM y CPM (P = 0.001 y
0.049 respectivamente) y CU mayor que CM (P = 0.025). Todos los sitios de
medición de CC correlacionaron bien con los indicadores de obesidad (P =
0.001). La CCI fue el mejor lugar de medición de la CC para predecir sobrepeso
u obesidad representada por Endo, SP6P e IMC (P = 0.001), por lo que es el
sitio que mejor predice obesidad en edad escolar y parece evidenciar la
presencia de dimorfismo sexual en niñas; debido a ello, los sitios de medición
de circunferencia de cintura no deben ser intercambiables, ya que esta
identificación ayudaría a generar un mejor diagnóstico de obesidad y riesgo
cardiometabólico en niños y niñas en etapa de la pubertad.
PALABRAS CLAVE: circunferencia de cintura, obesidad
infantil, antropometría, escolares.
ABSTRACT
Waist
circumference (WC) is used in the assessment of childhood obesity, however
different measurement areas are used, and the similarity or difference between
the values of each area has not yet been demonstrated. The aim of this research
was to identify the WC area that can best determine childhood obesity,
contrasting it with indicators of obesity in children. WC was measured in four
different areas: 1) minimum circumference (MC); 2) umbilical circumference
(UC); 3) midpoint circumference (MPC); and 4) circumference just above the
iliac crest (ICC). Endomorphy (Endo), proportional sum of six skinfolds (PSSS)
and body mass index (BMI) were measured as over-weight and obesity indicators
in 107 children from 6 to 11 years old. ICC was higher than MC and MPC in girls
(P = 0.001 y 0.049 respectively); also UC was higher than MC (P = 0.025) in
this group. All measurement areas correlated well with obesity indicators (P =
0.001). The ICC was best measurement area to predict adiposity represented by
Endo, PSSS and IMC in school age girls and boys (P = 0.001) and seems to
evidence the sexual dimorphism in girls. Therefore, measurement areas must not
be taken interchangeably since this identification would help to generate a
better diagnosis of obesity and metabolic risk in boys and girls during
puberty.
KEYWORDS: waist circumference, childhood obe-
sity, anthropometry, children.
INTRODUCCIÓN
Debido a su
alta correlación con la grasa abdominal (subcutánea y visceral) y con la grasa corporal
total, la circunferencia de cintura (CC) se ha utilizado en las últimas décadas
como uno de los mejores indicadores de obesidad infantil (Verweij y col., 2013;
Wang y col., 2003); es por ello que, resulta una medida importante en la
prevención, diagnóstico y tratamiento de la obesidad, en esa etapa de la vida.
Su uso en la identificación de esta patología ha resultado de gran utilidad y
precisión, particularmente en niños y adolescentes, incluso mayor que el índice
de masa corporal (IMC), comúnmente empleado (Brambilla y col., 2013; Griffiths
y col., 2013; Wimonpeerapattana y Yamborisut, 2013). Se ha observado que con
frecuencia se reporta bajo IMC en niños con obesidad abdominal, por lo que es
recomendable complementar este parámetro con la medición de CC en la práctica
clínica (Schröder y col., 2014). La CC es un auxiliar importante en la
predicción del riesgo cardiovascular asociado a la obesidad infantil (Spolidoro
y col., 2013). Existen estudios que muestran cómo la CC por sí sola o ajustada
por la estatura, es un buen indicador de enfermedad cardiovascular y de
hiperglucemia (López-González y col., 2016; Ma y col., 2016). Por su parte, la
Organización Mundial de la Salud (OMS, 2011) recomienda el uso de la CC, como
una medición práctica, para definir adecuadamente la obesidad e identificar mejor
los factores de riesgo cardiometabólico.
En la
literatura existe una amplia variedad de protocolos para medir la CC, de hecho,
han sido documentados consistentemente al menos ocho lugares anatómicos
diferentes (Wang y col., 2003; Fernández y col., 2004; Eisenmann, 2005;
Sant’Anna y col., 2009; Klünder-Klünder y Flores-Huerta, 2011; Shi, 2016).
Agarwal y col. (2009), registraron diferencias en los valores de CC entre 11
sitios de medición, debido a la localización anatómica, la postura y la fase de
respiración.
