https://doi.org/10.29059/cienciauat.v18i1.1751
Vivencias sexuales y autoestima en
mujeres mexicanas con histerectomía
Sexual
experiences and self-esteem in Mexican women
with hysterectomy
Histerectomía, vivencias
sexuales y autoestima
Zahida Aletsy Ríos-Isunza1*, Brenda
Resendiz-Maldonado1, José Ander Asenjo-Alarcón2
*Correspondencia:
zahida_0078@hotmail.com/Fecha de recepción: 24 de agosto de 2022/Fecha de
aceptación: 9 de junio de 2023/Fecha de publicación: 20 de julio de 2023.
1Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla, Facultad de Enfermería, México, Av. 25 Pte.
núm. 1304, Los Volcanes, Puebla, Puebla, México, C. P. 72410. 2Universidad
Nacional Autónoma de Chota, Chota, Cajamarca, Perú.
Resumen
La
histerectomía es la segunda cirugía más
frecuente dentro de la ginecología a nivel mundial. En México se calcula
que una de cada tres mujeres, antes de los 60 años, se someterá a dicho
procedimiento. Las mujeres con histerectomía
atraviesan por una serie de cambios que pueden afectarlas en distintos
aspectos de su vida, repercutiendo en lo psicológico,
social y anatómico. El objetivo de la presente investigación fue
interpretar las vivencias sexuales y
autoestima de mujeres mexicanas
con histerectomía. Se utilizó una metodología
cualitativa fenomenológica-hermenéutica,
en la que participaron 11 mujeres con histerectomía abdominal. Los
resultados se agruparon en 2 categorías principales: sexualidad y autoestima, y
sus respectivas subcategorías. En la primera, se reporta una disminución de la
lubricación y en consecuencia afectaciones en el deseo, satisfacción y orgasmo.
En la segunda, se documentaron alteraciones que se presentaban con cambios de percepción
y pensamientos, así como en sus capacidades, sentimientos y actitud. El proceso
que transitaron las mujeres, tras la histerectomía, influyó en los componentes
de su sexualidad y autoestima. El tiempo de
afrontamiento y su resultado favorable estuvo asociado con lograr
anteponer la autoestima a la afectación
vivida en su sexualidad.
PALABRAS CLAVE:
histerectomía, sexualidad, autoestima.
ABSTRACT
Hysterectomy is the second surgery with more frequency inside gynecology at a worldwide level.
In Mexico it is calculated that one of every three women before 60 years
old will be subjected to that procedure. Women with hysterectomy undergo a series of changes that could affect them in
different aspects of their lives, impacting in the psychological, social, and anatomical. The objective of this investigation
was to interpret the sexual experiences and self-esteem of Mexican women with
hysterectomy. A qualitative
phenomenological-hermeneutic methodology was used where 11 women with abdominal hysterectomy participated. Results were grouped in 2 main categories:
sexuality and self-esteem, and their respective subcategories. In the first
category, a decrease on lubrication, which
consequently had negative effects on desire, satisfaction, and orgasm
was reported. In the second, some alterations
characterized by changes on the participants’ perception and thoughts were documented, as well as on their
capacities, feelings, and attitudes. The
process that women went through after the
hysterectomy, influenced the components
of their sexuality and self-esteem. The
coping time and its favorable
result were associated with putting self-esteem above the negative in their
sexual life.
KEYWORDS:
hysterectomy, sexuality, self-concept.
INTRODUCCIÓN
La histerectomía es una cirugía mediante la cual se extrae el
útero y puede acompañarse de una ooforectomía (extirpación de los ovarios); se
realiza a través de tres vías, abdominal,
vaginal y laparoscópica (Medline Plus, 2022). Se ubica como la segunda
cirugía más frecuente a nivel mundial dentro de la ginecología y es la tercera
dentro de todos los procedimientos quirúrgicos (Monet y col., 2020).
Anualmente se hacen más de 600 000 histerectomías en Estados
Unidos, mientras que en Brasil se realizan 140 000 (Reis y col., 2017). En Chile, se estima que una de cada cinco mujeres se ha sometido a dicha cirugía en
su etapa reproductiva (Cuevas y col., 2019),
mientras que en México se calcula que una de cada tres mujeres se someterá a
este procedimiento antes de
los 60 años (Fernández y col., 2018).
