Fiabilidad y validez de un instrumento de medición del desempeño competitivo de las instituciones de salud mediante las tecnologías de la información y la comunicación
Reliability
and validity of an instrument for measuring the
competitive
performance of health institutions through the use of Information and
Communication Technologies
Medición del
desempeño competitivo en salud
José
Felipe Ramírez-Pérez*, Virginia Guadalupe López-Torres, Alicia del Rosario
Ramírez-Pérez,
Maylevis
Morejón-Valdés
*Correspondencia: jramirez14@uabc.edu.mx/ Fecha
de recepción: 10 de febrero de
2021/Fecha de aceptación: 22 de septiembre de 2021/Fecha
de publicación: 28 de enero de 2022.
Universidad
Autónoma de Baja California (UABC), Facultad de Ciencias Administrativas y
Sociales (FCAyS), México 1 s/n, Carlos Pacheco 7, Ensenada, Baja California,
México, C. P. 22890.
Resumen
Desde su surgimiento,
la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación ha
logrado mayores ventajas competitivas en las empresas y organismos públicos,
incluyendo el sector salud, aunque sobre este hay poca evidencia científica. El
objetivo de la investigación fue validar un cuestionario para la medición del
desempeño competitivo de las instituciones de salud
del estado de Baja California, mediante el
uso de las tecnologías de la información y la comunicación. El enfoque del
estudio es cuantitativo, con alcance descriptivo de tipo retrospectivo y diseño
no experimental de corte transversal. El cuestionario elaborado con base en la
revisión de literatura se aplicó entre septiembre de 2020 y mayo de 2021
a una muestra de profesionales de la salud (n = 203). Constó de 59 ítems, como resultado de la medición de 9 dimensiones, en
donde su índice de validez de contenido para n = 13 expertos fue catalogado
como adecuado (0.79). La fiabilidad obtenida en la prueba piloto fue alta (alfa
de Cronbach = 0.86). Para evaluar la validez de constructo se llevó a cabo un
análisis factorial exploratorio, que determinó 9 factores que explican el 84.5
% de la varianza total y una fuerte correlación entre las variables. El
instrumento obtenido presentó adecuadas
propiedades psicométricas de confiabilidad y validez, que a su vez
permitieron medir el impacto que tienen las tecnologías
de la información y comunicación sobre el desempeño competitivo de las instituciones
de salud.
Palabras clave: eficiencia organizacional, instituciones de salud, tecnologías de la
información y la comunicación.
Abstract
Since
their emergence, the use of information and communication technologies has
achieved greater competitive advantages in companies and public organizations,
including the health sector,
although there is little scientific evidence about it. The objective of the
research was to validate a questionnaire to
measure the competitive performance of health institutions in the state of Baja
California, through the use of information and communication technologies. The
study approach is quantitative, with a retrospective descriptive scope and a
non-experimental cross-sectional design. The questionnaire developed
based on the literature review was administered
between September 2020 and May 2021 to a sample of health professionals (n =
203). It consisted of 59 items, as a result of measuring 9 dimensions, where its content validity index for
n = 13 experts was classified as adequate (0.79). The reliability obtained in
the pilot test was high (Cronbach’s Alpha = 0.86). To evaluate the construct
validity, an exploratory factor analysis
was carried out, which determined 9 factors that explain 84.5 % of the total
variance and a strong correlation
between the variables. The obtained instrument presented adequate psychometric
properties of reliability and validity, which
in turn made it possible to measure the impact
of information and communication technologies
on the competitive performance of health institutions.
Keywords: organizational efficiency, health facilities,
information and communication technologies.
INTRODUCCIÓN
Los constantes y vertiginosos avances científicos y tecnológicos han propiciado la aparición y continuo desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Distintos economistas, investigadores y políticos han coincidido en que las TIC han cambiado el modo de operar de las empresas, al margen de su tamaño y función. Las organizaciones se han visto beneficiadas con un aumento de su productividad y rendimiento y, a la postre, del desempeño competitivo (Schwab, 2017; Robaina y col., 2020).
