Impacto
económico de la adopción de tecnología para la producción de frijol en
condiciones de temporal en el norte centro de México
Economic
impact of technology adoption on bean production under rainfed conditions in
northern central Mexico
Mercedes Borja-Bravo1*,
Venancio Cuevas-Reyes2, Alejandra Velez-Izquierdo3
*Correspondencia: borja.mercedes@inifap.gob.mx/Fecha de recepción: 22 de mayo de 2019/Fecha de aceptación: 6 de diciembre de
2019/ Fecha de publicación: 31 de
enero de 2020.
1Campo Experimental Pabellón del
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias
(INIFAP), km 32.5 carretera Aguascalientes-Zacatecas, Apartado Postal 20,
Pabellón de Arteaga, Aguascalientes, México, C. P. 20670. 2Campo
experimental Valle de México del INIFAP, Texcoco, Estado de México, México. 3Centro
Nacional de Investigación Disciplinaria, Fisiología y Mejoramiento Animal del
INIFAP, Ajuchitlán Colón, Querétaro, México.
Resumen
La asignación
de recursos públicos a la investigación agropecuaria es un factor de desarrollo
para el sector agroalimentario del país, pero deben estar orientados
eficientemente hacia la generación de productos tecnológicos que otorguen
beneficios a la población. El objetivo de este trabajo fue evaluar el beneficio
económico a nivel sistema de producción y sociedad, derivado de la inversión
pública en investigación y desarrollo, del paquete tecnológico para la
producción de frijol en zonas de temporal de la región norte centro de México.
Para evaluar el impacto en los sistemas de producción, se aplicaron 42
encuestas a productores adoptantes del paquete tecnológico en municipios de
Aguascalientes y San Luis Potosí; mientras que, para el impacto a nivel
sociedad, se estimó el retorno económico que produjo la inversión pública utilizada
en el proceso de generación y adopción de la tecnología en el periodo 2009a
2025. La medición se realizó a través del valor actual neto (VAN), la tasa
interna de retorno (TIR) y la relación beneficio costo (R B/C). El costo de
producción de los adoptantes fue mayor en 36.3 % comparado con la tecnología
tradicional; en tanto que, el rendimiento aumentó en 102 % y el ingreso neto
incrementó en 322.6 %. A nivel sociedad, la evaluación reveló un VAN de $ 10.9
millones, lo que representó 4.1 veces lo invertido en la generación de la
tecnología. La R B/C fue de 5.1 y la TIR fue mayor a la tasa media real de
rendimiento considerada (9.5 %). El desarrollo y transferencia del paquete tecnológico
para la siembra de frijol representó una buena inversión de recursos públicos,
beneficiando a la población y a los productores, porque incrementa la
producción alimentaria y el ingreso neto del agricultor.
Palabras clave: excedente económico, ingreso neto, cambio tecnológico,
frijol, sector agroalimentario.
Abstract
The
allocation of public resources to agricultural research is a factor of
development for the agri-food sector of the country and should be efficiently
oriented towards the generation of technological products that provide benefits
to the population. The aim of this work was to evaluate the economic benefit at
a level of production system and society, derived from public investment in
research and development of the technological package fordry bean crop
production in rainfed areas in north central Mexico. To evaluate the impacton
the production systems, 42 questionnaires were administered to users of the
technological package in municipalities of Aguascalientes and San Luis Potosí.
Likewise, in order to assess the impact at a society level, the economic return
produced by the public investment used in the generation and adoption process
of technology in the 2009 to 2025 period was estimated. The evaluation was performed
through the net present value (NPV), the internal rate of return (IRR) and the
cost benefit ratio (B/C R). The production cost for adopters was 36.3 % higher
compared to traditional technology; however, the yield increased by 102 % and
the net income increased by 3226 %. At a society level, the evaluation revealed
an NPV of $ 10.9 million, which represented 4.1 times more than what was invested
in the generation of technology; the B/C R was 5.1 and the IRR was higher than
the real average rate of return considered (9.5 %). The development and
transfer of the technological package for sowing beans represented a good
investment of public resources, benefiting the population and producers,
because it increases food production and farmers’ net in come.
Keywords:
economic surplus, net income, technological
change, bean, food
industry.
