Caracterización y tipos
de familias productoras de maíz local en la Frailesca, Chiapas
Typological
characterization of the maize producing families from la Frailesca,
Chiapas
lliana Arias-Yero1, Francisco Guevara-Hernández2*,
Manuel Alejandro La O-Arias2, Pedro Cadena-Iñiguez3
*Correspondencia:
francisco.guevara@unach.mx/ Fecha de recepción: 14 de enero de 2021/Fecha de aceptación: 17 de enero de 2022/Fecha de publicación: 28 de enero de 2022.
1Universidad Autónoma de
Chiapas, Doctorado en Ciencias Agropecuarias y Sustentabilidad
(DOCAS), Tuxtla Gutiérrez,
Chiapas, México. 2Universidad Autónoma de Chiapas, Facultad de
Ciencias Agronómicas Campus V, carretera Ocozocoautla–Villaflores
km 84.5, Apartado Postal 78, Villaflores, Chiapas,
México, C.P. 30470. 3Instituto de Investigaciones Forestales
Agrícolas y Pecuarias, Campo Experimental Centro de Chiapas, Ocozocoautla,
Chiapas, México.
Resumen
Las Unidades de Producción Familiar (UPF) están conformadas
por capitales natural, físico, financiero, humano y social. Los dos últimos
constituyen la base del funcionamiento del resto
y de la unidad de producción. En México, Chiapas y la Frailesca, la producción de maíces, particularmente
de maíces locales, tiene valor cultural,
agronómico y económico. El objetivo de esta investigación fue
caracterizar las Unidades de Producción
Familiar que cultivan maíces locales en la
región Frailesca del estado de Chiapas, sobre la base cultural del manejo de
los capitales humano y social. Se estudiaron 80 UPF de 20 comunidades seleccionadas mediante un
muestreo por redes. Se utilizó el enfoque Modos de Vida Sustentable como marco de referencia. Se aplicaron entrevistas semiestructuradas y se realizaron
observaciones participantes. En el estudio predominaron las familias nucleares
con líderes de edad avanzada. Los jóvenes no
priorizan la conservación de los maíces locales sino actividades más
rentables como la ganadería, los maíces híbridos y el café. Existe un excesivo
uso de agroquímicos que afecta los recursos suelo, agua y biodiversidad. Se
distinguieron 6 tipos de UPF de acuerdo con sus capitales humano y social. El
grupo 3 (G3) mostró un mejor equilibrio entre ambos por la participación
familiar, destacándose entre los de mayor
experiencia en el cultivo de maíces
locales y por tener relaciones locales y de
cooperación más sólidas. Se concluye que las UPF presentan características que
contribuyen o afectan la conservación de los maíces locales, como la
continuidad generacional, el deterioro de los
recursos naturales que sostienen el cultivo a través de la fusión de las prácticas
tradicionales con las modernas y la dependencia de recursos externos.
Palabras clave: capital humano, capital social,
maíces locales, modos de vida, sustentabilidad.
Abstract
The Family Production Units (FPU) are
made up of natural, physical, financial,
human and social capital. The last two constitute the basis for the
functioning of the rest of the capitals and of the production unit. In Mexico,
Chiapas and La Frailesca, the production of corn, and
particularly local corn, has cultural, agronomic, and economic value. The
objective of this research was to characterize the UPF that cultivate local
corn, in the Frailesca region of the State of Chiapas,
on the cultural basis of the management of human and social capital. 80 UPF
from 20 communities were studied, selected
through network sampling. The Sustainable Livelihoods approach was used
as a frame of reference. Semi-structured interviews were applied, and
participant observations were made. In the predominant study in nuclear
families with elderly leaders predominated. Young people do not prioritize the
conservation of local corn, but rather more profitable activities such as
livestock, hybrid corn and coffee. There is an excessive use of agrochemicals
that affects soil, water and biodiversity resources. Six types of UPF were
distinguished according to their human and social capital. The third category
(G3) shows a better balance between human and social capital due to their family
involvement, standingout among those with more
experience in growing local corn and having stronger local relationships. It is
concluded that the UPF present characteristics
that foster or impair the preservation of local corn such as generational continuity,
the deterioration of the natural resources that sustain the cultivation through
the fusion of traditional and modern practices and dependence on external
resources.
Keywords: human capital, social capital, local maize, livelihoods, sustainability.
INTRODUCCIÓN
Las Unidades de Producción Familiar (UPF) están asociadas a
modos de vida de las familias rurales y a la agricultura familiar (Salcedo y
Guzmán, 2014; García y col., 2015). En las últimas décadas han sido objeto de estudio en América Latina por las múltiples
transformaciones que han enfrentado el medio rural y sus actores. En el
presente trabajo se entendieron las UPF como una estructura socio-productiva
básica, asociada a un modo de vida rural que parte de la interacción
familia-parcela-entorno para garantizar la producción agrícola y la reproducción
social de una familia. En esta interacción confluyen un conjunto de relaciones
socioculturales y productivas y se generan estrategias con la articulación de
sus recursos (capitales) que le permiten a la familia, a través del trabajo
agropecuario y no agropecuario, su supervivencia (Maletta,
2011; van-der-Ploeg, 2013; FAO, 2018).