La histerectomía se realiza de un 70 % a 90 % por causas
benignas, como dismenorrea, endometriosis,
hiperplasia endometrial atípica, prolapso uterino, entre otras (Iglesias
y Soto, 2020; Monet y col., 2020), por lo que el 85 % de dichas cirugías son
electivas (Berlit y col., 2017). Es importante señalar que el 65 % de las mujeres que se someten a este procedimiento
son sexualmente activas (Reis y col., 2017)
y su edad oscila entre los 35 a 49 años (Simó y col., 2019).
Aun, cuando en la literatura se ha reportado alivio en
algunas mujeres luego de la histerectomía, por el cese de los síntomas causados
por una enfermedad uterina, la decisión de someterse al procedimiento es
difícil de afrontar, debido a los mitos relacionados con la cirugía, como los
cambios físicos y hormonales, la relación con su pareja y su sexualidad
(Urrutia y Araya, 2020).
La histerectomía puede desencadenar cambios en la vida de las
mujeres y puede afectarlas en lo social,
psicológico y anatómico, ya que el
útero es considerado, desde la perspectiva
social, como un órgano relacionado con
la femineidad, por lo que conlleva un propósito sexual y reproductivo
(Mendes y Fernández, 2017; Iglesias y Soto,
2020). Así, su extracción puede generar disminución en la sexualidad y
alteraciones en la autoestima (El-Hakim y col., 2018; Iglesias y Soto, 2020).
Para las mujeres, la histerectomía puede ser una pérdida
transitoria o permanente, con un impacto significativo en su vida (Berlit y
col., 2017). Así, la experiencia que vive cada mujer al pasar por una
histerectomía es única, la cual depende del
contexto sociocultural, sus características individuales (número de
hijos, relación conyugal, entre otras) y su
actitud hacia la sexualidad (erotismo,
placer, reproducción e intimidad) (Schmidt y col., 2019).
Las mujeres que se someten a esta cirugía pueden presentar
alteraciones en su sexualidad dependiendo del
tipo de histerectomía que se les haya practicado: las mujeres que se someten a histerectomía radical (extirpación de útero, trompas de falopio, ovarios, cuello
uterino, ganglios linfáticos circundantes y parte de la vagina) pueden presentar
insensibilidad en labios vaginales y dispareunia por la denervación pélvica,
atrofia vaginal por disminución de la
longitud y vascularidad de la vagina (Ilknur y col., 2016; Wang y col., 2018); mientras que las mujeres que se
someten a histerectomía total (extirpación de útero y cuello uterino) pueden
presentar disminución de la lubricación y elasticidad vaginal, con la
consecuente disminución de la libido e
incomodidad durante el acto sexual (Ilknur y col., 2016). Por lo que la
sexualidad es compleja y surge de la interrelación entre factores físicos,
sociales, psicológicos, culturales, religiosos y educativos (Reis y col.,
2017).
Así mismo, esta cirugía presenta efectos emocionales en la
mujer que se manifiestan tras la aceptación de la histerectomía y el
significado del útero, que puede derivar en afectaciones cognitivas que alteran la autoestima, debido a que el útero
más que un órgano con una función
biológica está ligado al hecho de ser mujer (Ilknur y col., 2016), su
extracción puede significar una mutilación a su cuerpo, incluyendo sensaciones de vacío, incomodidad, imperfección,
sentirse diferente a otras mujeres, miedo al sentir que ya no atraerán a su
pareja de la misma forma por considerarse menos atractivas y que su papel en la
maternidad ha concluido, aspectos que se relacionan con su percepción y cambio
corporal (Schmidt y col., 2019).
Lo descrito indica que la vida de la mujer con histerectomía
no solo conlleva cambios físicos sino también emocionales. Aquí cobra importancia el uso de modelos teóricos, como el Modelo de Adaptación Roy (MAR), que visualiza
a todo ser humano como un sistema
adaptativo que, al tener un estímulo, como la histerectomía, genera un
proceso físico y cognitivo, que deriva en modos de respuesta de adaptación o no
adaptación a éste. Callista Roy manifiesta
que la adaptación está condicionada
por la integración de las características particulares del ser humano y del ambiente, por lo que el personal de enfermería
debe dar los cuidados pertinentes y necesarios
para que la mujer logre una buena adaptación luego de la cirugía (Roy y Andrews, 2008).
