https://doi.org/10.29059/cienciauat.v18i1.1716
La posverdad en América Latina y el Caribe: Una perspectiva netnográfica de la agnogénesis
Post-truth in Latin America and the Caribbean: A netnographic perspective
of agnogenesis
Posverdad y agnogénesis
Nali Borrego-Ramírez*, Marcia Leticia
Ruiz-Cansino, Daniel Desiderio Borrego-Gómez
*Correspondencia:
nborrego@docentes.uat.edu.mx/Fecha de recepción: 21 de julio de 2022/Fecha de
aceptación: 18 de julio de 2023/Fecha de publicación: 20 de julio de 2023.
Universidad Autónoma de Tamaulipas, Unidad Académica
Multidisciplinaria de Ciencias, Educación y Humanidades, Centro Universitario
Victoria, Ciudad Victoria, Tamaulipas, México, C. P. 87149.
Resumen
En la actualidad, la ignorancia, aunque útil para
aspirar a la verdad, se ha convertido en un espacio
vacío, donde las verdades existentes son modificadas a través de las
noticias falsas o posverdad, estrategia de
la agnogénesis. El objetivo de este estudio
fue identificar la presencia del fenómeno de
la posverdad en 26 países de América
Latina y el Caribe (ALC). Los aspectos metodológicos corresponden a una perspectiva netnográfica.
Se utilizaron técnicas de análisis
cualitativo y cuantitativo. Se realizó una búsqueda y análisis de
publicaciones científicas en de bases de datos e información de los organismos Transparencia Internacional, Banco
Mundial y Observatorio de Infodemia
COVID-19. Los resultados permitieron determinar que la posverdad es un fenómeno
ampliamente presente y relevante en ALC,
difundida a través de los diversos medios de comunicación, pero con
importancia relevante de las redes sociales. En ALC, la vulnerabilidad a la agnogénesis se correlacionó con la alta percepción de la
corrupción por parte de la población. Se requiere profundizar en el estudio del
fenómeno con enfoques multidisciplinarios,
considerando la diversidad de contextos en la región.
Palabras clave: noticias falsas, agnogénesis, posverdad, América Latina y el Caribe,
vulnerabilidad.
Abstract
Nowadays, ignorance, although useful to aspire to
truth, has become an empty space where existing truths are modified through
fake news or post-truth, a strategy of agnogenesis. The objective of the study was to identify the
presence of the post-truth phenomenon in 26 countries in Latin America
and the Caribbean (LAC). The methodological aspects correspond to a netnographic perspective. Qualitative and quantitative analysis techniques were used. A search and analysis of scientific
publications in databases and information from Transparency International, the World Bank and the Observatory of
Infodemics COVID-19 was carried out. The results made it possible
to determine that post-truth is a widely present and relevant phenomenon in
LAC, disseminated through the various media, but with relevant importance of
social networks. In LAC, vulnerability to agnogenesis correlated with the high perception of
corruption by the population. Further study of the phenomenon is required with multidisciplinary approaches, considering
the diversity of contexts in the region.
Keywords:
fake news, agnogenesis, post-truth, Latin America and the Caribbean,
vulnerability.
INTRODUCCIÓN
Los secretos son inherentes a la humanidad en áreas como el amor, la guerra, los negocios y
la supervivencia, incluso los animales utilizan el mimetismo para sobrevivir, y los conocimientos no secretos dan forma al discurso político
y legal (Foucault, 2009). La agnogénesis, opuesta a
la epistemología, es la ignorancia inducida culturalmente, permitiendo su reproducción
maliciosa y perversa. Con el propósito de
crear confusión o vacilación, concluyendo
que nada es verdad o que todo es verdad según el interés, se habla del estado de engaño en lugar del estado del conocimiento
(Proctor, 2020).
La posverdad o posverdadismo se
refiere a narrativas no veraces que influyen en la opinión pública y actitudes
sociales, el término ganó prominencia tras ser nombrado palabra del año en 2016
(Wescott, 2021). Los eventos falsos,
mediados por la tecnología, catalizan la
concepción de la posverdad (Gudonis y Jones, 2020).
Se motiva la negación de la realidad y la difusión de información errónea
asociada a los medios de comunicación. La posverdad apela a las emociones y
creencias personales, ignorando las opiniones de expertos que la contradicen
(Davids, 2021). La posverdad es una estrategia que se planifica deliberadamente
para fijarse en la mente, la acción y el contexto. Seaplica
en situaciones donde el discurso está delimitado por las emociones, generando
intencionadamente ignorancia (Elías, 2018). Aunque existe amplia bibliografía sobre la lectura en línea (Nash, 2021), faltan recursos
pedagógicos derivados de estudios agnotológicos que
preparen a los ciudadanos para la era de la posverdad.
El término “fake news” o noticias falsas ha
ganado popularidad en los últimos años debido al éxito de programas satíricos
de televisión en el cambio de milenio (Rodríguez-Ferrándiz, 2019). Además, su
uso en Internet ha aumentado en un 365 %, lo que llevó al Diccionario Collins a
elegirlo la expresión del año 2017 (Figueira y Santos, 2019).
El
fenómeno de la proliferación de noticias falsas ha sido impulsado por los
avances tecnológicos relacionados con Internet. Programas informáticos y
aplicaciones web o móviles, según De-Moraes (2020)
han facilitado la difusión de ficciones y comentarios malintencionados con el propósito de generar miedo o
extorsionar a personas adineradas (Braun y Eklund, 2019; Castillo-Riquelme y col., 2021). Existen sitios
web que se enorgullecen de ser fuentes de noticias falsas, como The National Report
en Estados Unidos, el cual ha ganado popularidad en Internet (García, 2018).
Además, plataformas como Fresh-news.com promueven la creación de noticias
falsas o bulos utilizando la imaginación (Keyes, 2004). En las redes sociales
Facebook e Instagram, se han vuelto comunes las aplicaciones para la creación de noticias falsas. Por ejemplo, Fake News 1.06 para Android es una de ellas. Algunas
de estas aplicaciones se disfrazan como servicios legítimos (Manoli y Bandura,
2021), como un periódico que difunde información falsa sobre un defecto de fabricación
en el último modelo de automóvil, causando
accidentes de tráfico (Flores-Vivar,
2019; Flostrand y col., 2020).