La OMS (2011),
recomienda medir la CC en el punto medio de la zona abdominal, entre el margen
inferior de la décima costilla y el borde superior de la cresta ilíaca. La
Sociedad Internacional para el Avance de la Cineantropometría (ISAK, por sus
siglas en inglés: International Society for the Advancement of Kinanthropometry),
sugiere realizar la medición en el perímetro mínimo visible (Stewart y col.,
2011); mientras que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de
los Estados Unidos de América (CDC, por sus siglas en inglés: Centers for
Disease Control and Prevention) recomienda medir justo por encima del borde
superior de la cresta iliaca (Fryar y col., 2016). La variabilidad en las
diferentes zonas puede ser un problema, ya que en cada una de ellas se obtiene
distinto valor (Monzani y col., 2016).
En 2008, un
panel de expertos en obesidad revisó 120 estudios, y las zonas más comunes que
se encontraron, fueron la circunferencia de cintura mínima (CM) (33 %), la
circunferencia umbilical (CU) (27 %), y la circunferencia en el punto medio
(CPM) (26 %); concluyeron que la metodología empleada para medir la CC no
influye en la asociación que guarda con enfermedades cardiovasculares y metabólicas
(Ross y col., 2008).
Uno de los
primeros estudios en analizar los distintos protocolos de medición de CC fue llevado
a cabo por Wang y col. (2003), quienes hallaron diferencias entre los valores
de las zonas de medición, sin embargo, todas ellas presentaron alta correlación
con la grasa corporal total y la grasa del tronco en niños y adultos de ambos
géneros.
Una revisión
sistemática, llevada a cabo en adultos, mostró que la CPM es la que más
correlacionó con el porcentaje de grasa corporal y la grasa visceral (Shi y
col., 2016). En otro estudio, la circunferencia por arriba del borde superior
de la cresta ilíaca (CCI) fue la medida que guardó mayor asociación con los
pliegues del tríceps y subescapular (Sarli y Shariatpanahi, 2016). No obstante,
otros autores han reportado que la medición de la CU tiene mejor relación con
la detección de sobrepeso y obesidad general y abdominal en jóvenes adultos
(De-Oliveira y col., 2014).
Debido a la
variedad de resultados, es importante esclarecer cuál de esos sitios de
medición de la CC presenta mayor exactitud y precisión en la detección de
obesidad abdominal, con el fin de unificarlo y estandarizarlo (Klünder-Klünder
y Flores-Huerta, 2011).
En niños y
adolescentes, la evidencia es más limitada. En las niñas, se han documentado
mayores diferencias entre las zonas de medición que en los niños (Yang y Wang,
2017), pero la CCI es el sitio que muestra el valor más alto de todos los que
se han medido, en ambos géneros (Johnson y col., 2010; PatryParisien y col.,
2012). Sin embargo, estas diferencias que existen, entre las zonas de medición,
no parecen afectar su asociación con la grasa corporal total y la grasa
visceral (Harrington y col., 2013; Yang y Wang, 2017), aunque aún es escasa la
literatura publicada, como para indicar una evidencia concreta.
Por otra parte,
la prevalencia de obesidad en niños y adolescentes, con base en la CC, puede
variar considerablemente, en función del sitio donde fue medida y acorde a la
tabla de referencia utilizada (Eisenmann, 2005). En un reciente estudio, se
registró que la clasificación de obesidad, a partir de distintas tablas de
referencia para la CC, puede generar una variación desde el 9 % hasta el 61 %
(Monzani y col., 2016).
Rudolf y col.
(2007), midieron la CC en tres diferentes zonas, en niños con peso normal y
sobrepeso, y los clasificaron usando tablas de referencia propuestas por
McCarthy y col. (2001), quienes midieron la CPM; estos autores encontraron
diferencias en la clasificación entre las distintas mediciones, por lo que
indicaron que las tablas de referencia de CC no deben ser intercambiables entre
diferentes protocolos de medición (Hitze y col., 2008).
El objetivo del
presente estudio fue determinar el sitio de circunferencia de cintura abdominal
que mejor se asocie con indicadores de obesidad, contrastando cuatro zonas de
medición contra la endomorfia, la suma proporcional de seis pliegues y el
índice de masa corporal, en escolares de 6 a 11 años de edad.
MATERIALES Y MÉTODOS
El presente
trabajo forma parte de un proyecto en escolares, aprobado por el Comité de
Ética e Investigación del Hospital Central del Estado de Chihuahua y la
Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua, con el registro
A-/104/2013. Se realizó un estudio de tipo no experimental, transversal y
correlacional.