Diversos estudios coinciden en que, las
mujeres se sienten diferentes con respecto a su sexualidad
luego de la histerectomía, e identifican problemas como dispareunia y disminución de la libido, así como, sentimientos de libertad
al eliminarse los síntomas de la enfermedad uterina que presentaban, además de
la libertad sexual, al ya no poder quedar embarazadas; y alteraciones en su identidad al percibirse diferentes y menos atractivas (Silva,
2017; Schmidt y col., 2019; Simó y col., 2019).
El desarrollo de esta investigación se justifica por la
elevada frecuencia de la cirugía y la escasa evidencia científica cualitativa en
México, ya que los pocos estudios existentes para
comprender el fenómeno cuentan con propósitos diferentes a los de este
trabajo (Hernández-Quintana y col., 2006; Palacios, 2022).
El objetivo del presente estudio fue interpretar las
vivencias sexuales y autoestima de mujeres mexicanas con histerectomía.
MATERIALES Y MÉTODOS
Diseño del estudio
El estudio realizado fue de tipo cualitativo, fenomenológico-hermenéutico. Se empleó enfoque
cualitativo, puesto que, permite conocer de forma interna la perspectiva y la
manera en la que viven su sexualidad y autoestima las mujeres con histerectomía (Naranjo y González, 2021); y de
diseño fenomenológico-hermenéutico, porque se buscó describir e interpretar como fenómeno a la histerectomía y tratar
de comprender la naturaleza del ser y la
experiencia vivida a través del lenguaje, así como sus vivencias en la sexualidad y autoestima (OPS/OMS, 2013;
Ramírez, 2016).
Población de estudio
El estudio fue desarrollado de manera virtual en mujeres
mexicanas del estado de Puebla, México. Para captarlas se realizó el muestreo intencional (selección de casos más
representativos que presentan las características necesarias que se requieren
para el estudio) y de participantes voluntarias. El tamaño de la muestra estuvo
sujeto a la saturación teórica de la información, que se dio mediante la transcripción y análisis al término de cada
entrevista, al encontrar que ya no se aportaba nueva información y que era
repetitiva, quedando una muestra
conformada por 11 mujeres.
Se incluyeron mujeres con histerectomía abdominal mayor a 6 meses,
ya que la literatura indica que es el tiempo
promedio que las mujeres esperan para reanudar su vida sexual (Mendes y Fernández, 2017; Silva, 2017); con edades entre 30 y 55 años, que es la edad promedio
en que se realiza la cirugía y existe mayor frecuencia de relaciones sexuales
(Silva, 2017; Mohammed y col., 2022); con una vida sexual activa,
independientemente de si vivían o no con su
pareja sentimental; y que aceptaron participar voluntariamente en el
estudio con firma previa del consentimiento informado.
Se excluyeron a aquellas mujeres con histerectomía mayor a 5 años para evitar sesgos,
ya que con el tiempo las mujeres pueden olvidar los hechos y cambios ocurridos
tras la cirugía (Espinoza-Balseca y col., 2021); con patologías de la glándula
tiroides confirmadas, complicaciones postquirúrgicas y que estuvieron
recibiendo quimioterapia, pues estos eventos pueden afectar la autoestima e
incluso la sexualidad (Figueroa, 2020; Ledón-Llanes y col., 2020; Silva, 2020).
Así mismo, se eliminaron a mujeres que no habían tenido una vida sexual activa
un año antes del procedimiento quirúrgico,
debido a que los problemas sexuales
en pareja pueden haberse generado
antes de la histerectomía; y a las que
aún no habían reanudado su vida sexual.
Obtención de la
información
Para la recolección de datos se utilizó una cédula de datos
personales y una guía de entrevista semiestructurada elaborada por los autores, a través de la cual se indagan las percepciones
y experiencias de la sexualidad y autoestima
posterior a la histerectomía, construida en base a la literatura pertinente
(Mendes y Fernández, 2017; Silva, 2017; Fernández y col., 2018; Schmidt
y col., 2019; Iglesias y Soto, 2020), lo que avala su validez racional. Para garantizar la adecuación, suficiencia, pertinencia
y claridad de las preguntas, se realizó la
consulta a 4 jueces expertos en investigación cualitativa y en la línea de
investigación; 2 de ellos pertenecían al
área de maestría en enfermería, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM); 1 al área de licenciatura en enfermería, de la
Universidad Autónoma de Tlaxcala (UAT), y 1
más, al área de
sociología, de la Universidad Veracruzana,
con lo cual se aseguró la validez por jueces.