Las UPF representan pilares fundamentales para la
alimentación y la economía en América Latina y el Caribe al producir
aproximadamente el 80 % del valor de los alimentos del mundo, de acuerdo con la
Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés: Food and Agriculture Organization). En
esta región la agricultura familiar alcanza, a nivel de países, entre el 12 % y el 67 % de la superficie
agropecuaria; 8 de cada 10 explotaciones en América Latina son de tipo
familiar y el 35 % de ellas se encuentran en América Central y México (FAO,
2018).
En México, el 40 % de los
granos básicos (maíz y frijol) provienen del trabajo de 5 millones de
productores familiares, de acuerdo con el Servicio de Información Agroalimentaria
y Pesquera (SIAP, 2020), para quienes el maíz (Zea mays
L.) es el cultivo de mayor importancia y forma parte de su vida cotidiana. Por
eso, una vez procesado, es el principal alimento para los mexicanos (Yúñez y col., 2013) y se caracteriza por su gran potencial
de usos que le confiere un extraordinario valor cultural, sobre todo al maíz local, por sus características físicas,
como el mejor tamaño de mazorca y peso de grano
(Delgado y col., 2018), y culinarias, por ejemplo, la calidad del nixtamal
y tortilla, sabor del elote y el pozol (Guevara y col., 2019; 2020).
Se entiende como maíces locales a los desarrollados a partir
del conocimiento tradicional, ya sean nativos de una región específica o como
resultado de la adopción, adaptación y conservación (tanto de la semilla como
del cultivo) por más de dos años en un espacio geográfico determinado, con un
valor e identidad cultural significativo para
los productores y sus familias, que
se trasmite generación tras generación
(Guevara y col., 2019).
En la región Frailesca, Chiapas, México,
con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN),
los medianos y pequeños productores de granos
básicos fueron, de alguna forma, prácticamente excluidos del mercado, debido a que México comenzó la importación de
productos subsidiados y con bajos aranceles desde Estados Unidos y precios
inferiores a los nacionales (Rubio, 2012). Se observó así una disminución de la
superficie sembrada de maíz, de 136 405 ha en 2003 a 61 365 en 2019, aunque con
un incremento en el rendimiento de 2.85 T/ha a 3.35
T/ha (SIAP, 2020). Tal situación concuerda con el modelo de agricultura
tecnificada promovida con la Revolución Verde
desde la primera mitad del siglo XX, que
propició, sobre todo en las regiones de producción de pequeña escala, la
degradación de los suelos, la pérdida de prácticas culturales asociadas al
cultivo y alta dependencia de insumos externos. Este panorama, a la vez, incidió en el deterioro de los ingresos y la calidad
de vida de los agricultores y sus familias (Aguilar y col., 2019; Pizaña y col., 2019; Martínez y col., 2020b).
Particularmente, los maíces locales han sido los más afectados,
por su rendimiento inferior a las generaciones
avanzadas de híbridos introducidas por
empresas semilleras como PIONEER y DEKALB,
entre otras, desde hace más de 30 años (Guevara y col., 2019; 2020). Aun así,
Guevara y col. (2020) identificaron 88 variedades de maíces locales conservados
en la región. Esto denota la existencia de UPF que, a pesar de las campañas
intensas y permanentes para posicionar las semillas mejoradas, conservan y
mantienen el uso y producción de semillas
locales, lo que evidencia la necesidad de un estudio que profundice en el conocimiento y las dinámicas de
estas unidades de producción.
En ese tenor, existen precedentes sobre las investigaciones
del agroecosistema relacionadas con actores,
estrategias y dinámicas del agro (Cadena-Iñiguez y col., 2018a; 2018b; 2019),
los usos múltiples del maíz (Hernández y col., 2017; Hernández y col., 2020), estudios
etnográficos del sistema maíz y las UPF
(Guevara y col., 2018a; 2020), actores y estrategias de la innovación
tecnológica (Guevara y col., 2018b), caracterización
de productores e indicadores de sustentabilidad del sistema maíz
(Martínez y col., 2020c), entre otros.
Dichos trabajos convergen en la relación dialéctica de los maíces locales con su
entorno sociocultural y económico, lo que hace relevantes a los procesos coevolutivos que enlazan el proceso de adaptación local y
el desarrollo de estos cultivos con las UPF que los sostienen.
Lo anterior fundamenta la importancia de profundizar en los estudios relacionados con la
producción familiar y sus particularidades, sobre todo aquellas relacionadas
con la toma de decisiones para el cultivo de los maíces locales. La
caracterización de las UPF representa un punto de partida básico e importante
para analizar sus lógicas y racionalidades, así como definir aquellos elementos
clave para su fortalecimiento y desarrollo. Esto incluye el reconocimiento de su
diversidad mediante la identificación de posibles tipos de UPF (Santos y col.,
2014).
En ese sentido, el concepto de UPF trasciende a la visión de
una unidad de producción, porque implica y relaciona la complejidad de un modo
de vida, por lo que el marco conceptual Modos
de Vida Sustentable (MVS) propuesto por
el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR, 2017), resulta propicio para conceptualizar las dimensiones de una posible caracterización. Desde esta
perspectiva de análisis las UPF combinan tácitamente 5 capitales: humano, social,
natural, financiero y físico; los dos
primeros por definición son intangibles y están mediados culturalmente, los
determina la dimensión cultural de las estrategias de supervivencia.
Los capitales humano y social resultan esenciales para articular el resto de los capitales (Aguilar
y col., 2012; Gómez y col., 2013). El humano se refiere a los conocimientos
locales y técnicos de los agricultores, las potencialidades, habilidades, experiencias, motivaciones, capacidades
laborales, y algunos otros aspectos más, con los que cuentan tanto los seres humanos individualmente como los grupos.