Se ha destacado que incluso la inteligencia artificial
(IA) ha contribuido a la propagación de
noticias falsas. La empresa de investigación en IA, OpenAI, presentó un software capaz de generar noticias falsas a partir de
una pequeña cantidad de información,
logrando una semejanza auténtica con la realidad (García, 2018).
Adicionalmente, en el ámbito de la realidad virtual, sistemas como Oculus advierten a los
usuarios de que lo que ven es falso, pero pueden experimentar sensaciones reales (Lara y col., 2019).
Existen
diversas aplicaciones para la verificación
de imágenes y videos, como Google Image, Reverse Search, TinyEye
Reverse, YouTube Data Viewer e InVID (Padilla, 2019). Estas
herramientas son ampliamente reconocidas y proporcionan
información adicional para comprobar la
autenticidad de los contenidos. A pesar de estos avances, los esfuerzos
actuales resultan insuficientes ante la creciente evolución de la desinformación. “La sociedad debe
prepararse para afrontar una era marcada por la proliferación de la falsedad”: lo advirtió Maquiavelo al señalar que los seres humanos
son fácilmente engañados debido a su simplicidad e ignorancia (White, 1980).
La alfabetización escolar y la alfabetización mediática
actual se consideran desfasadas y limitadas
(Parker, 2020). Internet ha adquirido
un papel central en la formación de la comprensión
del mundo, tanto para analfabetos como para alfabetos. Sin embargo,
dependiendo de los rasgos de personalidad, los usuarios pueden verse
influenciados por contenidos erróneos, especialmente aquellos con perfiles
psicológicos relacionados con el dogmatismo,
el fundamentalismo y el pensamiento delirante (Bronstein
y col., 2018). Un estudio realizado por Hakak y col.
(2021) plantea dudas sobre la posibilidad de
ser personas seguras y si se han desarrollado técnicas para lograrlo. Estas cuestiones cobran relevancia
en un contexto donde la manipulación sin precedentes
invita a creer en todo y en nada al mismo tiempo (De-Espinosa, 2001).
La sociedad de la ignorancia se convierte en el resultado
inevitable de un mundo construido en torno a la falsedad (Lazcano y Jaime,
2020). Aunque la innovación tecnológica facilita la verificación de la
información, también facilita la invención de hechos y la adaptación de los
verificadores a agendas partidistas, ideológicas, personales o colectivas (Vargo y col., 2018). Además, es importante destacar que los
diferentes tipos de ignorancia suelen estar relacionados con la pobreza
(Proctor, 2020).
La
pobreza en los países es responsabilidad de
la ineficacia sociopolítica, mientras que los medios de comunicación
utilizan la pobreza para explicar eventos catastróficos (Chauhan
y Foster, 2014). En América Latina, antes de la
pandemia de COVID-19, había 192 millones de personas en situación de pobreza y
72 millones en pobreza extrema, cifras que aumentaron durante el confinamiento
(Ríos, 2020). La difusión de noticias falsas involucra a dos tipos de actores: los grupos vulnerables
o pobres y aquellos en posiciones de poder (Sued y Kedikian, 2020). Según la literatura, la relación entre
noticias falsas y pobreza se centra en la corrupción, que invisibiliza o
demoniza a los grupos vulnerables con el objetivo de crear una imagen negativa
de ellos.
La
corrupción en el periodismo distorsiona la información, ya que este medio es
utilizado como un vehículo para la tergiversación (Singh y Sharma, 2021). El periodismo de sempeña
un papel fundamental en la sociedad
contemporánea, toda vez que provee a la opinión pública con valiosos
insumos informativos, pero a menudo a un alto costo. Su poder abarca diversos ámbitos como la política, la economía, el arte y el deporte, ejerciendo un impacto
tanto en la esfera analógica como en la digital y cibernética (Valero-Pastor y
col., 2019; López-Martín y col., 2020). Aunque el periodismo puede cumplir
funciones nobles, también puede ser utilizado de manera corrupta por aquellos
que influyen o condicionan el contenido de las noticias (López, 2001). La
proliferación de noticias falsas, que
exageran la magnitud de los acontecimientos representa una amenaza para la
reputación de los grupos económicos y
políticos, los cuales también las financian buscando influir y manipular la
percepción pública (Orkibi, 2015; Shuster,
2018; Pennycook y Rand, 2020). La
concentración de los medios de comunicación,
el control de las ondas radiofónicas y emisoras televisivas, y las prácticas corruptas, minan la independencia
periodística y fomentan acciones que ocultan,
encubren y toleran (Jang y Kim, 2018).
En América Latina se han implementado iniciativas para
combatir las noticias engañosas procedentes de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido (Kilgo y
col., 2018; Vosoughi y col., 2018; Mueller y
col., 2019; Zhang y Ghorbani, 2020), así como para
medir el alcance de la desinformación de
los medios de comunicación, particularmente en periodos electo-rales: Brasil Comprova,
Reverso en Argentina, Verificado en México y Uruguay, y RedCheq en Colombia
(Rodríguez-Pérez y col., 2022). Facebook, en colaboración con First Draft, lanzó consejos para identificar
noticias falsas en catorce países, incluidos Brasil, Argentina y México (Kreiss y
McGregor, 2018) y adoptó criterios basados en el comportamiento de los usuarios (Vázquez-Herrero y col., 2019).
YouTube y Twitter anunciaron a nivel global
que rechazarían contenido cercano a
violar sus normas (Cortés e Isaza, 2021).
Es
esencial estudiar las noticias falsas en América Latina y el Caribe (ALC)
debido a que se comportan como una trama más que como un simple acontecimiento
(Freije y Nolan, 2021). En esta región, la posverdad
desafía la cohesión social democrática y representa una amenaza para la
democracia, ya que se utilizan mentiras para crear sentidos de pertenencia
antidemocráticos (Sojo, 2018). El interés en el estudio de la desinformación y
su impacto en la región ha aumentado considerablemente. Se han identificado
tendencias y enfoques predominantes, como los estudios sobre la difusión de la
desinformación, la interacción de la desinformación con los procesos
electorales, el análisis de fuentes y actores de la desinformación, y los
efectos de la desinformación, con un enfoque principal en las noticias falsas y
la posverdad (Song y col., 2021). Al respecto, algunos investigadores privilegian el
enfoque metodológico netnográfico de internet o
redes, introducido por Kozinets (2010), porque
permite obtener datos naturales e ininterrumpidos del entorno digital. Este enfoque se considera sólido y permite abordar
las experiencias culturales de la comunidad
investigada (Kanidinc, 2021). Además, permite combinar aspectos cuantitativos y cualitativos
relacionados con el fenómeno.