Introducción
En países como
México, la investigación agropecuaria se ha considerado como una herramienta
generadora de cambio tecnológico para lograr el incremento en la producción de
alimentos (Sonnino y Ruane, 2013). Hoy en día, la investigación agrícola ha tomado
nuevas orientaciones, puesto que esta debe responder a problemáticas como la
disminución de la pobreza rural, la generación de empleos y la inclusión del
enfoque de género; además, ha mostrado una importante evolución a partir de la
austeridad presupuestaria, de acuerdo a la información de la Organización de
las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO, 2004). Este
último factor, propicia que los fondos públicos, destinados a la investigación
y desarrollo tecnológico, sean cada vez más limitados, y deban ser plenamente
justificados con la cuantificación de los impactos que se obtienen a partir de
la adopción de las nuevas propuestas tecnológicas.
El Instituto
Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP) es un
Centro Público de Investigación (CPI) que desarrolla proyectos tendientes a
resolver problemas del sector agropecuario y forestal; durante el 2018, el
INIFAP tenía en operación 254 proyectos de investigación, de los cuales, el 60
% estaban enfocados al subsector agrícola, 18 % al pecuario, 13 % al subsector
forestal y 9 % fueron multisectoriales (INIFAP,
2018a). De
los proyectos de investigación se generan tecnologías de producto o de proceso que
deben cumplir cuatro etapas (experimentación, validación, transferencia y
adopción) para asegurar que están siendo utilizadas por los productores. Solo
algunas de las tecnologías producidas logran ser plenamente adoptadas por los
usuarios, ya que como lo señala Luna-Mena y col. (2016) y Robles y col. (2016),
existen factores demográficos y técnico-productivos, así como, una red de relaciones sociales con distintos
actores que influyen en el proceso de adopción. No obstante, es la adopción de
la tecnología lo que provoca el retorno de la inversión realizada en la investigación,
y es a partir de la cuantificación del impacto económico de los productos o
tecnologías obtenidas de la investigación como se puede conocer
(González-Estrada y col., 2018).
La evaluación
de impactos económicos es un tema de importancia para las instituciones que generan
tecnología agropecuaria como el INIFAP, ya que es una forma de demostrar el
beneficio socioeconómico de los productos resultantes de la investigación. Los impactos
económicos pueden ser medidos en dos niveles; el primero, es al contabilizar
los beneficios económicos que genera la adopción de una tecnología en la unidad
de producción (Ugalde-Acosta y col., 2011; Ireta-Paredes y col., 2018), y el
impacto se representa a través del cambio en el ingreso neto de los productores
agropecuarios. En un segundo nivel, el impacto se mide en torno al beneficio
económico que causa el uso de una tecnología en la sociedad; para este nivel
existen diversos métodos que pueden ser utilizados, entre ellos destacan los
métodos econométricos, de programación matemática y el de excedentes
económicos; sobre el último, existe evidencia de su utilización en los trabajos
realizados por Magalhães y col. (2004); Nozar (2007); Sánchez-Toledano y col.
(2012) y González-Estrada y col. (2018), el cual se caracteriza por ser el que
mejor se adapta para demostrar el impacto que produce una tecnología en el
bienestar social a nivel país y tiene la ventaja de utilizar una menor cantidad
de información, lo que lo hace factible para su aplicación.
En 2009, en
el Campo Experimental Pabellón (CEPAB) del INIFAP, se generó una propuesta de tecnología
sobre el manejo integral para la producción de frijol de temporal en la región
semiárida del norte centro de México. La tecnología consiste en un paquete
tecnológico integrado por varios componentes: 1) preparación de suelo con la-
branza
vertical y horizontal con el uso del multiarado; 2) cosecha de agua para la que
se utilizan implementos agrícolas como el rodillo Aqueel® y la pileteadora; 3)
siembra de variedades mejoradas precoces, resistentes a
sequía,
plagas y enfermedades, como pinto Saltillo, con ciclo vegetativo de 90 d y
grano de tamaño medio; 4) métodos de siembra con alta densidad de plantas a 3 y
4 hileras en surcos estrechos sobre camas de 1.52 m de
ancho; 5) fertilización
biológica (uso de biofertilizantes) y fertilización foliar; y 6) control oportuno
de malezas y plagas (Osuna-Ceja y col., 2012). La finalidad de esta tecnología
es incrementar la productividad en el cultivo de
frijol en la
región del altiplano semiárido del norte del país.