Según Grande y col. (2016), las TIC se definen como el conjunto de tecnologías actuales, que incluyen el hardware y el software, para permitir la creación, utilización, almacenamiento, procesamiento, distribución y comunicación más eficiente de los datos e información disponibles, que han acarreado grandes beneficios como factor de desempeño competitivo en la industria y en la medicina, cuya prioridad es aumentar el rendimiento hospitalario y reducir los costos (Setia y col., 2020; Tortorella y col., 2020), particularmente, porque al elevarse el promedio de vida, aumenta la cantidad de población envejecida, lo que conlleva que la atención sanitaria sea más recurrente y compleja (Calderón y col., 2016; Mayer y Jensen, 2018), además de más costosa, sobre todo, debido a las comorbilidades asociadas con la vejez (Pérez y col., 2019).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Banco Mundial (BM), México alcanzó un indicador del 76 % en cobertura universal de atención médica catalogado como alto. Sin embargo, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) refirió que estos datos tienen otra lectura más profunda y alarmante si se toman en consideración otros elementos como la enfermedad diagnosticada y su tratamiento, el nivel de ingreso que tienen los ciudadanos, su entidad federativa o el instituto de seguridad social a la cual pertenecen (IMCO, 2020).
El IMCO, no obstante el dato de la OMS, considera que en realidad la cobertura es insuficiente, ya que más de 16 millones de ciudadanos mexicanos no cuentan con recursos para
cubrir su atención médica. Además, es el segundo país adscrito a la
Organización para la Cooperación y el
Desarrollo Económicos (OCDE) con el mayor porcentaje de gastos de bolsillo en este rubro. Y en el caso de las enfermedades
crónicas, un 20 % del ingreso, lo cual pudiera condicionar a una familia a caer
en la pobreza, vender su patrimonio o endeudarse (IMCO, 2018). Adicionalmente,
como refieren Chemor y col. (2018),
en julio de 2019, Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, anunció
la sustitución del Seguro Popular por el
Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI). Si bien su propuesta es una
oportunidad para crear y desarrollar un sistema integral,
transcurrida más de la mitad de 2021
subsiste la incógnita de cómo se cubrirá en los próximos años a los más
de 53 millones de personas afiliadas
(Colchero y col., 2021).
La elevación del desempeño competitivo debe posibilitar un aumento de la cobertura sin afectar la calidad de la atención a los pacientes y sin descuidar el factor económico (Ramírez-Pérez y col., 2016). En tal escenario, los proyectos de innovación tecnológica tienen un importante efecto en la solución de este problema (Davlyatov y col., 2019; Valencia-Moreno y col., 2020). Debe examinarse la información que se tiene, para implementar mecanismos y herramientas que favorezcan la monitorización, control y eficiencia en la toma de decisiones, a fin de mejorar sus procesos y asegurar mayor calidad y seguridad del servicio (Zahid y col., 2021).
Las TIC brindan herramientas para mejorar la eficiencia y efectividad. Además, el monitoreo continuo de la información generada puede conducir a reducir los costos y los tiempos de espera de los pacientes (Álvarez-Tobón y col., 2018; Gomes y Romão, 2018). En las investigaciones de Milani y col. (2016); Atasoy y col. (2018); Robledo-Madrid (2019) se evidencia también que con el uso de las TIC se mejoran los procesos asistenciales, de apoyo al diagnóstico y administrativos. De igual manera, la disminución de los errores médicos y el mejoramiento de los servicios tendrán una fuerte repercusión social al elevar la calidad de vida de la población.
El objetivo de esta investigación fue validar un cuestionario para la medición del desempeño competitivo de las instituciones de salud del estado de Baja California, mediante el uso de las tecnologías de la información y la comunicación.
MATERIALES
Y
MÉTODOS
El enfoque es de
tipo cuantitativo. Se definió con un alcance descriptivo, de tipo retrospectivo y diseño no experimental, de corte transversal.
Se llevó a cabo entre septiembre de 2020 y mayo de 2021. Las variables objeto
de estudio son el empleo de las TIC y el desempeño competitivo de las
instituciones de salud, considerando 9 dimensiones, como se advierte en la
Figura 1. Para su determinación se hizo un análisis documental en revistas
científicas de alto impacto, indizadas en bases de datos como Scopus y Web of Science.
El importante
papel de las TIC en la elevación del desempeño competitivo de las instituciones de salud se evidencia en la revisión bibliométrica
de las bases de datos SciELO Citation
Index, Web of Science Core Collection, KCI-Korean Journal Database, Derwent
Innovations Index y Russian Science Citation Index. Como se aprecia en la Figura 2, se identificaron
154 investigaciones en el periodo 2012-2021, en las que coincidieron los
términos “information technologies”, “efficiency” y “health facilities”.