Por su parte, el capital social contempla el establecimiento de redes y
conexiones, incluidas las instituciones, participación en grupos formales e
informales, organizaciones y relaciones de confianza entre amigos, compadres y
vecinos (SJR, 2017; Vázquez y col., 2018).
El objetivo de la presente investigación
fue caracterizar las Unidades de Producción Familiar que cultivan maíces locales
en la región Frailesca del estado de Chipas sobre la base cultural del manejo de los capitales humano y social.
MATERIALES Y MÉTODOS
La región Frailesca
La Frailesca está localizada entre la llanura costera del
Pacífico y la depresión central de Chiapas. Se conforma por 6 municipios: Villa
Corzo, Villaflores, La Concordia, Ángel Albino Corzo, El Parral y Montecristo de Guerrero (Figura
1), que en total ocupan una extensión territorial de 7 987.19 km2.
Existen 2 949 localidades, de ellas, 2 928
son rurales (Gobierno del estado de Chiapas, 2014).
La región es muy importante por su contribución a la economía
estatal, ya que tiene como actividades
principales la agricultura de temporal para maíz, con el 9 % de la
superficie sembrada, y el mayor rendimiento del estado, 3.5 T/ha; y el café,
con el 6 % de la producción del estado (SIAP, 2020). Además, en la última
década se ha incrementado la actividad ganadera de doble propósito: mediante la
mejora de los pastizales nativos o cultivados y la introducción de razas mejoradas (Campos y col., 2019). Prevalece
también una diversidad de climas, así como costumbres y tradiciones que favorecen
el cultivo de maíces locales en la región (Guevara y col., 2020).
Obtención de la información
En el periodo de marzo a diciembre de 2019 se recabó la información
primaria a través de entrevistas
semiestructuradas y observación participante, la cual se procesó y
analizó entre enero y marzo de 2020. Para ello, se seleccionaron 80 UPF de 20 comunidades (Tabla 1) mediante
un muestreo por redes del tipo “no probabilístico” (Hernández y col., 2014), ya
que se desconocía la población en lo tocante
a cantidad y distribución de las UPF
que cultivan maíces locales en la región. Los puntos de partida para el
muestreo por redes fueron identificados en los Centros de Apoyo al Desarrollo
Rural (CADER).
Las entrevistas semiestructuradas se aplicaron a los “jefes de familia” y constaron de 24 preguntas
distribuidas en tres secciones: datos generales, capital humano y
capital social. La guía de entrevista se diseñó a partir de la operacionalización de los capitales humano y social (Tabla
2) según el enfoque MVS propuesto por el Servicio Jesuita a Refugiados (SJR,
2017). Se consideraron 38 variables, 21 de ellas cuantitativas y 17 cualitativas. Para extraer, sintetizar y
sistematizar la información de las entrevistas se utilizaron los métodos de
interpretación de texto sugeridos por Hernández y col. (2014). Se desarrolló un
proceso interactivo de consulta de expertos y validación en campo, para
discriminar variables como “metros sobre el nivel mar” e incorporar otras como
la cantidad de hijos fuera de la UPF que
conservan los maíces locales.
Análisis estadístico
Las 21 variables cuantitativas (Tabla 2)
se contemplaron para un análisis factorial por el método de componentes
principales, con la finalidad de disminuir e integrar la cantidad de variables
en dimensiones. De estas variables, fueron discriminadas las que mostraron un
Coeficiente de Variación inferior al 10 % (Tabla 3).
Se aplicó un análisis de conglomerados jerárquico mediante la
distancia Euclediana y el método de vinculación de
Ward. Para hacerlo, se usaron las dimensiones identificadas en el análisis de componentes principales (Tabla 3) de
acuerdo con sus puntuaciones factoriales. Los tipos de UPF identificadas se
validaron mediante las variables originales con un análisis de varianza para un modelo lineal. Para la comparación múltiple de media se recurrió
a la prueba de Duncan.
Para las variables cualitativas se hicieron análisis de frecuencias y análisis exploratorios Factoriales
de Correspondencias, que permitieron discriminar
las variables cualitativas no asociadas entre sí. Las correspondencias
significativas se identificaron mediante la prueba de Chi2 y finalmente
se revisaron las siguientes correspondencias:
• Tipo de conocimiento y formas de transmitirlo.
• Tipo de producto y su función (Insumo).
• Contratación de fuerza de trabajo y actividad productiva.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Características socio-productivas de las UPF
Las 80 UPF estudiadas eran lideradas por hombres, en su
mayoría de avanzada edad (59 años promedio, DE = 10.17) y bajo nivel escolar
(primero de primaria). Las familias eran
fundamentalmente nucleares e integradas en gran parte por 2 mujeres y 2 hombres (por lo general
padres e hijos). Los 2 hijos podían ser menores de edad, dependientes de sus padres, o mayores de edad, solteros y/o divorciados que
convivían en el hogar paterno y sus
ingresos independientes contribuían, en
alguna medida, a la economía familiar.
De acuerdo con la información obtenida, se evidenció
una división sexual del trabajo dentro de las UPF que apuntaba a la vinculación
directa de los hombres al trabajo agropecuario, mientras las mujeres se
dedicaban a las actividades domésticas (Tabla 3), que incluyen el apoyo indirecto
y no remunerado a la producción agropecuaria,
atención a la familia, actividades de traspatio y desarrollo de pequeños
negocios familiares.