El
objetivo del presente estudio fue obtener una aproximación netnográfica
al fenómeno de la posverdad, estrategia de la agnogénesis
en América Latina y el Caribe.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los aspectos metodológicos corresponden a una perspectiva netnográfica.
Se utilizaron técnicas de análisis cuantitativo y cualitativo. El estudio se llevó a cabo mediante la búsqueda,
en el entorno de Internet, de publicaciones
científicas y bases de datos de organismos
internacionales como Transparencia Internacional, el Banco Mundial y el
Observatorio de Infodemia COVID-19.
Países de estudio
Se
incluyeron 26 de los 33 países que forman parte
de la región, según la Comisión Económica para ALC (CEPAL, 2021): Argentina, Bahamas, Bolivia, Brasil,
Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guinea,
Guyana, Haití, Honduras, Jamaica,
México, Nicaragua, Panamá, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Interés en la posverdad
Se
utilizó Google Trends para obtener las estadísticas
de búsqueda de los términos noticias falsas (español) y fake news
(inglés) durante el periodo 2019 a 2022, para
los países que integraron la muestra de estudio.
Análisis
de la posverdad
Se
realizó un análisis documental a partir del contenido
de publicaciones extraídas de la base
de datos Web of Science,
utilizando como criterios de búsqueda el
periodo 2019 a 2022, con los
identificadores fake news y noticias falsas.
Se consideraron parte del estudio 26 países de ALC. Para indagar sobre los
componentes del fenómeno, se analizaron las redes semánticas que se formaron en
las publicaciones científicas sobre
noticias falsas de diferentes países de ALC con el software de análisis cualitativo Atlas Ti.
Vulnerabilidad a la posverdad
Corrupción
La
corrupción se determinó mediante el Índice de
Percepción de la Corrupción (IPC) (Transparencia Internacional, 2020), donde valores de 90 a 100 representan muy bajo nivel de percepción de corrupción; de 80 a 89
bajo; de 70 a 79 moderado; de 60 a 69 alto;
de 50 a 59 muy alto; menos de 50 extremadamente corrupto.
Pobreza
La
pobreza de los países de ALC se categorizó de acuerdo con el Banco Mundial
(2020), conforme al índice de Gini. Los rangos considerados son los siguientes:
0.0 indica una distribución perfectamente igualitaria del ingreso o la riqueza
sin pobreza; 1 a 20 distribución de ingresos o riqueza bastante igualitaria,
asociada a nivel bajo de pobreza; 21 a 40 distribución de ingresos o riqueza
moderadamente desigual, ubicada en pobreza moderada; 41 a 60 distribución de ingresos o riqueza muy desigual, asociada
a que la mayoría son pobres; 61 a 80 distribución de ingresos o riqueza bastante desigual, ubicada en alta pobreza;
81 a 100, distribución de ingresos o riqueza extrema, asociada a extrema pobreza.
Alfabetización
Se
determinó de acuerdo con el Banco Mundial (2020), que utiliza una medida
llamada “Tasa de alfabetización”. Los rangos que utiliza son: alfabetización muy baja: por debajo del 50 %; baja: entre el 50 % y el 69 %; media:
entre el 70 % y el 84 %; alta: entre el 85 % y el 94 %; muy alta: 95 % o
superior.
Índice de Riesgo Infodémico
(IRI)
Evalúa la
probabilidad de que un usuario reciba mensajes que apuntan a fuentes
potencialmente engañosas. Cuantifica si el usuario está expuesto a la
información circulante y la forma en que lo está. El origen de la información fueron los datos reportados por el Observatorio
de Infodemia COVID-19 (2020). Los rangos utilizados fueron: riesgo bajo (0 a
0.2); riesgo moderado (0.21 a 0.4): riesgo alto (0.41 a 0.6); riesgo muy alto
(0.61 a 1).
Índice de Riesgo Infodémico
Dinámico (IRID)
Evalúa la probabilidad de que un usuario respalde o
interactúe con mensajes en línea que apuntan a fuentes potencialmente
engañosas. Este índice cuantifica si el usuario interactúa con la información
circulante y cómo lo hace (Observatorio de Infodemia COVID-19, 2020). Los valores de la escala fueron los mismos que
para el IRI.
Análisis estadístico
Se realizó un análisis de correlación de Spearman para determinar la relación existente entre los
índices IRI e IRID con los indicadores de
pobreza, alfabetización y percepción de la corrupción, de los 26 países
de ALC de la muestra, determinando su nivel de significancia con un alfa de 0.05. La correlación puede ser positiva (+)
o negativa (-) y varía de 0 no existe correlación; 0.01 a 0.10 débil; 0.11 a
0.50 media; 0.51 a 0.75 considerable; 0.75 a 0.90 muy fuerte; 0.91 a 1.00
perfecta.
RESULTADOS
Interés
en la posverdad
La Figura
1 muestra que en el periodo 2019 a 2022, en 26 países de ALC, la búsqueda del
término “noticias falsas” fue menos frecuente que el de ”fake news”, lo que revela
un alto interés agnotológico del público por el
término anglosajón y manifiesta la conciencia de que no toda la información que
se recibe es cierta. Surinam, Guinea, Guyana y Cuba no mostraron registros de
búsqueda en ambos términos, en tanto que Haití y República Dominicana fueron
los países con menos porcentaje de búsqueda de fake news
(60 % y 65 %, respectivamente) del resto de los países consultados.