La investigación se efectuó en 5 etapas:
1. Elaboración de un cuestionario para la recolección de datos, con base en la literatura científica actualizada consultada.
2. Determinación del índice de validez de su contenido (CVI, por sus siglas en inglés: Content Validity Index) a través de jueces expertos.
3. Aplicación de un estudio piloto a una muestra de la población de profesionales de la salud.
4. Cálculo de la fiabilidad mediante el coeficiente alfa de Cronbach.
5. Aplicación del análisis factorial exploratorio para determinar la validez de constructo por medio del examen de componentes principales.
El cuestionario es la herramienta más utilizada para recopilar datos de fenómenos sociales (Sampieri, 2018), sin embargo, al revisar la literatura no se encontró alguno que midiera lo que se pretendía, por lo que se procedió a diseñar el que se usaría. Para definir las nueve dimensiones y el conjunto de ítems se consideraron los principales autores e investigaciones que han abordado el tema: Vasco y col. (2010); Giacometti-Rojas (2013); McCalman y col. (2017); Pashkus y col. (2017); Cho y col. (2018); Baird y col. (2019); Robledo-Madrid (2019); Schneider y col. (2020); Singh y col. (2020); Sjaaf y col. (2020).
Desarrollo
del instrumento
En su definición, fueron incorporándose cada uno de los ítems que mejor pudiera medir las
dimensiones propuestas para cada una de las variables examinadas, con el menor número de preguntas, para evitar redundancias. Asimismo, se revisó el tipo de escala de medición a utilizar de acuerdo con los objetivos de la investigación, siendo empleadas la escala ordinal con respuesta de selección múltiple de tipo Likert (totalmente en desacuerdo, en desacuerdo, de acuerdo y totalmente de acuerdo) y la escala nominal con respuesta dicotómica (Sí, No). En su versión inicial estuvo compuesto por 85 ítems (Tabla 1).
Con el fin de caracterizar la muestra, lo que es útil al contrastar percepciones, se incluyeron otros enunciados:
• Centro hospitalario donde labora el encuestado. Se consideraron tanto las del sector público como del privado.
• Puesto o función que desempeña: administrativo, enfermero/médico (general o de especialidad), odontólogo y trabajador de laboratorio.
• Penetración percibida por el encuestado en el empleo de las TIC en su hospital.
• Opinión que deseara agregar, que puede ser útil en el proceso de investigación para mejorar los resultados.
Validación por jueces
Luego de conformado el cuestionario, fue sometido a la validación de expertos, los cuales evaluaron la capacidad de los ítems para medir con suficiencia, claridad, coherencia y relevancia cada una de las dimensiones de las variables. Para el dictamen cuantitativo de la validez de su contenido se empleó la guía y plantillas de Escobar-Pérez y Cuervo-Martínez (2008). Para calificarlo, la propuesta de Tristán-López (2008) al modelo de Lawshe (1975), que supera las limitaciones de este para su aplicación, como la necesidad de contar con un gran número de expertos, y su rigidez en cuanto a concordancia entre ellos, que en la práctica es difícil de conseguir, mientras que la propuesta de Tristán-López permite trabajar con cantidades reducidas de expertos y modifica los valores mínimos exigidos en la validación, siendo más coherente y realista (Tabla 2).
Se seleccionaron 13 expertos para evaluar el instrumento de medición preparado. Se trató de académicos y especialistas con alta experticia y reconocimiento en las TIC, la competitividad, ciencias de la salud y desarrollo regional.
Los 13 expertos estimaron para cada uno de los 85 ítems el valor del CVI, que se interpreta como la concordancia entre la suficiencia, la claridad, la coherencia y la relevancia solicitada. Para ello, primero se computaron los valores de las fórmulas de Razón de Validez de Contenido (CVR, por sus siglas en inglés: Content Validity Ratio) y la modificación al CVR (CVR’). Se presentan a continuación las ecuaciones usadas. El CVI puede determinarse también como el promedio de los valores de CVR’ aceptables (Tristán-López, 2008):
Donde:
ne = es el número de expertos que tienen acuerdo en la categoría esencial (valor 4).
N = es el número total de expertos.
CVRi = es el CVR de los ítems aceptables, de acuerdo con el criterio de Lawshe.
M = es el total de ítems aceptables de la prueba.