Sujetos
Se obtuvo una
muestra de 107 escolares, 48 niños y 59 niñas, con una edad promedio de 9.2 ±
1.7 años y 9.5 ± 1.5 años, respectivamente. Todos otorgaron su asentimiento de
participación voluntaria y se obtuvo la firma del consentimiento informado por
sus padres o tutores.
Variables antropométricas
Se midió el
perfil restringido de acuerdo a los lineamientos técnicos de la Sociedad
Internacional para el Avance de la Cineantropometría (ISAK, por sus siglas en
inglés: International Society for the Advancement of Kinanthropometry) (Stewart
y col., 2011). Se utilizó una báscula Healt-o-meter modelo BFM 580-01
(Shanghai, China) con una sensibilidad de 0.1 kg, para medir la masa corporal;
una cinta antropométrica marca Lufkin (Maryland, Estados Unidos de América)
adosada a la pared, con una sensibilidad de 0.1 cm, y una escuadra de madera
para medir estatura; un plicómetro Slim Guide (Blaine, Washington, Unidos de
América), de una sensibilidad de 1 mm para la medición de los pliegues
cutáneos; un antropómetro de ramas cortas Tommy 3, marca Rosscraft (Blaine,
Washington, Estados Unidos de América), para medir los diámetros del húmero y
fémur; y una cinta antropométrica metálica marca Rosscraft (Blaine, Washington,
Estados Unidos de Amé- rica), para la medición de todas las circunferencias.
Estos dos últimos de una sensibilidad de 0.1 cm. Todas las mediciones
presentaron un error técnico de medición menor al 5 % en pliegues y menor al 1
% en el resto de las variables, las cuales fueron determinadas por dos
antropometristas certificados como nivel I por ISAK.
Los cuatro
sitios de medición de la CC fueron: 1) circunferencia mínima (CM), localizada
en la zona abdominal más estrecha (Stewart y col., 2011); 2) circunferencia
umbilical (CU), ubicada a la altura del centro de la cicatriz umbilical
(Eisenmann, 2005); 3) circunferencia en el punto medio (CPM), localizada entre
la última costilla y el borde superior de la cresta ilíaca (OMS, 2011); y 4)
circunferencia medida por arriba del borde superior de la cresta ilíaca (CCI)
(Fernández y col., 2004). Para la medición de cada sitio, el sujeto adoptó una
postura relajada, de pie, con los brazos cruzados en el tórax. La medida se
tomó al final de una espiración normal, sin tensión en la pared abdominal.
Todas las
mediciones de CC fueron ajustadas por la estatura Phantom como medida estándar
univariante (170.18 cm), con el fin de contrarrestar las diferencias en esa
zona por el crecimiento. La fórmula utilizada fue: CC*170.18/estatura (cm)
(Shephard y col., 1985; Ross y Marfell-Jones, 2005).
La endomorfia
(Endo), se obtuvo del somato tipo antropométrico por el método de Heath y
Carter (1967). La suma proporcional de seis pliegues (SP6P) se determinó
sumando los pliegues de tríceps (tri), subescapular (sub), supraespinal (se),
abdominal (abd), muslo anterior (ma) y pierna medial (pm), medidos en
milímetros y dividida por la estatura del niño (cm), ajustada por la estatura
Phantom, de acuerdo a la siguiente fórmula (Ward y col., 1989): SP6P =
(∑tri+sub+se+abd+ma+pm) 170.18/ estatura (cm).
El IMC se
calculó a partir de la fórmula de Quetelet, dividiendo el peso corporal en
kilogramos por la estatura en m2 , de acuerdo a la siguiente fórmula
(Griffiths y col., 2013): IMC = peso corporal (kg)/estatura (m2).
Análisis estadístico
Se realizó un
análisis de normalidad con la prueba de Kolmogorov-Smirnov para identificar la
distribución de las variables, las cuales no se distribuyeron normalmente (P ≤
0.05); por lo que todas las variables fueron reportadas en mediana e intervalo
intercuartil (IIC), entre el 25 y 75 percentil. Se utilizó la prueba de Mann U
Whitney para identificar las diferencias por sexo en las distintas variables;
así como un ANOVA de una vía no paramétrica, mediante la prueba de
KruskalWallis, para determinar las diferencias entre los sitios de medición de
la CC por sexo. Se aplicó una correlación de Spearman entre cada una de las
zonas de medida de la CC con relación a la Endo, la SP6P y el IMC.