Motivaciones para el cultivo y conservación de los maíces
locales
Según lo referido por los agricultores, la conservación de los
maíces locales responde a diversas motivaciones culturales, agronómicas y económicas,
mientras que los maíces híbridos se
fundamentan principalmente en las económicas. Sin embargo, es válido
señalar que el factor económico en el primer caso es con fines ahorrativos,
pues se encontró que el 77 % de los agricultores entrevistados seleccionaba y
conservaba sus propias semillas con el propósito de usarlas en cultivos
posteriores. Según Hernández y col. (2020), esto les permite disminuir los costos
de producción, les genera independencia,
autonomía, aprovechamiento de los recursos locales, identitarios
y tradicionales. En el caso de los maíces híbridos, el móvil para su cultivo obedece
al incremento de utilidades. En tal sentido, las 80 UPF cultivan un total de 103 ha de maíces locales y 148 de maíces
híbridos.
Tipo de conocimiento y formas de transmitirlo
Para transmitir el conocimiento se identificaron las categorías
horizontal, vertical y experiencial, así como sus combinaciones. En cuanto al
tipo de conocimiento se encontró al familiar, local, externo, propio y
combinaciones entre ellos. En ese tenor, los agricultores, en su mayoría, reconocen
que su conocimiento, en primera instancia, es
de tipo familiar. También convergen
otros, en mayor o menor medida, el local se origina entre los propios
agricultores y el externo es el recibido de instituciones exógenas. Un grupo
menor considera que es fruto de su propia experiencia. Esto significa que no
predomina un solo tipo de conocimiento, sino que
se integran aquellos heredados de generaciones precedentes (asociadas a los
maíces locales) con las tecnologías modernas (asociadas a los maíces
híbridos y paquetes tecnológicos) para conformar un diálogo de saberes que Guevara
y col. (2018a) denominan una creación y recreación constante del conocimiento.
El análisis factorial de correspondencias identificó relaciones significativas (P = 0.000) entre
el tipo de conocimiento y la forma en que se trasmite a partir de tres dimensiones (Figura 2). Las dimensiones
1 y 2 permiten asociar al conocimiento propio a la experiencia o vivencia
personal, mientras que el familiar se relaciona con la transmisión vertical, pero incluye formas experienciales.
Dentro de la misma generación, se detecta un
tejido de relaciones que trasciende el ámbito familiar e involucra a
otros actores de la comunidad que
comparten espacios similares pero experiencias más o menos diferentes. La
dimensión 3 vincula al conocimiento local con formas horizontales de
transmisión, lo que es recurrente con la idea del espacio físico comunitario, la milpa y las áreas sociales como escenarios
de aprendizaje. Este conjunto de relaciones
enriquece el proceso de aprendizaje en torno a los maíces locales.
Tipo de producto y su función (Insumo)
Con las estimaciones realizadas se detectó que el 95 % de los
productores aplicaba herbicidas, el 84 % plaguicidas y el 88 % fertilizantes,
todos de tipo químico. El análisis factorial de correspondencias condujo a
establecer una asociación significativa (P = 0.006) mediante dos dimensiones
(Figura 3). La dimensión 1 (plano horizontal) mostró una tendencia minoritaria al uso de plaguicidas orgánicos. La dimensión 2 (vertical) arrojó una tendencia minoritaria al empleo
combinado de compuestos orgánicos y químicos, que estuvo asociado con el uso de
fertilizantes de ambos tipos. Esto concuerda
con Martínez y col. (2020b), quienes
plantearon que el 93 % de los agricultores utiliza altas cantidades de
agroquímicos. El 62 % de los entrevistados de este estudio afirmó que suministraba
a los maíces locales la misma cantidad de
productos que a sus maíces híbridos. Es decir, que de acuerdo con Martínez-Aguilar
(2021), las prácticas de manejo de los maíces (tanto locales como híbridos)
actualmente contribuyen al deterioro de los recursos naturales de las UPF, como
el suelo y el agua, y aumentan la dependencia externa por el uso de productos
industriales.
Contratación de fuerza de trabajo y
actividad productiva
Uno de los
principales problemas que enfrentaban las UPF en cuanto al capital humano fue
la insuficiente fuerza de trabajo familiar vinculada a las labores
agropecuarias, lo que obligaba a ocupar trabajadores ajenos a la UPF para
cubrir las actividades del ciclo productivo. En la Figura 4 se muestra la alta
frecuencia de empleo de jornaleros, sobre todo en la siembra, la fertilización
y la cosecha, más no así en la limpia, ya que para ello el propio agricultor se
valía de productos químicos aplicados con bombas aspersoras,
lo que facilitaba su trabajo y disminuía los gastos de producción. La baja
contratación en la cosecha del maíz obedecía a la renta de maquinaria para
desgranar y a escasas manifestaciones de cooperación local.
Participación en redes y organizaciones
La participación en redes, como elemento
del capital social, no aportó a la tipificación de las UPF, pero contribuyó a la caracterización general.
Al respecto, la conformación o participación en organizaciones para la
producción de maíz no es común en las UPF estudiadas. Sólo en el 8 % de
ellas existe algún tipo de afiliación formal
a organizaciones que apoyen el desarrollo de la producción. En concordancia con
Campos y col. (2019), tampoco se destacaron redes formales con instituciones
para la demanda de asesorías técnicas.