Para analizar si las preguntas eran adecuadas, claras, precisas
y comprendidas por las participantes se realizó una prueba exploratoria (entre
junio y septiembre de 2021) en 5 mujeres que cumplieron con los criterios de
selección. Esto permitió evaluar el escenario
y las condiciones en las que se llevó a cabo el estudio.
La recolección de datos se hizo de manera virtual mediante entrevista y observación, pues como precisan Hernán-García y col. (2020) la pandemia
de COVID-19 interfirió y dificultó las
interacciones presenciales, por los riesgos existentes a infectarse de SARS-CoV-2. Sin embargo, dan una serie de pasos a cumplir que garantizan y facilitan la
recolección virtual, donde se asegure el
anonimato, dignidad, intimidad, imagen y protección de datos de las
participantes, al usar como recursos la cámara del ordenador y/o celular
smartphone, así como, aplicaciones de libre acceso y de fácil uso, como Google
Forms, Meet, Zoom, entre otras, integrando el
uso de la bitácora y equipos de grabación de ser necesarios.
La recolección de datos se dio en cuatro etapas, en un
periodo que osciló entre mayo 2021 y febrero de 2022: la primera consistió en un reclutamiento a través de anuncios publicados
en redes sociales como Facebook, Instagram y WhatsApp, donde se les invitaba a
participar en el estudio; en la segunda etapa se dio el primer acercamiento a
las interesadas a través de llamada telefónica, para explicarles el objetivo
del estudio, el tiempo necesario para la entrevista, resolución de dudas e
inquietudes. Se les hizo entrega del consentimiento informado y, si estaban de
acuerdo, se procedió a la firma de éste y se agendó una entrevista virtual.
En la tercera etapa se procedió al llenado de la cédula
personal y posteriormente se realizó la
entrevista semiestructurada, que se llevó a cabo de manera virtual, en
días y horarios determinados que no afectaron
sus actividades diarias, propiciando un ambiente cómodo y agradable para
que las mujeres pudieran contestar plenamente a la entrevista, por lo cual se consideró que en el transcurso de ésta la
participante se encontrara sola, sobre todo en ausencia de la pareja, para asegurar su libertad de expresión, ausencia
de ruidos y distractores, respetando los silencios y fluyendo de acuerdo al ritmo
de expresión de cada participante.
En la última etapa se realizó el cierre de la entrevista, dando un tiempo para la resolución de dudas, agradeciendo su participación
y dejando una puerta abierta por si era necesario volver a entrevistar.
De las entrevistas, se recolectaron 13 h con 49 min de
grabación de imagen y voz, transcritas en 93 páginas en el software Microsoft
365 Word versión 2013, así como, la redacción de las bitácoras en 44 páginas.
Análisis de la información
La transcripción obtenida se sometió al análisis de datos cualitativos que proporciona el software
Atlas.ti versión 7.5.10. Dicha información fue leída y analizada por los
investigadores inmersos en el estudio.
El análisis se hizo a través de la contrastación entre las diferentes
vivencias que presentó cada participante, la
observación del autor que efectuó las entrevistas y lo que se encuentra consignado en los estudios relacionados
con resultados similares como Barbosa y col. (2018), El-Hakim y col. (2018),
Schmidt y col. (2019), Simó y col. (2019),
Silva y col. (2020), entre otros; lo que permitió emerger categorías de
dos modos: el primero de manera deductiva, es decir, se partió de categorías
descritas en la literatura (Bustos y Pérez, 2018; Iglesias y col., 2018; Villalobos,
2019) y se corroboró en las respuestas de
las participantes.
El segundo modo, se dio al identificar patrones y
significados similares en las respuestas de las participantes, lo que conllevó
a agruparlas y sintetizarlas progresivamente
hasta constituirse en categorías y subcategorías.