En el 2018,
se registraron cerca de 70 productores que utilizan la tecnología propuesta de
INIFAP en los municipios de Salinas de Hidalgo, Villa de Arriaga y Santo
Domingo, del estado de San Luis Potosí; y El Llano, Asientos, Rincón de Romos,
San Francisco de los Romo y Pabellón de Arteaga, Aguascalientes, en una superficie
de 300 ha. La tendencia sobre el uso de la tecnología por parte de los
productores es creciente, debido a su efectividad para incrementar el
rendimiento, la rentabilidad y competitividad del cultivo (Borja-Bravo y
col., 2018).
Aun cuando la
tecnología es aceptada por los productores de frijol, existen interrogantes
sobre la misma: ¿el ingreso neto que obtienen las familias campesinas al
sembrar frijol es mayor cuando utilizan el paquete tecnológico generado por
INIFAP, en comparación con la tecnología tradicional? ¿En qué magnitud se ha
recuperado la inversión pública destinada al desarrollo de la tecnología? La
respuesta a estas interrogantes proporciona información a los actores que participan
en el proceso de adopción de la tecnología.
El objetivo
de este trabajo fue evaluar el beneficio económico a nivel de sistema de producción
y sociedad, derivado de la inversión pública en investigación y desarrollo de
un paquete tecnológico para la producción de frijol en zonas de temporal, de la
región norte centro de
México.
MATERIALES Y
MÉTODOS
Para cumplir
con el objetivo, la investigación se realizó en 2 etapas. En la primera, se consideraron
actividades que permitieran medir el cambio en el ingreso neto de los productores
de frijol que utilizaron el paquete tecnológico. La evaluación se realizó con
productores adoptantes de la tecnología ubicados en los municipios de Asientos,
Rincón de Romos, San Francisco de los Romo, Pabellón de Arteaga y El Llano en
Aguascalientes; y en Salinas de Hidalgo, Villa de Arriaga y Santo Domingo en
San Luis Potosí. Esta área se caracteriza por presentar latitudes en un rango
de 1 700 m a 2 200 m sobre el nivel del mar (msnm); el clima es seco y
semiseco, con precipitación pluvial promedio histórica de 400 mm a 500 mm en
los municipios de Aguascalientes, entre 300 mm y 400 mm en Salinas y Santo
Domingo y 600 mm en Villa de Arriaga. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística
y Geografía (INEGI, 2017), la temperatura promedio anual es de 12 °C a 18 °C.
En esta área se observa una arraigada tradición en la producción de la
leguminosa, y se caracteriza por cultivar frijol en ambientes con temporal deficiente,
donde la sequía causa bajos rendimientos en la producción de grano (Osuna-Ceja
y col., 2013).
Para obtener
la información, se aplicó una encuesta a los productores adoptantes que
utilizaron la tecnología durante el ciclo agrícola P-V 2017 y 2018. En la
encuesta, se utilizó un cuestionario de 53 preguntas, mismo que fue validado
con 3 productores, lo que permitió realizar las correcciones correspondientes
en el formato para su aplicación final. El tamaño de muestra se determinó
mediante el diseño de Muestreo de Proporciones de Varianza Máxima (MPVM)
(Infante y Zarate, 1990); la fórmula se expresa a continuación:
Donde:
n fue el tamaño de la muestra, N el
tamaño de la población objetivo, igual a 70 productores, β fue la precisión en
porcentaje (10 %) y Z1-α el valor de confiabilidad al 95 %
(1.64), p la probabilidad de fracaso
(50 %) y q la probabilidad de éxito
(50 %). El tamaño de la muestra fue de 35 productores, pero se realizaron 42
encuestas que representaron el 60 % de la población. La selección de los productores
a encuestar se realizó por conveniencia, considerando a aquellos que tuvieran
la disponibilidad de responder la encuesta y que emplearan la tecnología en sus
unidades de producción.