Tipos de UPF que cultivan maíces locales
Mediante el análisis factorial de
Componentes Principales se encontró que la diversidad de características de
estas UPF se manifiesta en 6 dimensiones, que explican el 67 % de la
variabilidad total (Tabla 3). Estas dimensiones se etiquetaron, según sus correlaciones con las variables originales, de la siguiente forma:
• Perfil de ocupación hacia la
agricultura y en especial hacia el maíz
• Antigüedad en el
cultivo del maíz e hijos independizados de la UPF de origen
• Trabajo fuera del hogar
• Capital social local de cooperación
• Capital social institucional basado en
apoyos
• Mujeres y trabajo reproductivo
Dichas dimensiones son la base de la identificación
de tipos de UPF en este contexto productivo. Básicamente, las estructuras socioproductivas no son homogéneas y el análisis de conglomerados
permitió identificar 6 tipos de UPF (Figura 5). Los 6 grupos fueron examinados
para definir su comportamiento referente a los componentes de la Tabla 3 y los
resultados se muestran en la Figura 6.
Perfil de ocupación hacia la agricultura
y en especial hacia el maíz
En el componente I, el tercer grupo (G3)
presentó mejor perfil de ocupación hacia la agricultura y en especial al maíz
(Figura 6). En general, hay una mayor participación familiar en las actividades
agropecuarias de la UPF y en particular en el cultivo de los maíces locales,
con 2 hombres como promedio (Tabla 4).
El resto de los grupos, G1, G2, G4, G5 y
G6 difícilmente contaba con el apoyo de un solo hombre en labores agropecuarias
(cultivo de maíz) y no agropecuarias, lo que corrobora la necesidad de contratación
de mano de obra y, por consiguiente, mayor dependencia de factores externos.
Antigüedad en el cultivo del maíz e hijos
independizados fuera del hogar
En el componente II, con 3 variables
asociadas (Tabla 4), se observó que los G1, G2 y
G3 eran los agricultores con mayor antigüedad en la conservación del maíz local, con 62.3, 42.7 y 47.3
años, respectivamente. Por tanto, estos grupos acumulaban también mayor
experiencia y sentido de pertenencia por los maíces locales, aun cuando
los agricultores del G3 manifestaron que dejaron
temporalmente (al menos por un año) de sembrarlos. Esta información se corroboró
con el cálculo de la diferencia entre los
años que cultivaron maíces en general y los que cultivaron maíces locales
particularmente.
Los G1, G3 y G5 presentaron mayor
cantidad de hijos independientes de las UPF de origen, con 5, 4 y 3,
respectivamente. Sin embargo, mediante el análisis de contenido se
demostró que esto no garantiza la
conservación de los maíces locales, pues sólo en el 31 % de los casos los
hijos, al independizarse de la UPF de origen, mantenían el cultivo de maíces
locales. En ese tenor, se identificaron 15 UPF con 1 hijo independizado de la
UPF que conserva el cultivo de los maíces locales, 6 UPF con 2, 2 UPF con 3 y 1
UPF con 4. Por tanto, de acuerdo con Guevara y col. (2020), la edad avanzada de
los agricultores no representa una problemática en sí, toda vez que es un
fenómeno natural, lo que
realmente compromete la continuidad de la
conservación de los maíces locales en el mediano y largo plazo es el
insuficiente reemplazo generacional en la actividad.
Trabajo fuera del hogar
El G2 mostró las puntuaciones más altas dentro de la componente
III (Tabla 4). El trabajo fuera del hogar, que contempla el trabajo asalariado
y la migración internacional en este grupo, tuvo mayor significación que en el
resto, lo que indica la existencia de estrategias más diversificadas fuera del
sector agropecuario que complementan los ingresos familiares.
Los G1, G3, G4, G5 y G6 no muestran índices significativos de ofrecer su fuerza de trabajo al
sector secundario o terciario (como asalariados), por tanto, sus estrategias se orientan más
hacia la especialización en el sector primario, en contraposición a lo
encontrado en otros estudios (Cadena-Iñiguez y col., 2016).
Capital social local de cooperación
El Componente IV (Tabla 4) revela que los G2, G3, G4 y G6 son los que mantienen mayor cantidad de relaciones locales. Sin embargo, las
de los G2, G3 y G4 trascienden el ámbito local.
En sentido general, se encontró que en todos los grupos predominan las
relaciones locales y de cooperación a través de la solidaridad entre vecinos,
familiares y compadres, que son propias de la
agricultura familiar. Sin embargo, los G2, G3 y G4 conservan prácticas
de colaboración en el ámbito del trabajo agropecuario, como el “el invitadito”
y “el cambio de mano”. Mediante ellas, los agricultores se apoyan mutuamente en
diferentes etapas del ciclo productivo sin remuneración alguna Martínez-Aguilar
(2021). Según manifestaron los agricultores, estas formas de colaboración ya no
constituyen una generalidad, pues han sido sustituidas por el uso de
desgranadoras mecánicas, cuyo uso es común en la región.
Capital social institucional basado en
apoyos
El G6 presenta el mayor número de relaciones institucionales,
toda vez que reconoce la asesoría técnica de instituciones como la Universidad
Autónoma de Chiapas (UNACH), particularmente con la Facultad de Ciencias Agronómicas.