Posverdad
en América Latina y el Caribe
En la
Tabla 1 se muestran las publicaciones localizadas en la base Web of Science, que tratan el
problema de la posverdad y la agnogénesis mediante el
fenómeno de noticias falsas de algunos países de ALC. Estos documentos fueron
la base del análisis semántico documental por país sobre términos que caracterizan
la agnogénesis. Se localizaron 33 publicaciones donde
participan los 26 países de ALC estudiados. En 11 estudios colaboran con otros países,
España principalmente, o hacen estudios globales. Y en 22 publicaciones
participan únicamente países de ALC: Argentina (2: 2021) Brasil (12
publicaciones: 6 de 2019; 5 de 2020; 1 de 2021), Chile (3: 2 de 2019; 1 de 2022
la comparte con Colombia), Ecuador (2: 2021; 2022), México (2: 2019; 2021) y
Costa Rica (1: 2021). Se incluyeron 5 publicaciones de España en las que
participan países de ALC. En 2019, 2 estudios compartidos con Brasil y en 2021,
1 compartido con Colombia. En 2022, 2 estudios con Argentina. En 1 de ellos
también participa Chile. Además, se incluyen 6 estudios (4: 2020; 2: 2021) de
Europa, América y Asia.
En
Argentina se ha registrado la desinformación
y la comunicación durante la pandemia. La
investigación en Brasil se ha enfocado ampliamente a la legitimación del
periodismo y la lucha contra las fake news, así como la desinformación en las elecciones presidenciales. En Chile, se analizó la
desinformación, calidad de la información y
el periodismo en el contexto de la
salud y la pandemia. Costa Rica investigó los factores psicosociales y
la desinformación. En Ecuador se estudió la información, la verificación y las
percepciones entorno a la pandemia de COVID-19. México se centró en la
alfabetización mediática, la desinformación y
la percepción de noticias falsas. España destacó con estudios sobre
desinformación, ética y percepción de noticias a nivel global, incluyendo colaboraciones con otros países. A nivel
mundial, se realizaron investigaciones
sobre desinformación, fact-checking y
comunicación científica con perspectiva global.
La Tabla
2 presenta las redes semánticas formadas por
los descriptores identificados en las publicaciones. Los descriptores
refieren diferentes aspectos de la agnogénesis
relacionados con la generación de desinformación, propaganda y manipulación de
la información. El enfoque de la agnogénesis abarca la intencionalidad, tipos de contenidos,
formas de comunicación y las motivaciones para realizar la actividad de
desinformación. En los ámbitos donde se desarrollan se analizan los grupos organizados, las instituciones, el ambiente en
que se vierte la información y las poblaciones a las que va dirigida. En los
insumos de la agnogénesis se analizan los diferentes objetivos polarizadores. Los recursos y medios
que se utilizan abarcan los diferentes medios periodísticos disponibles.
En la
Figura 2, el diagrama de Sankey muestra las
interacciones en relación con la posverdad.
Destacan las conexiones entre los procesos y la distribución de
interacciones en el ecosistema de desinformación. Se resalta la relación entre
credibilidad y verificación, así como la presencia de noticias falsas en el
flujo de información. Las redes sociales juegan un papel importante en la
difusión de desinformación junto con las historias falsas. Aun-que hay
interrupciones en el flujo, indicando aislamiento
y magnitud de los procesos, se observa que las noticias falsas
interactúan con todos los procesos,
aproximándose a un modelo teórico de desinformación o posverdad.
En la
Figura 3, el diagrama de Sankey revela que las
noticias falsas tienen una interacción destacada con las redes sociales, lo que
resalta la importancia de este medio de comunicación dentro del contexto de la agnogénesis (generación
de desinformación). En otras palabras, las redes sociales desempeñan un papel
significativo en la difusión y propagación de noticias falsas, lo cual es
relevante dentro del modelo existente de generación de desinformación.
Vulnerabilidad
a la posverdad
La Tabla 3 muestra los datos por país en diferentes aspectos que podrían hacerlos susceptibles
a ser afectados por la agnogénsis: percepción de la corrupción, niveles de pobreza y alfabetización. En cuanto a la corrupción, ninguno de los 26 países se encontró en los
niveles de percepción muy baja (90 a 100) o baja (80 a 89). Uruguay fue el
único país que reportó un nivel
moderado de corrupción (70 a 79). En
tanto que Chile y Bahamas, registraron un nivel
de percepción alto (60 a 69); y Costa Rica muy alto (50 a 59). Los demás países
estudiados (22), presentaron una percepción de extremadamente corruptos (menos
de 50 puntos).
La
caracterización de la pobreza indicó que ninguno de los 26 países de ALC se
reportó sin pobreza o con una distribución
perfectamente igualitaria del ingreso
o la riqueza (0.0), ni con una riqueza
bastante igualitaria, asociada a baja pobreza (1 a 20); mientras que Bahamas, El Salvador, República Dominicana y Uruguay, tuvieron un nivel moderado de pobreza, con una distribución de ingresos
o riqueza moderadamente desigual (21 a 4). El resto de los países estudiados
(22): son pobres, con una distribución de ingresos o riqueza muy desigual (41 a
60), por lo que ninguno de los 26 países se ubicó en un nivel de pobreza o
riqueza bastante desigual, asociado a alta pobreza (61 a 80) o en extrema
pobreza, con una distribución de ingresos o riqueza extrema (81 a 100).
En la
alfabetización de los países de ALC, no se reportó una tasa muy baja (por
debajo del 50 %) y solo Haití registró una tasa de alfabetización baja (entre
el 50 % y el 69 %), mientras que Bahamas,
Guatemala y Nicaragua reportaron una tasa media (entre el 70 % y el 84
%). En tanto que, Bolivia, Brasil, Ecuador, El Salvador, Guyana, Honduras,
Jamaica, Paraguay, Perú, Puerto Rico, República Dominicana y Surinam obtuvieron
una tasa alta (entre el 85 % y el 94 %) y Argentina, Chile, Colombia, Costa
Rica, Cuba, Guinea, México, Panamá, Uruguay y Venezuela, tuvieron una tasa muy
alta o superior (95 %).