Muestra
El estudio piloto fue aplicado a una muestra de n = 203 profesionales de la salud de Baja California, México. Para el cálculo de la muestra se trabajó con una población infinita debido a que no se conoce con detalle el total de profesionales del área médica asentados en Baja California. Se empleó la fórmula propuesta por Aguilar-Barojas (2005):
Donde:
n = es el tamaño de la muestra de profesionales a obtener.
Z = es el valor alcanzado mediante niveles de confianza: 90 % (1.645), siendo confiable.
p = probabilidad de que el profesional a encuestar sea administrativo, médico-enfermero, odontólogo o laboratorista, siendo 0.25 el valor empleado, por existir cuatro categorías.
e = límite aceptable de error muestral, siendo 5 % el utilizado.
Primero, se
identificó un conjunto de individuos
clave (administrativos, médicos, enfermeros,
odontólogos y laboratoristas). Éstos recomendaron
a otros, quienes también fueron incorporados,
hasta llegar al número definido. Para determinar los sujetos se aplicó un muestreo
no probabilístico, en cadena o por redes, comúnmente llamado “Bola de Nieve”.
El cuestinario fue automatizado, utilizando el software de administración de encuestas Google
Forms, y distribuido entre los
participantes mediante las redes sociales (Facebook, Twitter, Telegram e Instagram)
y el correo electrónico.
Como resultado de la aplicación de los cuestionarios, se arribó a los 203 sujetos de la muestra, los cuales incluyó a profesionales de la salud de Ensenada, San Quintín, Mexicali y Tijuana, de 8 centros hospitalarios. La cantidad de encuestados posibilitó el cálculo de la fiabilidad por medio del coeficiente alfa de Cronbach.
La validez de contenido se realizó mediante el análisis factorial exploratorio, para ello se aplicó la medida Kaiser-Meyer-Olkin (KMO), la cual evalúa el grado de correlación entre variables, índice que oscila entre 0 y 1. Valores superiores a 0.60 (se sugieren mayores a 0.70) evidencian una correlación fuerte. Enseguida se aplicó la prueba de esfericidad de Bartlett para determinar si las correlaciones entre variables son significativas, que se comprueba cuando el estadístico chi-cuadrado arroja valores inferiores a 0.05, con un 95 % de confianza, que indica que el estudio es adecuado.
Para la determinación de los factores, se usó el método de análisis de componentes principales. Los factores a extraer deben tener autovalores iniciales superiores a 1 y la varianza total explicada ser superior al 50 % para que su ejecución sea buena. Adicionalmente, se utilizó el método Varimax de rotación ortogonal.
Para el tratamiento estadístico fue empleado el paquete para ciencias sociales (SPSS, por sus siglas en inglés: Statistical Package for the Social Sciences) versión 22 (Frey, 2017).
RESULTADOS
En la Tabla 3 se observan los valores mínimos
aceptables de los 85 ítems de la versión inicial del cuestionario, según la
cantidad de expertos empleada.
Se encontró que 59 de los 85 ítems analizados obtuvieron un CVR 0.23 y CVR’ 0.61, mientras que 26 no se consideraron aceptables. En la Tabla 4 se visualizan los valores de CVR y CVR’ obtenidos por cada uno. La suma del valor de CVR’ de los 59 ítems aceptables fue de 46.38, lo que arrojó un valor de CVI = 0.79 para cada uno. El índice de validez total de contenido del cuestionario, en su versión final, mostró valores superiores a 0.61, lo cual es aceptable de acuerdo con Tristán-López (2008). En la Tabla 5 se indica la distribución del cuestionario en su versión final.
Aplicación
del piloto, análisis de fiabilidad y análisis factorial exploratorio
Los resultados del piloto permitieron validar la
fiabilidad del instrumento, así como efectuar el análisis factorial
exploratorio. La fiabilidad total calculada fue muy buena, arrojando un valor
superior a 0.70 e inferior a 0.90 (Tabla 6), no existiendo redundancia (α = 0.86).
El análisis factorial exploratorio, como técnica estadística de reducción de datos y dimensionalidad, posibilita explicar las correlaciones entre las variables observadas a partir de un menor número de ellas, que se definen como factores. Permite establecer sus relaciones a partir de su alta correlación, identificando grupos de independientes. Por todo ello, el análisis factorial exploratorio se emplea para evaluar la validez de constructo. En la investigación se obtuvo un valor de 0.876 (Tabla 6).