Sin embargo, un 92 % de los agricultores manifestó no contar con este tipo de
conexiones. Por este motivo, las relaciones
institucionales se basan fundamentalmente en las de carácter comercial, a
través de organismos proveedores de insumos agropecuarios y los compradores de
maíces, así como los de subsidios gubernamentales. En la Tabla 4 se muestra que
los G1, G2, G3, G5 y G6 reciben al
menos un subsidio gubernamental. Estos corresponden a subsidios para la familia como PROSPERA y la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores y para el cultivo de maíz como PROCAMPO (es la forma en que lo reconocen
los productores, actualmente es el Programa de Producción para el Bienestar de la Subsecretaría de Alimentación y
Competitividad, dependiente de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo
Rural). El programa consiste en el apoyo económico
directo, sin intermediarios, a pequeños y medianos productores de
granos, amaranto, chía, caña de azúcar, café y recientemente se incluyen los
productores de cacao y miel de abeja. En 2021 se incrementó el respaldo a
productores de granos con menos de 5 ha de temporal a $ 2 000 pesos por ha, y
de más de 5 ha hasta 20 ha con $ 2 200 pesos
por ha.
De acuerdo con la información de los agricultores, aunque no
son suficientes los subsidios, complementan los costos de producción que las
propias ganancias por concepto de maíces locales
no logran sufragar. No obstante, de acuerdo con Bartra (2020), los subsidios
pueden desestimular la diversificación
de actividades y cultivos. Se pueden limitar así las capacidades para desarrollar una mayor eficiencia en la gestión
de la UPF y de su economía.
Mujeres y trabajo reproductivo
En el G3 se presenta una mayor
participación de la mujer en el trabajo reproductivo de la UPF, con 2 mujeres
como promedio, mientras el resto de los grupos solo cuenta con 1. En el trabajo
reproductivo se contemplaron todas aquellas actividades que directa o indirectamente
apoyan el proceso agropecuario y el funcionamiento de la UPF en sentido
general, tales como la atención al traspatio familiar, las labores domésticas y
el cuidado de los hijos. Estas se analizaron a través de la cantidad de mujeres
que se vinculan directamente con ellas.
Discusión
La edad avanzada de los líderes de las
familias es clave en la conservación de los maíces locales, ya que provee a las
UPF de mayor experiencia y confianza para el cultivo, conseguidas como parte
del proceso de transferencia vertical del conocimiento familiar de una
generación a otra y enriquecidas con las nuevas tecnologías que se integran en
la actualidad. Aunado a esto, es evidente el interés de los jóvenes por otras
actividades más rentables, como la ganadería, los maíces híbridos y el café, lo
que, de acuerdo con Guevara y col. (2018a; 2020), genera incertidumbre en la
continuidad del cultivo de los maíces locales en estas UPF.
El excesivo uso de agroquímicos afecta
los recursos naturales como el suelo, el agua y la diversidad de especies en
los agroecosistemas de maíces locales y maíz en
general de la Frailesca (Aguilar y col., 2019). Este uso indiscriminado y descontrolado
de agroquímicos incide, además, según Martínez y col. (2020a), en los costos de
producción, que son cada vez más elevados, a lo que se suma la necesidad de contratar fuerza de trabajo externa a la
UPF y la baja conformación de redes que
apoyen la producción de forma solidaria. Estos aspectos incrementan a su
vez los niveles de dependencia externa de las
UPF.
En cuanto a los tipos de UPF, el G3 se destaca por presentar
una mayor participación familiar masculina, fundamental para el funcionamiento
de la unidad de producción. El G1 es el más experimentado en el cultivo de los
maíces locales, seguido de los G3 y G2. El G2 ha logrado mayor diversificación
al presentar indicadores más significativos en la combinación del quehacer agropecuario
con el trabajo asalariado y la migración internacional (Tabla 4).
De acuerdo con Toledo (2008), esto le confiere mayor resiliencia
ante eventos inesperados, mientras que el resto de los grupos son más vulnerables
frente a tales circunstancias. Los G2, G3 y G4 desarrollan más las relaciones
locales y de cooperación, mientras que el G6 las relaciones institucionales. El
G4 recibe la menor cantidad de subsidios del gobierno porque no cumple los
requisitos que exige el Programa Producción para el Bienestar, y probablemente
ha desarrollado mayor autosuficiencia. Esto, de acuerdo con Vázquez y col.
(2018), es favorable para la unidad de producción al depender menos del
exterior para su funcionamiento. El G3 tiene la mayor participación femenina
vinculada al trabajo reproductivo en la UPF. Según López y col. (2013), la
participación de la mujer en tales actividades favorece la generación de otros
ingresos y mitiga la dependencia de recursos externos al tiempo que contribuye
a la seguridad alimentaria familiar y, por
ende, al sustento y desarrollo de la
UPF.
CONCLUSIONES
Las Unidades de Producción Familiar (UPF) estudiadas en la
Frailesca presentan un conjunto de características en su capital humano que
contribuyen o afectan a corto, mediano y largo plazo la conservación de los
maíces locales, como la continuidad generacional, el deterioro de los recursos
naturales que sostienen el cultivo a través de la fusión de las prácticas
tradicionales con las modernas y la dependencia de recursos externos. El
capital social de las UPF se basa fundamentalmente en las relaciones locales y de
cooperación, las institucionales son menos trascendentales. El G3 muestra
un mejor equilibrio entre el capital humano y social por contar con mayor
participación familiar masculina y femenina, destacando entre los de mayor
experiencia en el cultivo de maíces locales y tener relaciones locales y de cooperación más sólidas.