Se realizó un
modelo estadístico de regresión lineal múltiple, con el método de backward, para determinar cuál CC tenía
mayor relación con la magnitud adiposa de los escolares evaluados,
identificando la Endo, la SP6P e IMC como indicadores de obesidad.
RESULTADOS
En la Tabla 1
se describen las características antropométricas de la muestra evaluada. No se
encontraron diferencias significativas por género. La comparación entre los
cuatro sitios de medición de CC mostró únicamente diferencias en las niñas
donde la CCI fue mayor que la CM y la CPM (P = 0.001 y P = 0.049,
respectivamente); y la CU resultó mayor que la CM (P = 0.025). No se
encontraron otras diferencias.
Por otra parte,
se detectó una buena correlación de todos los sitios de medición de la CC,
respecto a la Endo, SP6P e IMC, con valores de rho de Spearman por arriba de
0.780 (Tabla 2). Por otra parte, se desarrolló un modelo de regresión múltiple,
utilizando el mé- todo Backward, donde se ingresaron los cuatro sitios de
medición de CC como variables predictoras de los indicadores de obesidad Endo,
SP6P e IMC. En el grupo de los niños, la CCI fue el sitio que mostró mejor
capacidad predictiva para los tres indicadores: IMC (R2 = 0.915, P =
0.001), Endo y SP6P (R2 = 0.905, P = 0.001 en ambas). En las niñas,
la CCI también fue el sitio que mejor predijo la Endo, la SP6P y el IMC (P =
0.001 en todas) con una R2 = 0.882, 0.926 y 0.880 respectivamente
(Tabla 3). En las Figuras 1a y 1b se visualiza la relación de la CCI respecto a
la Endo, SP6P e IMC por sexo.
DISCUSIÓN
Los hallazgos
de la presente investigación evidenciaron a la CCI como el sitio que mejor
predice los indicadores de obesidad representados por Endo, SP6P e IMC en ambos
grupos. De esta manera, se observó la capacidad de la CCI para identificar
indirectamente la grasa corporal (SP6P) y la adiposidad relativa (Endo), lo que
la hace un parámetro de gran utilidad, si se combina con el IMC, que es el
indicador más utilizado actualmente para clasificar obesidad infantil
(Brambilla y col, 2013; Wimonpeerapattana y Yamborisut, 2013).
Aunque hay
pocos estudios que han mostrado las diferencias entre los sitios de medición de
la CC, los resultados de este trabajo son consistentes con Wang y col. (2003),
quienes encontraron que la CCI es la medición que mejor correlacionó con la
grasa corporal total y troncal, medida por absorciometría de rayos X de energía
dual (DEXA, por sus siglas en inglés: Dual energy x-ray absorptiometry); y con
Hitze y col. (2008), quienes hallaron una alta asociación entre la CCI y el
porcentaje de grasa corporal medido por pletismografía, así como una fuerte
relación con lipoproteínas de baja densidad y triglicéridos en niños y
adolescentes.
Harrington y
col. (2013), reportaron que la CCI, la CM y la CU presentaron la misma
correlación con la grasa visceral, en un grupo de edad entre 3 y 19 años. Esto
es importante, debido a que la grasa visceral está asociada con un alto riesgo
cardiovascular y metabólico (Andaki y col., 2012). Sin embargo, es necesario
realizar más estudios en niños y adolescentes para analizar si persisten tales
asociaciones. Por otra parte, no todos los estudios han detectado a la CCI como
la que presenta mayor asociación con la adiposidad. Bosy-Westphal y col.
(2010), observaron en un grupo de niños y adultos, que todas las zonas de CC
están asociadas con la grasa subcutánea y visceral, donde la CC medida
inmediatamente por debajo del margen de la décima costilla, fue la que mejor
correlacionó con la grasa visceral.
Sant´Anna y
col. (2009), identificaron que la CPM muestra mayor asociación con la grasa
corporal total en escolares. Aunque la CPM es el sitio de medición que
recomienda la OMS (2011), éste no toma en cuenta la medición de todo el
delantal de la grasa abdominal, denominado panículo, particularmente en
adolescentes con sobrepeso u obesidad. Sabin y col. (2014), propusieron la CC
panicular (sobre el panículo), en lugar de la CPM, debido a que muestra mayor
relación con la masa grasa, así como con los cambios de peso asociados a la
obesidad en adolescentes.