La encuesta
se centró en obtener información sobre los costos de producción del sistema de
producción tradicional del productor y del sistema, cuando utiliza la
tecnología, así como de aspectos relacionados al proceso de adopción. La
aplicación de encuestas se realizó durante los meses de agosto, septiembre y
octubre de 2018. La fase de campo comenzó en los municipios de San Luis Potosí,
y posteriormente en los de Aguascalientes; para la aplicación de la encuesta,
se visitó a cada uno de los productores en sus domicilios.
Para
determinar el impacto económico a nivel sistema de producción, a través del
cambio en el ingreso neto del productor, se calcularon los costos de
producción, que con base en Ayala-Garay y col. (2014) y Carrillo-Martínez y
col. (2019), fueron divididos en: a) costos directos, que contabilizaron el pago
por fertilizantes químicos y orgánicos, plaguicidas, fungicidas, herbicidas,
pago por labores mecanizadas y manuales y; b) costos indirectos, que incluyeron
los gastos generales, como el combustible ocupado en el acarreo de la
producción y costo de oportunidad de la inversión. Además, se consideraron los precios
observados en insumos y mano de obra durante en el ciclo P-V 2018.
En la
estimación del costo total por ha se consideraron r productores de frijol que usan i insumos en su proceso de producción, y se calculó con la
siguiente fórmula:
Donde:
CT es el costo total de producción desembolsado por el
productor r; pri es el precio del insumo i que paga el productor r;
xri es la cantidad
de insumo i que compra y usa el productor
r.
Para estimar
el ingreso por ha se utilizó el precio de venta del frijol en 2018, y el rendimiento
promedio reportado por los productores. La fórmula para la estimación fue la
siguiente:
Donde:
IT es el ingreso total que obtiene el productor r; pr es el precio
de venta recibido por el productor r;
yr es el rendimiento obtenido por el
productor r. El ingreso neto del productor
r es la diferencia entre el ingreso
total y el costo total de producción, esto es:
La variación
del ingreso neto de los productores (VINP) se estimó de la siguiente manera:
Donde:
INrti es el
ingreso neto del productor r al
utilizar la tecnología INIFAP (ti);
INrtt
es el ingreso neto del productor r al
utilizar la tecnología tradicional (tt).
En la segunda
etapa, se evaluó el beneficio económico que genera la inversión pública en
investigación agrícola, para ello, se utilizó el enfoque del concepto del
excedente económico basado en la teoría del bienestar
Marshaliano,
mediante la técnica del beneficio costo (Rodrigues-de-Alencar y col., 2004).
Para realizar esta fase se consideraron las variantes en el enfoque del
excedente económico propuestas por Dias y col. (2008), quienes señalaron que la
elasticidad de la oferta depende del tipo de impacto de la innovación
tecnológica, es decir, si la innovación provoca un aumento de la producción visible
en mayores rendimientos o mayor superficie sembrada, se considera una curva de
demanda perfectamente elástica y una curva de oferta vertical.
La estimación
del retorno económico de la investigación se basó en la comparación de los
costos de inversión de la misma y el cambio en el ingreso que provocó la adopción
de la tecnología generada por INIFAP en el excedente económico de los productores
que la adoptaron. La medición se realizó a través del valor actual neto (VAN),
la tasa interna de retorno (TIR) y la relación beneficio costo (R B/C) para el
flujo de los fondos que surgen de ambos conceptos.