Referencias
Aguilar,
J. C. E., Galdámez, G. J., Martínez, F. B., Guevara, H. F. y Vázquez, S. H.
(2019). Eficiencia del policultivo maíz-frijol-calabaza bajo manejo orgánico en
la Frailesca, Chiapas, México. Revista Científica Agroecosistemas.
7(3): 64-72.
Aguilar,
R., Nahed, J., Parra, R., García, L. y Ferguson, B. (2012). Medios de vida y aproximación de
sistemas ganaderos al estándar de producción orgánica en Villaflores,
Chiapas, México. Avances en Investigación Agropecuaria. 16(3): 21-51.
Bartra,
A. (2020). Repensar lo rústico. Aportes a una teoría del campesinado
contemporáneo. En J. Boltvinik y S. A. Mann (Eds.), Pobreza
y persistencia campesina en el siglo XXI. Teorías, debates, realidades y
políticas (pp.113-133). Ciudad de México: Editores Siglo XXI.
Cadena-Iñiguez,
P., Garrido, L. K. I., Rendón, M. R., Rangel, Q. J., Salinas, C. E. y Fernández,
G. I. (2016). Persistencia campesina: estrategias de vida en áreas marginadas de
Chiapas. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas. 7(4): 809-819.
Cadena-Iñiguez,
P., Guevara, F., Argüello, R. A. y Rendón, R. (2018a). Proceso de comunicación,
extensionismo y
adopción de tecnologías. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas.
9(4): 851-864.
Cadena-Iñiguez,
P., Rendón, R., Rodríguez V, H., Camacho V, C., Santellano
E, E., Guevara H, F. y Govaerts, B. (2018b). Ensayo: Propueta metodológica-interinstitucional para un nuevo extensionismo en México. Revista Mexicana de
Ciencias Agrícolas. 9(8): 1777-1785.
Cadena-Iñiguez,
P., Rodríguez H, R., Morales G, M., Berdugo R, J. G.,
Salinas C, E., Camas G, R., …, and Pinto R, R. (2019).
Model of Management for Innovation in
Small Farmers of Latin America; A Successful
Proposal. International Journal of Agriculture and Natural
Resources. 6(1): 1-7.
Campos, S. R. A., Cruz, M. W. O. y Céspedes, O. E. (2019).
Pensando en políticas públicas de sustentabilidad ambiental desde el análisis
de la actividad productiva de la región Frailesca. Revista Legislativa de
Estudios Sociales y de Opinión Pública. 12(26): 11-42.
Delgado,
R. F., Guevara, H. F. y Acosta, R. R. (2018). Criterios campesinos para la
selección de maíz (Zea maiz L.) en Villaflores y Villa Corzo, Chiapas. CienciaUAT. 13(1): 123-134.
FAO, Food and Agriculture Organization (2018). México rural del siglo XXI. [En línea].
Disponible en: http://www.fao.org/3/i9548es/I9548ES.pdf. Fecha de consulta: 12
de enero de 2020.
García,
B. D. V., Pérez, Z. L. A., Pérez, B. J. J., Ruíz, R. O. y García, P. E. (2015).
Sostenibilidad en una unidad de producción familiar en el trópico subhúmedo del
estado de Veracruz. [En línea]. Disponible en:
https://www.researchgate.net/publication/313473494_Sostenibilidad_en_una_unidad_de_produccion_familiar_en_el_tropico_subhumedo_del_estado_de_Veracruz.
Fecha de consulta: 12 de enero de 2020.
Gobierno
del estado de Chiapas (2014). Programa regional de desarrollo 2013-2018.
Región VI Frailesca. [En línea]. Disponible en: http://www.observatoriomujereschiapas.org.mx/descargas/ped-chiapas.pdf.
Fecha de consulta: 12 de enero de 2020.
Gómez, W., Sánchez, E., Espinoza, A. y Herrera, F. (2013).
El papel de los activos productivos en modos de vida rurales. La obtención de
indicadores. Convergencia. Revista
de Ciencias Sociales. 20(62): 71-105.
Guevara,
F. G., Hernández, M. A., Basterrechea, J. L.,
Fonseca, M. A., Delgado, R. F, Ocaña, G. M. y Acosta, R. R. (2020). Riqueza de
maíces locales (Zea mays L.) en la región Frailesca,
Chiapas, México: un estudio etnobotánico. Revista
Facultad de Agronomía, LUZ. 37: 1-25.
Guevara,
F., Hernández, M. A., Basterrechea, J. L., Pinto, R.,
Venegas, J. A., Rodríguez, L. A. y Cadena, P. (2019). Maíces locales; una contextualización
de identidad tradicional. Revista de la Facultad de Ciencias Agrarias UNCuyo. 51(1): 369-381.
Guevara,
H. F., Hernández, R. M. A., Pinto, R. R., Arias, Y. I., Rodríguez, L. L. A.,
Medina, S. L. y Rodríguez, R. S. (2018a). Oportunidades para la innovación de
sistemas tradicionales de producción agropecuaria: un análisis socioantropológico retrospectivo. Ciencia Ergo-Sum.
26(1): 1-19.
Guevara,
H. F., Rodríguez, L. L. A., Díaz, J. J., Pinto, R. R., Ley-de-C. A. y Aryal, D. R. (2018b). Actores y estrategias de la
innovación tecnológica en la producción de maíz en Chiapas, México. Revista
Facultad de Agronomía, LUZ. 35(2): 223-247.