Aspectos éticos del estudio
El estudio se apegó a lo establecido en
el reglamento de la Ley General de Salud en materia de investigación para la
salud, de acuerdo con el Diario Oficial de la
Federación (DOF, 2014). Se consideró el Título
Primero, Artículo 2, Fracción VII; el Título Quinto, Capítulo Único, conforme al Artículo 96, Fracción
I; Artículo 100, Fracción I; Fracción IV; Fracción
V, Título Décimo Primero, Capítulo IV,
Artículo 192, Fracción VII. Así como a lo establecido en el Código de Ética del Consejo Internacional de Enfermeras.
Se protegió la privacidad de las participantes resguardando su anonimato al identificarlas con
un nombre ficticio tanto en los resultados como en las bitácoras y
grabaciones, estas últimas fueron resguardadas por la autora principal del
estudio y los resultados obtenidos se presentan solo de manera general.
RESULTADOS
Caracterización de la muestra
Las 11 mujeres con histerectomía
abdominal se encontraban en un rango de edad de 33 a 54 años, con un promedio de 45.6 años y tenían 1 o 2 hijos. En 5 mujeres la cirugía se acompañó
de ooforectomía unilateral, solo hubo un caso bilateral. La principal razón
para la cirugía fue alguna enfermedad uterina,
solo en 2 casos se registró cáncer in situ, por lo que no
necesitaron de quimioterapia o radioterapia.
El tiempo de haberse sometido a la cirugía osciló entre 2 y 5 años, con
un promedio de 4.3 años (Tabla 1).
Determinación de códigos
El análisis de las entrevistas permitió
clasificar las expresiones emitidas por las participantes en 48 códigos, que
fueron organizados dentro de los dos constructos denominados sexualidad y autoestima, considerados ambos como
categorías (Tabla 2). Se establecieron 18 subcategorías
con los códigos considerados más amplios, los que a su vez agruparon a los restantes 30 códigos, tomando
en cuenta lo reportado en la literatura (OPS/OMS, 2013).
Sexualidad
Los códigos vivos considerados en la construcción de la primera subcategoría definida se muestran en la Tabla 3. Al igual, que las
categorías que integraron la categoría de
sexualidad: deseo, excitación, lubricación, orgasmo, dolor y satisfacción. Dentro de esta categoría se identificaron tres subcategorías más,
que no se detectaron en la literatura previamente revisada: adaptación, iniciativa para reinicio de vida
sexual y satisfacción a su pareja (Tablas 3 y 4).
Después de la histerectomía, las mujeres manifestaron
problemas variables en las diferentes fases
de su sexualidad al reiniciar las relaciones sexuales y fue regularmente
el hombre quien tomaba la iniciativa para el reinicio de su vida sexual.
El deseo no mostró una respuesta homogénea entre las
entrevistadas, 6 mujeres reportaron
disminución, mientras que 1 observó un incremento y 4 tuvieron una
percepción similar a como era antes de la
histerectomía. Lo mismo ocurrió con la excitación, que
de acuerdo con las respuestas de las entrevistadas, 3 reportaron un incremento y
6 señalaron la presencia de una disminución, lo que intervenía
directamente en las manifestaciones de dolor
o satisfacción que sentían durante el
acto sexual, ya que esas 6 reportaron dolor.
En la excitación, 10 presentaron una importante disminución, que fue superada con el paso
del tiempo, a excepción de una mujer. El análisis de las entrevistas indica
que la satisfacción dependía de la
lubricación, la cual, al ser deficiente provocaba dolor durante el acto sexual, que era soportado por las mujeres, con tal de
satisfacer a su pareja. También en 5 mujeres con disminución en la lubricación,
el orgasmo disminuyó. En contraste, 1 mujer en deseo y 3 en excitación
reportaron una mejoría, como consecuencia de la eliminación de los signos y
síntomas producidos por la enfermedad uterina que presentaban, así como, la
libertad para tener relaciones sexuales sin
la incertidumbre de quedar embarazadas
(Tabla 3).
Las mujeres desarrollaron mecanismos de adaptación
tras la histerectomía: 5 en deseo, 5 en excitación;
10 en lubricación; 7 en orgasmo, 8 en dolor y 8 en satisfacción (Tabla 4). A
pesar de que las entrevistadas no tenían un útero para menstruar y demostrar un
proceso de ovulación, 2 de ellas pudieron seguir sintiendo cómo funciona su cuerpo y los cambios
que hay en él (hormonales o en el proceso de lubricación, deseo y excitación) y 8 de 10 mujeres del estudio,
sobrellevaron este proceso con apoyo de geles lubricantes y tuvieron paciencia
para esperar que la lubricación fisiológica
retornara a la normalidad o a
condiciones similares a lo que era antes de la cirugía (Tabla 3).