La información
que se requirió fue la referente a los costos que implicó el proceso de
investigación y transferencia de tecnología. Los costos fueron los siguientes:
1) costo de personal que se refiere a la remuneración anual bruta del personal
implicado en la generación y transferencia de la tecnología; 2) costo de la
investigación, donde se consideró el porcentaje del presupuesto asignado para
la ejecución del proyecto en el cual se generó la tecnología; 3) depreciación
del capital, que correspondió a la depreciación anual de los bienes de capital
del centro de investigación, en el cual se generó la tecnología y que fueron empleados
en la generación de la tecnología; 4) costo de administración, que implicó el
pago del personal administrativo, así como gastos fijos (vigilancia, limpieza, teléfono,
energía eléctrica, internet, agua, entre otros) del centro de investigación
(CEPAB) donde se generó la tecnología; 5) costo de transferencia de la tecnología,
donde se consideraron los costos realizados por el centro de investigación para
difundir y divulgar la adopción de la tecnología evaluada (material impreso y acciones
de capacitación a productores y técnicos). Los costos fueron obtenidos mediante
una entrevista personal estructurada al investigador del INIFAP, responsable y
generador de la tecnología, en la cual se preguntó sobre aspectos relacionados
con el proyecto de investigación, investigadores e instituciones participantes,
personal de apoyo empleado, materiales y equipo utilizado y actividades realizadas
en la etapa de transferencia de la tecnología. También, se realizó una consulta
personal a tres administrativos del CEPAB, y consulta en bases de datos sobre
entregables del área técnica y desempeño institucional del Sistema Institucional
de la Gestión Integral (SIGI) del INIFAP (2018b).
El beneficio
económico se estimó con diferentes variables; primero, se calculó la ganancia
unitaria al comparar el ingreso del productor, obtenido con el uso de la
tecnología tradicional y con la nueva tecnología. La ganancia unitaria se
estimó con la siguiente fórmula:
Donde:
G es la ganancia unitaria, Rtn es el rendimiento obtenido con la tecnología nueva, Rtt es el rendimiento obtenido con la
tecnología tradicional, Px es el precio
de venta del productor. La información se obtuvo para el periodo 2012 a 2018, y
provino de reportes técnicos y bitácoras de los investigadores implicados en la
generación, validación y transferencia de la tecnología, y se complementó con
información obtenida en la encuesta a productores.
Otra variable
que se determinó fue el porcentaje de participación del INIFAP en el proceso de
investigación; con respecto a este valor, según Dias y col. (2008) señalaron que
no puede ser mayor a 70 %, ya que existen otras instancias e instituciones que intervienen
en el proceso; por tal motivo, se realizó un consenso entre los investigadores
generadores y transferidores de la tecnología, y determinaron utilizar el valor
máximo propuesto (70 %) como el porcentaje en el que se le atribuye al
instituto la generación y transferencia de la tecnología nueva.
Otra variable
fue la superficie de siembra en la que se utilizó la tecnología, dicha información
fue proporcionada por los extensionistas que brindan asistencia técnica a productores
de frijol en los municipios del área de estudio para el periodo 2012 a 2018.
Sin embargo, para estimar el flujo de beneficios económicos, se consideró la
superficie adoptada con la tecnología para el periodo 2012-2025, y para obtener
la información faltante, se parametrizó la curva sigmoidea (González-Estrada y
col., 2018) que representará la superficie de adopción para los años posteriores
a 2018. Para la parametrización del modelo, se consideraron 1 500 ha como la superficie
potencial de aplicación de la tecnología, que representa la superficie total de
los productores que han recibido asistencia técnica sobre el paquete tecnológico
por parte de los extensionistas que operan en el área de estudio.
El costo y beneficio
de la tecnología fue actualizado y se tomó la tasa de descuento de 9.5 %
propuesta por González-Estrada y col. (2018), quienes la describen como la tasa
media real de rendimiento, libre de impuestos, que recibe el capital en forma
de inversión de portafolio y como inversión nacional y extranjera directa.
Finalmente, con
los flujos de costos y beneficios actualizados se estimaron los indicadores del
VAN, que es la suma de los flujos netos actualizados a la tasa de interés social,
la TIR, que es la tasa que reduce a cero el flujo corriente de beneficios netos
del proyecto y la R B/C, que representa el resultado de dividir la suma del
flujo de beneficios actualizados entre la suma del flujo de costos actualizados
(González y Wood, 2006; González-Estrada y col., 2018).
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Impacto
económico a nivel de sistema de producción
Los
productores de la región de estudio se caracterizaron por cultivar una
superficie pro-medio de 7.9 ha de frijol por temporal. El 75.5 % de ellos
siembra la variedad pinto Saltillo, y el resto combina las variedades flor de
mayo, flor de junio y negro. En el sistema tradicional, los productores
realizaban siembras en surcos a una distancia aproximada de 80 cm; las
prácticas de fertilización, manejo de plagas, enfermedades y maleza eran poco
comunes, ya que esto elevaba los costos de producción y al sembrar en condiciones
de secano, el riesgo de no recuperar la inversión era alta. El costo de
producción que implica el sistema tradicional de los productores fue de $ 5 239
por ha (Tabla 1), y las labores mecanizadas y manuales representaron el mayor
porcentaje del costo total, 36.5 % y 30 % respectivamente; el resto fue
atribuido a la compra de insumos agrícolas (semilla y agroquímicos) y combustible.