El Índice
de Riesgo Infodémico (IRI) de los países de ALC se consideró de riesgo bajo (0 a 0.2) para Argentina, Bahamas, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, Guyana, Haití,
Jamaica, Perú, República Dominicana y Surinam; de riesgo moderado (0.21 a 0.4) para Colombia, El Salvador, Guinea,
Paraguay y Uruguay; mientras que Guatemala y
Panamá, se encontraron en un riesgo
alto (0.41 a 0.6); y Bolivia, Costa Rica,
Honduras, México, Nicaragua, Puerto Rico y Venezuela, se ubicaron en un
riesgo muy alto (0.61 a 1).
En el
Índice de Riesgo Infodémico Dinámico (IRID) de los países de ALC estudiados,
Argentina, Chile, Cuba, Guyana, Jamaica, Nicaragua, Surinam y Uruguay se
reportaron con un riesgo bajo (0 a 0.2), mientras que Bahamas, Colombia, Costa
Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Guinea y Perú registraron un riesgo moderado
(0.21 a 0.4); y los países de Bolivia, Brasil, Honduras, México, Panamá,
República Dominicana y Venezuela tuvieron un
riesgo alto (0.41 a 0.6) y Haití, Paraguay y Puerto Rico reportaron un
riesgo muy alto (0.61 a 1).
En la
Tabla 4 se observa que el IRI tuvo una correlación débil con la alfabetización
y media con la pobreza, pero en ambos casos el
valor no fue significativo (P > 0.05). La percepción de la corrupción
presentó un valor considerable y
significativo (P < 0.05) respecto al valor de IRI, indicando que en
los países en que la población percibe un mayor índice de corrupción, la posibilidad de generar angiogénesis respecto a la pandemia COVID-19 fue
mayor.
El
comportamiento del IRID fue similar al IRI, presentando una correlación débil
con la pobreza y media con el nivel de alfabetización, pero en ambos casos no
significativa. La percepción de corrupción presentó un valor medio (0.465) y
significativo (P < 0.05), indicando que, en estos países, en los que se percibe alta corrupción, existió un mayor riesgo
de agnogénesis relacionada al COVID-19.
DISCUSIÓN
La agnogénesis y su capacidad de
crear ignorancia a través de la posverdad, mediante la diseminación de
información falsa, en los países de ALC estudiados, presentó una destacada
interacción con las redes sociales. Este fenómeno se relaciona con el
importante crecimiento de usuarios de las
redes, el cual se estima en alrededor de 66 % en América Latina en los
últimos años (Sierra-Caballero y Sola-Morales, 2020). La ignorancia generada
por la agnogénesis es un vacío cuya duración aún no se ha determinado, de acuerdo con Proctor (2020), ya que el análisis semántico
revela una amplia gama de formas de comunicación en un entorno digital alta-mente mediático y compartido masivamente.
La vulnerabilidad a la agnogénesis
se evidenció con el análisis de la desinformación generada alrededor
de la pandemia COVID-19. La pobreza y la
alfabetización no tuvieron una influencia significativa en los
indicadores de IRI e IRID (Tabla 4). La alfabetización, de acuerdo con Parker
(2020), es un factor determinante para evitar
que la posverdad erosione la confianza en las instituciones públicas y
ocasione una polarización extrema. Por otra parte, desde la perspectiva de Bronstein y col.
(2018), surge la pregunta de si las
personas en ALC realmente tienen acceso a suficiente información para
poder elegir, como sugiere Hakak y col. (2021), o si es posible que no todos crean en todo,
como menciona De-Espinosa (2001). También se puede plantear que la región aún
no se ha onvertido en la sociedad de la ignorancia descrita por Lazcano y Jaime (2020). Aunque
en este trabajo no se logró establecer la
influencia de la pobreza alrededor de la infodemia relacionada con COVID
19, si influye en la agnogénesis,
según Sued y Kedikian
(2020).
La
corrupción en ALC mostró relación con la agnogénesis
vinculada a la infodemia de COVID-19, confirmando la existencia de la posverdad
en países con percepciones elevadas de corrupción en la región, un problema
difundido en la región, de acuerdo con Saldaña y Mourão
(2018). Autores como Valero-Pastor y col. (2019), López-Martín y col. (2020) y
Singh y Sharma (2021) resaltan que la posverdad principalmente discurre a
través del periodismo que distorsiona la información,
siendo un mecanismo de poder y noticias por medio de la financiación a
la corrupción periodística por parte de grupos económicos y políticos, con una
orientación política descontextualizada para
influir y cambiar la percepción.
CONCLUSIONES
La agnogénesis es un fenómeno ampliamente presente y relevante
en América Latina y el Caribe en donde las
redes sociales desempeñan un papel importante en la generación de la
posverdad. En esta región existe un marcado interés del público en el fenómeno
de las “fake news”. En cuanto a la
vulnerabilidad a la posverdad, respecto al índice
de riesgo infodémico e índice de riesgo infodémico dinámico, se encontraron valores de correlación débiles o medios, ambos no significativos, en su asociación con la pobreza y la alfabetización; los medios y considerables al asociarlos con la alta percepción de corrupción indican la complejidad de los factores
que influyen en la vulnerabilidad. La posverdad como estrategia de la agnogénesis en ALC es un fenómeno relevante
aunque complejo, manifestado en variadas formas de desinformación. Es necesario abordar el problema de la posverdad desde múltiples enfoques, considerando
la diversidad de contextos en la región.
Referencias
Banco
Mundial (2020). Índice de Pobreza y Alfabetización en América Latina y el
Caribe. [En línea]. Disponible en:
https://datos.bancomundial.org/. Fecha de consulta: 21 de noviembre de
2021.
Braun, J. A. and Eklund, J. L. (2019). Fake News, Real Money: Ad Tech
Platforms, Profit-Driven Hoaxes, and the Business of Journalism. Digital Journalism. 7(1): 1-21.
Brenes,
P. C., Pérez, S. R. y Siles, G. I. (2021). Predictores psicosociales de la
exposición y difusión de noticias falsas en Costa Rica. Cuadernos. Info. (49): 213-236.
Bronstein, M., Pennycook, G., Bear, A., Rand, D. G., and Cannon, T.
(2018). Belief in Fake News Is As-sociated
with Delusionality, Dogmatism, Religious Fundamentalism, and Reduced
Analytic Thinking Social Science Research Network. [En línea]. Disponible en: https://doi.org/10.2139/ssrn.3172140.