Estas
discrepancias entre los diversos protocolos de medición de CC y su asociación
con la grasa corporal en niños y adolescentes, también se han documentado en
población adulta (Fujikawa y col., 2012; Ma y col., 2016; Sarli y
Shariatpanahi, 2016). La relación entre la CC y la adiposidad varía dependiendo
del género, etnia y del indicador de adiposidad utilizado (Andaki y col.,
2012). Probablemente esos factores podrían explicar mejor la variabilidad y los
resultados controversiales, en la literatura publicada. Por otro lado, en este
estudio, la CCI mostró el valor más alto de CC únicamente en niñas. Se ha
reportado que la variación en los valores, entre los distintos sitios de
medición, es más evidente precisamente en ellas (Pettitt y col., 2012;
Harrington y col., 2013; Sarli y Shariatpanahi, 2016; Yang y Wang, 2017). Las
diferencias detectadas en el presente trabajo, entre los cuatro protocolos de
medición de la CC solo en las niñas, probablemente se deba a la presencia de
dimorfismo sexual, debido a la presentación más temprana de su etapa puberal en
comparación con los ni- ños. Esto fue documentado por Savva y col. (2000),
quienes registraron que en un grupo de escolares, con edades entre 10 y 14
años, el 9 % de niños y el 42 % de niñas se encontraron en etapa puberal.
Algunos autores
han comparado los valores de CC en niños y niñas, entre distintos países,
tomados de diversos estudios, y hallaron que los valores más altos fueron
obtenidos en los Estados Unidos de América, donde se midió la CCI, y se
estableció que el mayor valor de CC fue precisamente el determinado en CCI
(McCarthy y col., 2001), tal como se ha observado en el presente trabajo.
Por otra parte,
en esta investigación, los perímetros de CC y los indicadores de obesidad,
fueron ajustados por estatura Phantom. Eso permite la comparación,
especialmente cuando se tiene un grupo heterogéneo en edades y dimensiones
corporales, tal como lo recomienda Brambilla y col. (2013), quienes han
reportado que dicho ajuste permite mejores asociaciones con la adiposidad, que
los simples valores absolutos de la CC.
Klünder-Klünder
y Flores-Huerta (2011), encontraron que los escolares ubicados por edad y
género que se hallaban por encima del percentil 90 de su estatura, presentaban
valores de CC mayores que los que estaban por debajo del percentil 10 de su
estatura; de esta manera, si se evalúa únicamente la CC, en individuos de gran
estatura, su valor puede ser mayor y clasificarse con riesgo de obesidad.
Otro aspecto a
considerar en la determinación del mejor sitio de medición de la CC, es la
reproducibilidad de cada uno, que no fue evaluado en el presente estudio; sin
embargo, BosyWestphal y col. (2010), sugirieron que la CCI puede tener baja
reproducibilidad, especialmente en mujeres adolescentes, debido a la dificultad
para estabilizar la cinta, por la forma que presenta la cresta ilíaca a partir
de la pubertad en ellas; mientras que medir la CC, por debajo del margen
inferior de la última costilla, podría ser la medición con mayor
reproducibilidad, dada la facilidad para localizarla y técnicamente para
medirla. Sin embargo, Rudolf y col. (2007), recomiendan la CC tomada 4 cm por
encima de la cicatriz umbilical, debido a que es más fácil de detectar y genera
menos molestia en niños y adolescentes.
La CC es una
medición práctica e identifica mejor la adiposidad que otros indicadores
antropométricos (Brambilla y col., 2013; Griffiths y col., 2013), pero es importante
ampliar la evidencia con el objetivo de unificar un sitio de medición basado en
su asociación con la grasa corporal, principalmente la abdominal, debido a que
ello podría generar un mejor diagnóstico de obesidad y riesgo cardiometabólico.
CONCLUSIONES
La
circunferencia de cintura (CC), medida justo por arriba del borde superior de
la cresta ilíaca, fue el sitio de medición que mejor se asoció con la obesidad
en escolares, aunque todas las demás medidas mostraron una alta correlación con
los indicadores de obesidad. La circunferencia por arriba del borde superior de
la cresta ilíaca (CCI) parece evidenciar el dimorfismo sexual en niñas, por lo
que no puede ser intercambiable la medición entre un sitio y otro, ni
compararse con tablas de referencia que hayan efectuado la medición utilizando
otro protocolo de medida de CC. Esta identificación podría generar un mejor
diagnóstico de obesidad y riesgo cardiometabólico en edad escolar en niños y en
niñas en la etapa de la pubertad.
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