El rendimiento de grano que obtuvieron los productores con la tecnología
tradicional fue en promedio de 495
kg/ha (Tabla 1).
Al utilizar la
nueva tecnología, los productores de frijol siembran en camas; a una distancia
entre surcos de 40 cm a 30 cm (3 o 4 hileras), por lo que la densidad de
plantas es mayor, en promedio 140 000 por ha. Esto representa el 56 % más que
en el sistema tradicional, que es de 90 000 plantas por ha. El costo de
producción de frijol con la nueva tecnología fue un 36.3 % mayor ($ 7 141), comparado
con el costo de la tecnología tradicional (Tabla 1); los mayores incrementos
fueron en los rubros de semilla por la siembra de mayor densidad de plantas,
mano de obra y labores mecanizadas. El rendimiento obtenido con la nueva
tecnología osciló entre los 600 kg/ha y 1 800 kg/ha, y el promedio fue de 1 000
kg/ha, que significó el 102 % más que el obtenido con la tecnología tradicional
(Tabla 1). El
incremento del rendimiento lo explicaron Osuna-Ceja y col. (2012), como un
efecto positivo a la mayor densidad de plantas que propone la nueva tecnología.
Esto permite tener mayores índices de cobertura y área foliar, favoreciendo la
conservación de humedad del suelo, menor crecimiento de malezas y mayor
captación de energía solar. Otros factores que influyen es
la cosecha de agua in situ y el
genotipo de la planta.
Con la nueva
tecnología se observó que los costos de producción totales incrementaron, pero
el costo medio de producción por kg de frijol disminuyó; por lo tanto, el
aumento en el rendimiento por el uso de la nueva tecnología y la disminución
del costo medio de la producción por kg de frijol, son variables que reflejan
una mayor productividad de los sistemas de producción. Según Ayala-Garay y col.
(2013), una mejor productividad radica en que los costos medios de producción
disminuyan, y que los rendimientos se mantengan o incrementen. Esta situación
repercute directamente en la ganancia unitaria del productor. Así mismo, los
autores expresaron que la disminución del costo medio se puede alcanzar al
hacer un buen uso de la tecnología que incremente el rendimiento.
Los ingresos
netos obtenidos por la producción de frijol, aumentaron en 322.6 %, lo que indica
que la nueva tecnología les permite a los productores obtener mayores ganancias
netas que repercutirán directamente en el ingreso total obtenido en las
unidades de producción y las familias rurales de la región de estudio; y este
incremento en el ingreso neto, es derivado de la mayor productividad que
alcanza la producción de frijol en temporal, al realizar las prácticas
agronómicas que comprende el paquete tecnológico. Ante la cuantificación del
incremento del ingreso neto de los productores por la implementación de la
tecnología podrán recomendar y motivar a otros productores para que la usen.
Impacto
económico a nivel de la sociedad
El impacto
económico que la tecnología ha tenido a nivel sociedad se estimó con los costos
necesarios para el desarrollo de la investigación y transferencia de tecnología
que realizó la institución (Tabla 2). Las principales actividades de generación
de la tecnología se llevaron a cabo de 2009 a 2012. La mano de obra (pago de
sueldos a investigadores y personal de apoyo) es un rubro que se contabilizó en
el gasto de investigación y representó el 79.2 % del total de este concepto
durante los 4 primeros años. Estos resultados coinciden con los reportados por
González-Estrada y col. (2018), quienes calcularon un gasto promedio de personal
investigador y de apoyo de 86 % en la generación de otras tecnologías de
INIFAP. A partir de 2011, se inició el proceso de transferencia de tecnología,
el cual duró hasta 2016 y representó el 21.94 % en el total de la inversión
realizada para la generación de la tecnología (Tabla 2).