Fecha de consulta: 1 de marzo de 2022.
Canavilhas, J., Bittencourt, M., and de Andrade, M. (2019a). Viral content on facebook: a case
study on the run-up to the Brazilian 2018 presidential elections. Brazilian
Journalism Research. 15(3): 562-589.
Canavilhas, J., Colussi, J. y
Moura, Z. B. (2019b). Desinformación en las elecciones
presidenciales 2018 en Brasil: un análisis de los grupos
familiares en WhatsApp. El Profesional de la
Información. 28(5).
Castillo-Riquelme, V., Hermosilla-Urrea, P., Poblete-Tiznado,
J. P., and Durán-Anabalón, C. (2021). Fake news and unfunded beliefs in the post-truth age. Universitas. (34): 87-108.
Catalina-García,
B., Sousa, J. P., and Sousa, L. C. S. C. S. (2019). Consumo de noticias y
percepción de fake news
entre estudiantes de Comunicación de Brasil, España y Portugal. Revista
de Comunicación. 18(2): 93-115.
CEPAL,
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (2021). Estados miembros
consultados. [En línea]. Disponible en: https://bit.ly/3JyCpBp. Fecha de consulta: 23 de octubre de 2021.
Chauhan, A. y Foster, J. (2014). Representations of poverty in British newspapers: a case of ‘othering’ the
threat? Journal of Community & Applied Social Psychology. 24(5):
390-405.
Chaves, M. and Braga, A. (2019). The agenda of disinformation:” fake
news” and membership categorization analysis in the 2018 Brazilian presidential
elections. Brazilian Journalism Research. 15(3): 474-495.
Coba, L. G., Gutiérrez, P. C., and Díaz, J. A. G. (2020).
La Noticias falsas y desinformación sobre el Covid-19: análisis comparativo de
seis países iberoamericanos. Revista Latina de Comunicación Social.
(78): 237-264.
Colle, R.
(2019). La información digital enjuiciada por la prensa. Revista Mediterránea
de Comunicación. 10(1): 215-224.
Cortés,
C. y Isaza, L. (2021). ¿La nueva normalidad? Desinformación y control de
contenidos en las redes sociales con ocasión del COVID-19. Universidad de
Palermo, Argentina. [En línea]. Disponible en: https://www.palermo.edu/Archivos_content/2021/cele/papers/Moderacion-Covid-19.pdf. Fecha de consulta:
16 de abril de 2023.
Damasceno,
D. and Patrício, E. (2020). JOURNA-LISM
AND FACT-CHECKING: typification of sources
used for checking and criteria for selecting fact-checked material–an
analysis by Agência Lupa
and Aos Fatos. Brazilian Journalism Research.
16(2): 368-393.
Davids, N. (2021). Academic freedom and the fallacy of a post-truth era. Educational Philosophy and Theory. 53(11):
1183-1193.
De-Espinosa,
E. L. (2001). De bruces con la posmodernidad: Ignorancia, poder y comunicación
en la sociedad del riesgo. Política Exterior. 15(80):11-20.
De-Moraes, C. P. (2020). “Deepfake” as a tool for manipulation and dissemination of “fakenews” in video format in social networks. Biblios-Revista de Bibliotecología y Ciencias de la Información. 79: 63-72.
Dourado, T. and Salgado, S. (2021). Disinformation in the Brazilian pre-election context: probing the
content, spread and implications of fake news about
Lula da Silva. The Communication Review. 24(4):
297-319.
Elías, C.
(2018). Fakenews, poder y periodismo en la era de la posverdad y hechos alternativos. Ámbitos. Revista Internacional de Comunicación.
40.
Figueira,
J. y Santos, S. (2019). Percepción de las noticias falsas en universitarios de
Portugal: Análisis de su consumo y actitudes. El Profesional de la
Información (EPI). 28(3).
Flores-Michel,
J., Treviño, M. E. G., and Leyton, A. E. G. (2019).
The Challenging Stereotypes with Media and Information Literacy in Mexico. Media Studies. 10(19): 68-82.
Flores-Vivar, J. (2019). Inteligencia artificial y
periodismo: Diluyendo el impacto de la desinformación y las noticias falsas a
través de los bots. [En línea]. Disponible
en: https://repositorioinstitucional.ceu.es/handle/10637/10743. Fecha de consulta:
12 de mayo de 2022.
Flostrand, A., Pitt, L., and Kietzmann, J. (2020). Fake
news and brand management: A Delphi study of impact, vulnerability
and mitigation. Journal of Product and Brand Management. 29(2): 246-254.
Freije, V. and Nolan, R. (2021). Interpretative
Challenges in the Archive: An Introduction. Journal of
Social History. 55(1): 1-6.
Fossá, M. I. T. and Müller, K. A. (2019). Crosscheck as a legitimization strategy of the journalism field in reaction to fake
news. Brazilian Journalism Research. 15(3):
430.
Foucault, M. (2009). Nacimiento
de la biopolítica: curso del Collège de
France (1978-1979) (Vol. 283). España: Ediciones Akal. 14-30 Pp.
Furnival, A. C. M. and Santos, T. (2019). Desinformação e as fake news: apontamentos sobre seu surgimento, detecção e formas de
combate. Conexão-Comunicação
e Cultura. 18(36): 94-113.
García, M. A. (2018). Fake News: La verdad de las
noticias falsas. Plataforma. [En línea]. Disponible en: https://bit.ly/31dhfrf. Fecha de consulta: 8 de marzo de
2022.
Grabosky, S. G. (2021). Pensar la verdad en tiempos de fake news: Diálogos entre Historia y Estudios
Comunicacionales para repensar la problemática de la verdad en el periodismo
digital. Question/Cuestión. 3(70):
E618-E618.
Greene-González,
M. F., Cerda-Diez, M. F. y Ortiz-Leiva, G.
(2022). Prácticas periodísticas entiempos de
pandemia de coronavirus. Un estudio comparado
entre Chile y Colombia. Revista de Comunicación. 21(1): 195-213.
Gudonis, M. and Jones, B. T. (2020). History in a post-truth world: Theory and praxis (Vol. 39). E.U: Routledge. 27 Pp.