Autoestima
Los códigos vivos considerados en la segunda categoría se
muestran en la Tabla 5. En ellos, destaca la
percepción que cada mujer tuvo hacia la cirugía desde un inicio,
respecto al significado del útero, la sexualidad y tener una maternidad
satisfecha o no, si influyó positiva o
negativamente en la autoestima. Así mismo, es importante señalar que 3 de las
mujeres recurrieron a terapia psicológica debido a los estragos en su
autoestima, posterior a la histerectomía. Para dicha categoría se incluyeron
las subcategorías de las capacidades,
orgullo, valía, actitud positiva, percepción, pensamientos, sentimientos y respeto por sí misma. Además se identificó una subcategoría que no se detectó
en la literatura consultada: adaptación, como
se muestra en las Tablas 5 y 6.
Dos participantes sintieron que, posterior a la histerectomía,
eran diferentes a otras mujeres, por la falta de capacidades, como ya no poder engendrar
o responder sexualmente a su pareja, 1 de ellas pudo adaptarse positivamente, otra no logró adaptarse, mientras que 9
mujeres no sintieron cambio alguno (Tabla 6) comparándose con cualquier otra
mujer y remarcaron que el hecho de tener o no
una parte del cuerpo (útero y/u ovarios) no las hacía menos.
También la percepción hacia sí mismas cambió de manera
negativa, donde 4 de ellas, según lo describen, sentían un hueco físico en la pelvis, así como, un vacío emocional al querer y ya no poder tener más hijos, las 7 restantes no percibieron cambios en este aspecto.
El procedimiento quirúrgico generó
pensamientos que iban desde la fatalidad, donde 6 mujeres pensaban
que ya no podían complacer a sus parejas, tanto sexual y atractivamente, como
en la paternidad; hasta la alegría, donde 3
mujeres, después de la histerectomía, la habían tomado como algo benéfico, y otras
3 que lo pensaron así después de la adaptación.
Sus pensamientos se dirigían a la libertad, seguridad y tranquilidad que
esta cirugía les había dado. Por el contrario, también surgieron sentimientos
negativos, generalmente, por sentirse
incomprendidas y tener la necesidad de que
la pareja o algún familiar las acompañara en el proceso, lo cual se evidenció en 5 mujeres; de ellas, 4 lograron la adaptación, al tener sentimientos
positivos de tranquilidad, al sentirse bien físicamente posterior a la histerectomía. Los sentimientos
convergieron en un juicio interno, generando una actitud positiva o negativa; 4
mujeres tuvieron una actitud negativa posterior a la histerectomía, sin embargo 3 de ellas
se adaptaron de manera positiva y solo hubo
un caso en que la mujer no pudo lograrlo (Tabla 6).
El orgullo se mostró poco afectado, ya que 9 mujeres
manifestaron no sentir cambio alguno, y
solo hubo 1 caso negativo, que con el tiempo
pudo adaptarse de manera positiva. El respeto por sí misma pudo
apreciarse a través de sus sentimientos de
satisfacción, de acuerdo con la forma
en que se percibían física y
cognitivamente, con mérito propio y
amor a su persona, así como integrando un conjunto de creencias,
mediante las cuales se sentían satisfechas por lo sucedido; en particular,
resaltaron que su femineidad no solo se basaba
en los órganos sexuales. En el respeto por sí misma, 9 mujeres no tuvieron cambio alguno, solo se encontró un caso negativo que con el tiempo puedo
adaptarse (Tabla 6).
Dando como resultado la valía con la que cada mujer se reconoce a sí misma, en este apartado, solo hubo 1 caso negativo que logró
su adaptación de forma positiva, y las restantes se sintieron tal cual eran
antes del procedimiento. Es interesante que en una de las encuestadas, después de la
intervención quirúrgica, aumentó su autoestima en orgullo, respeto por sí misma
y actitud positiva, y posterior al proceso de adaptación, su autoestima fue
similar a como era antes de la histerectomía, en esos aspectos. Esto se pudo
deber a un mecanismo de autoprotección emocional
ante este cambio fisiológico que sufrió su cuerpo.