El beneficio
económico bruto que generó la tecnología durante el periodo 2012 a 2018 fue de
1 791 000 (Tabla 3). La ganancia unitaria y la ganancia neta fueron estimadas,
la diferencia es que esta última es la aportación monetaria por hectárea de la
tecnología al considerarse únicamente el porcentaje de participación del
instituto en la generación y trasferencia tecnológica, en este caso 70 %.
Finalmente, la ganancia neta se multiplicó por la superficie de tierra en la
que la tecnología se utilizó, lo que dio como resultado el beneficio económico bruto.
En la
superficie que se utilizó, se muestra el nivel de adopción actual de la nueva
tecnología; se obtuvo el proceso de adopción futuro que tendrá la tecnología
para la producción de frijol en temporal, con base en los resultados obtenidos
en campo (Figura 1). La adopción de la tecnología se ha realizado de manera
paulatina, ya que como señalan Salas-González y col. (2013), esta comienza con
el primer conocimiento y termina cuando el individuo incorpora a su sistema de
trabajo la innovación, con la finalidad de elevar la productividad física de su
predio y la rentabilidad económica de su sistema de
producción.
La tecnología
evaluada en este estudio tuvo un proceso de generación de 4 años y el proceso
de adopción de la tecnología inició en 2012. Entre los factores limitantes para
que los productores adoptaran la tecnología se distinguió la falta de
maquinaria adecuada para realizar el método de siembra y la captación de agua
de lluvia in situ; además, la falta
de recursos económicos para la compra de una mayor cantidad de semilla.
Según los resultados
obtenidos en la encuesta, en el 2018, el 51.1 % de los productores tenían 2
años de conocer la tecnología y el 70 % de ellos, la habían utilizado en los ciclos
agrícolas de 2017 y 2018, el 20 % la había utilizado durante 3 años y solo el
10 % de los entrevistados la usaron por más de 5 años. Los resultados dan lugar
a suponer que la superficie de frijol donde se utilice la tecnología estará en
crecimiento para los años posteriores a 2018, y se estabilizará a partir del
2025. Estas características del proceso de adopción de la tecnología fueron consideradas
en la estimación de los beneficios económicos netos (Tabla 4), donde, en el año
2025, el total del flujo de beneficio neto actualizado fue de 10.93 millones de
pesos, obtenido por el uso de la tecnología, y superará el total del flujo del
costo actualizado que fue de 2.68 millones de pesos, derivado de la inversión
para la generación y transferencia de tecnología.
Con respecto
a los indicadores económicos el VAN del flujo de los beneficios económicos
generados por el uso de la tecnología fue de 10.9 millones de pesos
actualizados a precios de 2018 (Tabla 5), lo que representó 4.1 veces el flujo
total de los costos actualizados, que fue lo invertido en la generación de la
tecnología; es decir, con la adopción de la tecnología se cubren los costos
realizados en el proceso de generación y transferencia, así como la tasa media
real de rendimiento de 9.5 %; además genera una riqueza adicional de 10.9
millones de pesos.
La relación
beneficio costo fue de 5.1, lo que significó que, por cada peso invertido en la
generación y transferencia de la tecnología evaluada, se obtuvo una ganancia de
4.1 pesos para los productores adoptantes y la sociedad. Por último, la TIR fue
de 16.5 % mayor a 9.5 %, que fue la tasa media real de rendimiento considerada
e indica que los recursos públicos asignados a la generación y transferencia
del paquete tecnológico de frijol fue una buena alternativa de inversión,
porque se obtuvo una rentabilidad más alta que la de la tasa de referencia. Por
todo lo anterior, se puede deducir que el paquete tecnológico para la
producción de frijol en condiciones de temporal representa una opción eficiente
en la asignación de recursos de investigación, ya que la inversión realizada
retribuyó económicamente a los productores y la sociedad, y el impacto será
mayor si aumenta el número de los productores que adopten la tecnología
productiva propuesta.