Los resultados son significativos para un valor de esfericidad de Bartlett de 564.746 para 55° de libertad (Tabla 6). Lo anterior indica que al cuestionario se le puede aplicar la técnica de análisis factorial exploratorio de manera apropiada.
En la misma Tabla 6 se evidencia la existencia de 9 factores, todos con autovalores superiores a 1. Los
extraídos explican el 84.5 % de la
varianza total, siendo muy bueno. Finalmente,
las 9 dimensiones del cuestionario constituyen los 9 factores extraídos
y los 59 ítems permanecen, debido a
que presentan cargas factoriales
superiores a 0.50, siendo aceptables en análisis
exploratorios.
DISCUSIÓN
Los resultados de este estudio concuerdan con los de Psychoyios y Dotsis (2018); Morales (2019); Robaina y col. (2020); Pérez y col. (2021), que demuestran que las TIC elevan el desempeño competitivo, inclusive en el sector salud. En este sentido, Alquicira y col. (2020) afirman que la innovación que se produce en el campo de las tecnologías favorece el crecimiento, la eficiencia, el rendimiento, la productividad y la competitividad de las empresas.
En cuanto al posible impacto que tienen las TIC en la elevación del desempeño competitivo de las instituciones de salud, no es suficiente con identificar cada una de las dimensiones e indicadores que definen de manera operacional y de forma apropiada cada uno de los conceptos o constructos, como lo señalan diversos investigadores (Soto, 2016; Boluarte-Carbajal y Tamari, 2017; Martin-Romera y Molina-Ruiz, 2017), sino que cada una de las dimensiones debe ser cuantificada con precisión, para evitar sesgos, omisiones o duplicidad en la información, por ello fue necesaria la validación de un cuestionario mediante la Razón de Validez de Contenido de Lawshe, muy utilizado en investigaciones actualmente a partir de la modificación propuesta por Tristán-López (2008). De esta manera se garantiza la validez cuantitativa de la medida de los conceptos de TIC y desempeño competitivo, obtenida a partir del cuestionario elaborado y validado, capaz de medir el impacto de las TIC en el desempeño competitivo de los organismos prestadores de servicios médicos.
Luego de los resultados obtenidos en el cálculo de fiabilidad y en el análisis factorial exploratorio, se puede afirmar que el cuestionario ofrece las garantías requeridas y es confiable para valorar la información por cada una de las dimensiones definidas de manera suficiente, clara, coherente y relevante. Cada uno de los ítems por dimensiones (Tabla 4) que se agruparon bajo los indicadores (Tabla 1) de servicios médicos, administración y cobertura de salud, empleo eficiente de recursos, tiempo de atención, calidad de la atención, eficiencia organizacional, análisis de la conducta, funcionamiento y colaboración ofrecen una percepción completa de las TIC y su situación en la entidad hospitalaria. Asimismo, permite evaluar los aspectos que inciden de manera positiva o negativa en el desempeño competitivo. Su aplicación posibilitaría el desarrollo de estrategias para mejorar el funcionamiento hospitalario y la cobertura de salud en México.
Teniendo en cuenta la novedad de las TIC como factor de desempeño competitivo en el sector salud, el estudio pudiera ser generalizable a toda la población, aunque como limitante pudiera considerarse el escenario de aplicación, ya que, producto de la situación epidemiológica existente debido al COVID-19, el muestreo fue no probabilístico, lo que pudiera haber aumentado la variabilidad o sesgo de los resultados. Sin embargo, el estudio puede ser empleado como referente actualizado en la exploración del fenómeno de la competitividad de las instituciones de salud en el estado de Baja California. Los trabajos futuros en esta área de conocimiento y aplicación deben centrarse en explicar los efectos que provoca el empleo de las TIC para elevar el desempeño competitivo en las áreas asistenciales y administrativas de las instituciones de salud.
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos en la investigación, permitieron el diseño y validación de manera satisfactoria de un cuestionario que permite medir el impacto que tienen las tecnologías de la información y la comunicación, sobre el desempeño competitivo de las instituciones de salud. El mismo presenta adecuadas propiedades psicométricas de confiabilidad y validez, siendo constatado en el estudio piloto realizado, aplicada a 203 profesionales de la salud de ocho centros hospitalarios en el estado de Baja California. Los resultados ponen a disposición de la comunidad científica un nuevo instrumento que permite medir cuantitativamente la competitividad en el sector salud, no existente o identificado en la literatura consultada hasta la fecha.
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