Hernández,
M. A., Rodríguez, L., Guevara, F., Rosales, M. A., Pinto, R. y Ortiz, R.
(2017). Caracterización Molecular de maíces locales de la reserva de la
Biosfera, La Sepultura. México. Agronomía Mesoamericana. 28(1): 69-83.
Hernández,
R. M. A., Guevara, F., Basterrechea, J. L., Coutiño, B., La-O, M. A., y Pinto, R. (2020). Diversidad y
conservación de maíces locales de la Frailesca,Chiapas, México. Revita
Fitotecnia Mexicana. 43(4): 471-479.
Hernández,
S. R., Fernández, C. C. y Baptista, L. M. P. (2014). Metodología de la
investigación (Sexta edición). Ciudad de
México: McGRAW-HILL/INTERAMERICANA EDITORES,
S.A. DE C.V. 634 Pp.
López,
G. J. L., Damián, H. M. A., Álvarez, G. F., Zuluaga, S. G. P., Parra, I. F. y
Paredes, S. J. A. (2013). El traspatio de los productores de maíz: en San
Nicolás de los Ranchos, Puebla-México. Ra Ximhai.
9(2): 181-198.
Maletta, H. (2011). Tendencias y
perspectivas de la agricultura familiar en América Latina. Documento de trabajo
No. 1. Proyecto Conocimiento y cambio en pobreza rural y desarrollo.
Santiago de Chile. Rimisp. 131 Pp.
Martínez-Aguilar,
F. B. (2021). La sustentabilidad del agroecosistema
maíz (Zea mays L.) en la región Frailesca, Chiapas,
México. Tesis de Ciencias Agropecuarias y Sustentabilidad, UNACH. [En línea].
Disponible en: http://www.repositorio.unach.mx:8080/jspui/handle/123456789/3383.
Fecha de consulta: 16 de noviembre de 2020.
Martínez,
F. B, Guevara, F., Aguilar, C. E., Pinto, R., La-O, M. A., Rodríguez, L. A.,
and Aryal, D. R. (2020b). Energy and Economic Efficiency of Maize Agroecosystem under Three
Management Strategies in the Frailesca, Chiapas
(Mexico). Agriculture.
10(81): 1-16.
Martínez,
F. B., Guevara, C. E., Aguilar, L. A., Rodríguez, M. B. y Reyes, M. B. (2020a).
Caracterización físico-química y biológica del suelo cultivado con maíz en sistemas
convencional, agroecológico y mixto en la Frailesca, Chiapas. Terra
Latinoamericana. 38(4): 871-881.
Martínez,
F. B, Guevara, F., La-O, M. A., Rodríguez, L. A., Pinto, R. y Aguilar, C. E.
(2020c). Caracterización de productores de maíz e indicadores de
sustentabilidad en Chiapas. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas.
11(5): 1031-1042.
Pizaña, V. H. A., Fletes, O. H. B. y
González, C. A. A. (2019). Agronegocios y campesinos
maiceros en la Frailesca, en Eutopía,
Revista de Desarrollo Económico Territorial 15. [En línea]. Disponible en:
http://www.revistas.flacsoandes.edu.ec. Fecha de consulta: 4 de octubre de
2019.
Rubio,
B. (2012). El declive de la fase agroexportadora Neoliberal en el contexto de
las crisis capitalista y alimentaria. En M. Hernández y J. Meléndez (Eds.), Alimentación
contemporánea: Un paradigma de crisis y respuestas alternativas (pp.
31-77). México: Editorial CLAVE.
Salcedo,
S. y Guzmán, L. (2014). Agricultura familiar en América Latina y el Caribe.
Recomendaciones de política. Santiago de Chile: Organización de la Naciones
Unidas para la Alimentación y la Agricultura. 486 Pp.
Santos,
V., Zúñiga, M., Rodríguez J. y Álvarez, A. (2014). Tipologías de productores
agropecuarios para la orientación de políticas públicas: Aproximación a partir
de un estudio de caso en la región Texcoco. Estado de México. México. Sociedades
Rurales, Producción y Medio Ambiente. 14(28): 47-69.
SIAP,
Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (2020). Secretaría de
Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación. [En línea].
Disponible en: http://nube.siap.gob.mx/cierre_agricola/. Fecha de consulta: 18
de agosto de 2020.
SJR,
Servicio Jesuita a Refugiados (2017). Manual Medios de Vida. Bogotá.
Colombia: Editorial de la Oficina Regional JSR LAC. 50 Pp.
Van-der-Ploeg, J. (2013). Diez cualidades de la agricultura
familiar. LEISA. Revista de Agroecología. 29(4): 6-21.
Toledo,
V. (2008). Metabolismos rurales: hacia una teoría ecológica-económica de la
apropiación de la naturaleza. Revista Iberoamericana de Economía Ecológica.
7: 1-26.
Vázquez,
G. L. B., Parra, V. M. R. y Gracia, M. A. (2018). Transformaciones en la
agricultura de los mayas peninsulares: Un contraste de los casos de Kampocolché y Xohuayán. Mundo
Agrario. 19(41): e084.
Yúñez, A., Cisneros, A. y Meza, P. (2013).
Situando la agricultura familiar en México. Principales características y
tipos, en Serie Documentos de Trabajo No 149. RIMISP, Santiago de Chile.
[En línea]. Disponible en: http://www.portalsiget.net. Fecha de consulta: 18 de
noviembre de 2018.