Hakak,
S., Alazab, M., Khan, S., Gadekallu,
T. R., Maddikunta, P. K. R., and Khan, W. Z. (2021).
An ensemble machine learning approach through effective feature extraction to
classify fake news. Future Generation Computer Systems-the International
Journal of Escience. 117: 47-58.
Jang, S. M. and Kim, J. K. (2018). Third person effects of fake news:
Fake news regulation and media literacy interventions. Computers in Human
Behavior. 80: 295-302.
Kanidinc, B. (2021). Dijital Ortamda
(Ç) evrilen Toplum: Bulgaristan Göçmenlerinin
Dijital Ortam Çeviri Pratiklerine Netnografik Bir Yaklaşım. İstanbul
Üniversitesi Çeviribilim Dergisi. (14): 19-35.
Keyes, R. (2004). The Post-Truth Era: Dishonesty and Deception in Contemporary Life. (First edition). United States of America: St. Martin’s Publishing
Group: 780 Pp.
Kilgo, D. K., Harlow, S., Garcia-Perdomo,
V., and Salaverria, R. (2018). A new sensation? An international exploration of
sensationalism and social media recommendations in online news publications. Journalism. 19(11): 1497-1516.
Kozinets, R. V. (2010). Netnography: The marketer’s
secret weapon. White Paper. 1-13.
Kreiss,
D. and McGregor, S. C. (2018). Technology Firms Shape Political Communication:
The Work of Microsoft, Facebook, Twitter, and Google with Campaigns During the
2016 U.S. Presidential Cycle. Political Communication. 35(2): 155-177.
Lara, G., Santana, A., Lira, A. y Peña, A. (2019). El
desarrollo del hardware para la realidad virtual. RISTI-Revista Ibérica de
Sistemas e Tecnologias de Informação.
(31): 106-117.
Lazcano, M. y Jaime, A. (2020). Democracia y Noticias Falsas
(Democracy and Fake News) Social Science Research
Network. [En línea]. Disponible en:
https://papers.ssrn.com/abstract=3617176. Fecha de consulta: 14 de febrero de
2022.
López, A. M., Moreno, P. D. C. y Mera, J. M. B. (2021). Tratamiento
informativo y competencias mediáticas sobre la COVID-19 en Ecuador. Revista de
Comunicación. 20(1): 137-152.
López, J. (2001). Periodismo latinoamericano. Los casos más
comunes de corrupción. Chasqui. Revista Latinoamericana de Comunicación.
76: 18-25.
López-Martín,
Á., Córdoba-Cabús, A., López-Martín, Á. y Córdoba-Cabús, A. (2020).
Características y competencias de la enseñanza del periodismo digital en el
grado de Periodismo en las universidades públicas españolas. Dixit.
(33): 61-73.
Manoli,
A. E. and Bandura, C. (2021). Perceptions of the role of
traditional and social media in communicating
corruption. Sport Management Review. 24(3): 500-516.
Massarani, L., Luiz, F. N., Entradas, M., Lougheed, T., and Bauer, M. W. (2021).
Perceptions of the impact of the COVID-19
pandemic on the work of science journalists: global perspectives. Perceptions
of the impact of the COVID-19 pandemic on
the work of science journalists: global perspectives. (7).
Massarani, L., Murphy, P., and Lamberts, R. (2020a). COVID-19 and science communication: a JCOM special issue. Part 2. Journal of Science Communication. 19(07):
E.
Massarani, L. M., Waltz, I., and Leal, T. (2020b). COVID-19 in Brazil: an analysis about the
consumption of information on social networks. JCOM: Journal of Science Communication.
19(7-A07): 1-21.
Mitchelstein, E., Matassi, M., and
Boczkowski, P. J.
(2020). Minimal effects, maximum panic: social media and democracy in Latin
America. Social Media+ Society. 6(4).
Molina,
R. G. (2021). ¿Quién cree las fake news? Análisis de la relación
entre consumo de medios y la percepción de veracidad de noticias falsas sobre la enfermedad COVID-19 en Nuevo León, México. AdComunica. 235-264.
Mueller, S. M., Jungo, P., Cajacob,
L., Schwegler, S., Itin,
P., and Brandt, O. (2019). The Absence of Evidence is Evidence of Non-Sense:
Cross-Sectional Study on the Quality of Psoriasis-Related Videos on YouTube and
Their Reception by Health Seekers. Journal of Medical Internet Research.
21(1): e11935.
Montero-Liberona, C. y Halpern, D. (2019). Factores
que influyen en compartir noticias falsas de salud online. Profesional de la
Información. 28(3).
Nash, B. L. (2021). Constructing meaning online: Teaching critical reading in a post-truth era. The Reading
Teacher. 74(6): 713-722.
Observatorio de Infodemia COVID-19 (2020). Índice de Riesgo Infodémico.
[En línea]. Disponible en: https://covid19obs.fbk.eu/#/. Fecha de consulta: 10
de abril de 2022.
Orkibi,
E. (2015). ‘New politics’, new media-new political language? A rhetorical perspective
on candidates’ self-presentation in
electronic campaigns in the 2013 Israeli elections. Israel Affairs. 21(2): 277-292.
Padilla, L. (2019). Verificado, un esfuerzo para combatir las
noticias falsas. # PerDebate. 3: 194-201.
Paganotti, I., Sakamoto, L. M., and Ratier,
R. P. (2020). BETWEEN
LEGALITY AND LEGITIMACY: differences and reasoning behind the
TSE’s definition and blocking of “fake news”. Brazilian Journa. lism Research. 16(2):
320-341.
Palau-Sampio, D., Carratalá, A., Tarullo,
R. y Crisóstomo, P. (2022). Reconocimiento de la calidad como prescriptor
contra la desinformación. Comunicar: Revista Científica Iberoamericana de
Comunicación y Educación. XXX (72): 1-12.
Parker,
L. (2020). Literacy in the post-truth era: The
significance of affect and the ethical encounter. Educational Philosophy and Theory. 53(6): 613-623.
Pennycook, G. and Rand, D. G. (2020). Who falls for fake news? The roles of bullshit
receptivity, overclaiming, familiarity, and analytic thinking. Journal
of Personality. 88(2): 185-200.