Al realizar esta
evaluación, el INIFAP cuenta con información sobre el impacto de los productos
que está creando y sobre la retribución económica que la sociedad obtiene por
los recursos recibidos para la generación de tecnología. La información también
puede ser tomada como referencia por el orden gubernamental para la definición
de políticas públicas, ya que, si la innovación tecnológica produce un impacto
económico positivo, se puede utilizar como un elemento para la definición de
programas de extensión, capacitación y apoyo, que propicien el bienestar en las
familias campesinas que aún no la
utilizan.
Consideraciones
para la evaluación de impactos económicos
Como se ha
mostrado, la investigación como bien público tiene retornos en el corto, mediano
y largo plazo, cuando existe una transferencia directa al sector productivo. En
el corto y mediano plazo, se puede obtener a través de la comparación de la
tecnología tradicional contra la tecnología innovadora, y esta última debe
tener la característica de incrementar la productividad a través del mayor
rendimiento o disminución de los costos. En este tipo de impacto, la variación
del ingreso neto es uno de los indicadores que se pueden utilizar, y para esto
se requiere identificar unidades de producción que utilizan la tecnología y
compararla con unidades que emplean la tecnología tradicional. El reto para
evaluar este impacto consiste en identificar adecuadamente la tecnología, la
región donde se está utilizando y sobre todo los productores que realmente la
adoptan.
En el largo
plazo, el impacto económico, a nivel de la sociedad, es el que puede determinar
el efecto que tiene la tecnología en el bienestar. Una de las características
de este es que se requiere de un periodo de tiempo largo, en el cual, los
usuarios de la tecnología la hayan empleado en sus sistemas de producción y que
esto genere información para medir los beneficios reales. El periodo de
evaluación dependerá del tipo de tecnología que se quiera evaluar; por ejemplo,
González y Wood (2006) mostraron en sus resultados que, en el caso del
mejoramiento genético de algunas semillas como maíz, frijol y cebada, la
inversión comienza a dar rendimientos positivos a la sociedad a partir del
décimo año; mientras que, existen otro tipo de tecnologías, como la
implementación de alguna técnica agronómica, que requiere en promedio de 5 años
para que el uso de la tecnología arroje beneficios positivos. Es por lo
anterior que, Dias y col. (2008), recomiendan estimar la tasa de retorno de la
inversión en investigación agropecuaria para un periodo proyectado de 10 a 15
años. Adicionalmente, si las instituciones de investigación quisieran medir el impacto
económico a nivel sociedad sobre el uso de las tecnologías que generan,
requieren establecer una estrategia de recopilación de información que abarque
desde el momento de plantear el proyecto de investigación, la generación de la
tecnología y el proceso de transferencia y adopción, con la finalidad de tener
disponibles los datos necesarios para estimar los indicadores.
CONCLUSIONES
La evaluación
del impacto económico que genera el uso del paquete tecnológico para la
producción de frijol en zonas de temporal de la región norte centro de México,
revela la importancia de destinar inversión pública a la investigación,
desarrollo y transferencia de tecnología, sobre todo en aquella que puede
detonar en el mediano plazo una mayor productividad y crecimiento económico en
el sector agropecuario del país. En un primer plano, los productores que
implementan el paquete tecnológico en sus sistemas de producción obtienen una
variación positiva en su ingreso neto; además, incrementan la productividad de
su sistema al obtener mayores rendimientos y un menor costo medio de producción.
Por otro lado, la evaluación del impacto económico a nivel sociedad determina
que los mexicanos son beneficiados al destinar recursos económicos en la
generación y proceso de adopción de esta tecnología, puesto que los beneficios
económicos netos que se obtendrán serán mayores a la inversión realizada. En
suma, el paquete tecnológico para la producción de frijol en condiciones de
temporal es una tecnología que justifica la inversión realizada para su generación,
y que además contribuye al bienestar de los productores agrícolas y de la sociedad.
La evaluación de impacto económico realizada en este trabajo es un ejemplo de
cómo medir las aportaciones de la investigación científica y la adopción de
tecnología. Si bien, los resultados obtenidos no se pueden generalizar para
todas las inversiones en ciencia, la metodología sí puede ser replicada en evaluaciones
de tecnologías con características similares. Es preciso continuar con la
evaluación de impactos por el uso de tecnologías en el sector agropecuario y
fores tal, que además de lo económico, deben considerar el impacto social y
ambiental.
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