DISCUSIÓN
En las vivencias sexuales de mujeres mexicanas,
en situación de post histerectomía entre los
6 meses y 5 años, de acuerdo al análisis de los discursos, se pudo
identificar que 7 hombres -parejas de las participantes- fueron quienes tomaron
la iniciativa para el reinicio de la vida
sexual, resultado que concuerda con los obtenidos por Barbosa y col.
(2018), quienes reportaron que, debido a los cambios ocurridos posterior a la
cirugía, las mujeres no consideran como una
prioridad su vida sexual y dejan que su pareja sea quien tome la decisión. Es entendible esta conducta adoptada
por las mujeres que presentaron disminución
del deseo, comportamiento reportado por de Silva (2017), Adelman y Sharp
(2018), El-Hakim y col. (2018). Es una situación común, de acuerdo con Barbosa y col. (2018), quienes refieren que las mujeres
pueden presentar problemas de lubricación y
deseo, debido a factores psicosociales y físicos, que se manifiestan
luego de la histerectomía, lo que coincide con las vivencias de las mujeres participantes de esta investigación.
En la excitación también hubo una disminución
en las mujeres, al igual que en la lubricación,
porque ambas están vinculadas. Lo mismo
ocurrió en los estudios de Silva (2017), Schmidt y col. (2019), Da-Costa
y col. (2021). Esto debido a las alteraciones en la producción de las hormonas,
estrógenos y progesterona, las cuales van de la mano con la baja de los
orgasmos, que de acuerdo con Schmidt y col. (2019), Iglesias y Soto (2020),
Mohammed y col. (2022), guardan una relación directa con la lubricación deficiente,
posterior al procedimiento quirúrgico.
La lubricación deficiente interfiere en la satisfacción de la
mujer y puede generar dolor durante el acto
sexual (Silva, 2017; Iglesias y Soto, 2020; Silva y col., 2020). Esto podría deberse
a las repercusiones inmediatas de la cirugía;
no obstante, es frecuente una recuperación paulatina, tal como lo
expresaron las mujeres del estudio, pero cada mujer puede requerir de un
periodo variable. Dicha variabilidad puede
explicarse desde el postulado del MAR, en el que se indica que el ser humano desarrolla un mecanismo de adaptación
al medio ambiente, ante un estímulo como la histerectomía. En este sentido, la
lubricación pudo llevarse a cabo una vez que las mujeres pudieron superar de manera satisfactoria el proceso de adaptación físico fisiológico, 8 iniciaron con el uso de lubricantes, lo que
concuerda con los hallazgos de Silva
(2017), Wang y col. (2018), Silva y
col. (2020). Su uso les permitió obtener una satisfacción en
sus relaciones sexuales, pero también mostraron que su cuerpo tuvo una buena
adaptación y volvieron a tener una
lubricación similar a la que tenían
antes del procedimiento.
Al analizar los discursos de las participantes se identificó
que una de ellas no logró la adaptación a la lubricación, aún después de 4 años
de la histerectomía, probablemente el proceso se vio entorpecido, ya que optó
por satisfacer a su pareja más que a ella misma, concordante con Mendes y
Fernández (2017) y Schmidt y col. (2019). Por ello, es importante recordar que
el MAR indica que puede no haber una buena adaptación, pero no por esto deja de
haber un crecimiento personal y cognitivo en la persona, ya que siempre existe un área de aprendizaje, por lo que puede volver a realizar el proceso cuando lo deseé y lograr la adaptación (Roy y Andrews, 2008).
Por otro lado, 10 mujeres comentaron que la satisfacción,
excitación y el orgasmo posterior a la adaptación de la cirugía son iguales o
más placenteros, dado que antes de la intervención
quirúrgica eran muy comunes los problemas en estas fases, datos similares los reportados por Wang y col.
(2018) y El-Hakim y col. (2018). Estos
hallazgos pueden atribuirse no
solo a la cirugía, ya que también se liberan
de la posibilidad de un nuevo embarazo, así como de los síntomas de las enfermedades uterinas que
presentaban, la menstruación, dismenorrea, entre otros, sobre todo cuando la cirugía era vista desde el inicio como algo benéfico para su salud, coincidiendo
con Silva (2017) y Barbosa y col. (2018).