Peña, A. G., Bermej, M. E., and Zanni, S. (2021). Fact checking durante
la COVID-19: análisis comparativo
de la verificación de contenidos falsos en España
e Italia. Revista de Comunicación. 20(1): 197-215.
Pontalti-Monari, A. C., Santos, A., and Sacramento, I. (2020). COVID-19 and (hydroxy)
chloroquine: a dispute over scientific truth
during Bolsonaro’s weekly Facebook live streams. Journal of Science
Communication. 19(7): A03.
Proctor, R. N. (2020). Agnotología
(Agnotology). Revista de Economía Institucional. 22(42).
Ríos, G.
(2020). El impacto económico de la crisis del coronavirus en América Latina:
canales de transmisión, mitigantes y
respuestas de políticas públicas. Análisis
del Real Instituto Elcano (ARI). (73): 1.
Rodrigo-Alsina,
M. y Cerqueira, L. (2019). Periodismo, ética y posverdad. Cuadernos. Info. (44): 225-239.
Rodríguez-Ferrándiz,
R. (2019). Posverdad y fake news en comunicación política:
Breve genealogía. El Profesional de la Información. 28(3).
Rodríguez-Hidalgo, C., Rivera-Rogel,
D., and Romero-Rodríguez, L. M. (2020). Information
quality in Latin American digital native media: Analysis based on structured
dimensions and indicators. Media and Communication. 8(2):
135-145.
Rodríguez, P. C. (2020). Una reflexión sobre la epistemología del fact-checking
journalism: retos y dilemas.
Revista de Comunicación. 19(1): 243-258.
Rodríguez-Pérez,
C., Calvo, D. y Campos-Domínguez, E. (2022).
Fact-checking en Colombia: RedCheq
en las elecciones regionales de 2019. Cuadernos.info. (53):
46-69.
Romero-Rodríguez,
L. M., Tejedor, S. y Montealegre, M. V. P. (2021). Actitudes populistas y
percepciones de la opinión pública y los
medios de comunicación: Estudio correlacional comparado entre España y Colombia. Revista Latina de Comunicación Social.
(79): 43-66.
Saldaña,
M. Y. y Mourão, R. R. (2018). Reportaje en América
Latina: Temas y perspectivas del periodismo
de investigación en la región. The International
Journal of Press/Politics. 23(3): 299-323.
Schuster,
P. R. (2018). O funcionamiento da metáfora
no discurso jornalístico de revista: Temas sindicais em
Veja e Revista do Brasil. Comunicação Midiática. 13(1): 20-33.
Sierra-Caballero, C. y Sola-Morales, S. (2020). Golpes mediáticos y
desinformación en la era digital. La guerra irregular en América Latina, en
Comunicación y Sociedad. [En línea]. Disponible en: https://doi.org/10.32870/cys.v2020.7604. Fecha de
consulta: 21 de marzo de 2023.
Singh, B.
and Sharma, D. K. (2021). Predicting image credibility in fake
news over social media using multi-modal approach. Neural
Computing and Applications. 34(24): 21503-21517.
Slimovich, A. (2021). Pandemia global y política
mediatizada: La comunicación presidencial argentina y sus repercusiones en Twitter en el primer semestre 2020. Comunicación y Hombre.
17(1-2021): 85-102.
Sojo, A.
(2018). La cohesión social democrática como guía de las políticas públicas: una
perspectiva conceptual y metodológica renovada. Aprendizajes en Cohesión Social: Colección Eurosocial. (1): 66.
Song, C., Ning, N., Zhang, Y., and Wu, B. (2021). A multimodal fake news detection model based on crossmodal attention residual and multichannel convolutional neural
networks. Information Processing & Management. 58(1): 102437.
Sued, G. E. y Kedikian, M. R. (2020). Noticias
falsas en Facebook: narrativas, circulación y verificación. Los casos de
Argentina y México. Estudios sobre el Mensaje Periodístico. 26(3): 1229.
Suing, A., Ricaurte, C. y Ordóñez, K. (2022).
Verificación del discurso público desde la sociedad civil. Caso de la coalición
Ecuador Verifica. Documentación de las Ciencias de la Información.
45(1): 53.
Tarullo, R. y Gamir-Ríos, J. (2022). Asustar
para desestabilizar: desinformación sobre la COVID-19 en Argentina y España. Cuadernos. Info.
(52): 47-68.
Transparencia Internacional (2020). Índice de
Percepción de la Corrupción (IPC). [En línea]. Disponible en:
https://www.transparency.org/en/end-corruption.
Fecha de consulta: 15 de febrero de 2021.
Träsel,
M., Lisboa, S., and Vinciprova, G. R. (2019).
Post-truth and trust in journalism: an analysis of credibility indicators in
Brazilian venues. Brazilian Journalism Research. 15(3):
452.
Valero-Pastor,
J. M., Carvajal-Prieto, M. Y García-Avilés, J. A. (2019). Flujos de trabajo
para el periodismo postindustrial: Métodos y
programas para una comunicación organizacional más ágil y transversal. Profesional
de la Información. 28(5).
Vargo, C. J., Guo, L., and Amazeen, M. A. (2018). The
agenda-setting power of fake news: A big data analysis of the online media
landscape from 2014 to 2016. New Media
& Society. 20(5): 2028-2049.
Vázquez-Herrero,
J., Vizoso, Á. y López-García, X. (2019). Innovación
tecnológica y comunicativa para combatir la desinformación: 135 experiencias para un cambio de rumbo. El Profesional de la
Información (EPI). 28(3): 2.
Vosoughi, S., Roy, D. y Aral, S. (2018). La
difusión de noticias verdaderas y falsas en
línea. Ciencia. 359(6380): 1146-1151.
Wescott, S. (2021). What an English teacher
knows: Teaching in the
post-truth era. Changing English.
28(1): 118-130.
White, J. (1980). Machiavelli and the Bar-Ethical Limitations on Lying
in Negotiation. American Bar Foundation Research Journal. 5(4): 926-938.
Zhang, X. and Ghorbani,
A. A. (2020). An overview of online fake news:
Characterization, detection, and discussion. Information Processing & Management. 57(2):
102025.