Dichos hallazgos pueden explicarse debido a que el proceso de adaptación
a la lubricación y el deseo se debe a un
cambio en su mentalidad, tras la
aceptación de la histerectomía, el apoyo de la pareja y
sobre todo, al orgullo y valía hacia sí mismas, demostrando que la autoestima
posterior a la histerectomía puede modificar algunos componentes de la sexualidad,
sin que exista una relación en sentido inverso, resultados que concuerdan con
los obtenidos por Goudarzi y col. (2022).
La autoestima después de la histerectomía
se vio afectada parcialmente en cuatro de las mujeres entrevistadas (Mónica, Fernanda, Laura y
Diana), al tener percepción baja en al
menos 3 subcategorías (Tabla 6).
Entre las situaciones que destacan se encuentra
la limitación de capacidades, como el no poder engendrar, satisfacer o atraer
sexualmente a su pareja, aspectos que influyen
en la autopercepción y autoconcepto físico, y
en la generación de pensamientos y sentimientos negativos, como la
incertidumbre, el miedo e
incomprensión, resultados avalados por Silva (2017) y Mohammed y col. (2022).
En cambio, quienes supieron afrontar el procedimiento
quirúrgico no se sintieron diferentes, sino que mantenían las mismas
capacidades que cualquier otra mujer, por lo
que el orgullo, la valía y el respeto por sí misma, se encontraron intactos y solidificados (Tabla 6), lo mismo ocurrió
en la investigación de Li y col. (2022).
Las mujeres expresaron percepciones de vacío, así como,
sentirse diferentes y raras, lo que generó sentimientos de incomprensión, que
se expresaron en llanto y afectación de su
sexualidad (deseo y lubricación deficientes). Similares resultados
reportan Barbosa y col. (2018) y El-Hakim y
col. (2018). Mientras que, si la mujer concibe la histerectomía de modo favorable, sus percepciones, pensamientos y respeto por sí misma se encaminan positivamente, sintiéndose libres y tranquilas,
con pensamientos de superación y agradecimiento, respetando su cuerpo y sus
decisiones, resultados avalados por Li y
col. (2022). De acuerdo con Roy y Andrews (2008), esto representa un
proceso de adaptación ante el estímulo focal (histerectomía), que se respalda
en las investigaciones hechas por Goudarzi y col. (2022) y Mohammed y col.
(2022); en las mujeres de esta investigación, se pudo observar, a través del
análisis de contenido de las entrevistas, que se concentraron en una primera etapa en superar la parte emocional
más que la sexual según la interpretación
realizada de sus discursos, que finalmente
resultó en una adaptación positiva, tras la aceptación de la
histerectomía.
Es importante señalar, que debido a la limitación de los criterios
de selección y el poco seguimiento que se les da a las mujeres tras la
histerectomía, se convierte en una población de difícil acceso. Por ello, se
recomienda realizar un estudio donde se puedan incluir mujeres de zonas
rurales, con histerectomías abdominales, vaginales y laparoscópicas; así como,
un estudio de casos, en el que se pueda demostrar que el acompañamiento antes,
durante y después de la histerectomía, enfocado en temas de sexualidad y
autoestima, ayude a la buena y pronta adaptación de las mujeres tras la
cirugía.
CONCLUSIONES
Las mujeres reaccionaron de manera
diferente ante la histerectomía, por lo que el tiempo del proceso de
afrontamiento y su resultado en una buena o mala adaptación a ésta, fue
distinto en cada una de ellas. El proceso posterior a la cirugía que realizaron
las mujeres, el modo de adaptación físico fisiológico y autoconcepto que derivan
en la sexualidad y la autoestima, dependió de la constante interacción de diversos factores; así mismo, es importante
señalar que las mujeres se concentraron en un inicio en superar los aspectos
relacionados con su autoestima más que los de su sexualidad, siendo
indispensable reconocerse a sí mismas como mujeres completas. Por lo que este insumo adquiere valor, ya que los
profesionales de enfermería pueden reorientar su quehacer en un trabajo en
equipo más holístico, humanizado e individualizado,
que busque el bienestar de la mujer más allá de lo físico.
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