https://doi.org/10.29059/cienciauat.v18i2.1761
Pilares institucionales y orientación emprendedora en agricultores
del estado de Aguascalientes: el rol mediador de las redes de colaboración
Institutional pillars and entrepreneurial orientation in farmers in the state of
Aguascalientes: the mediating role of collaboration networks
Contexto institucional en el
emprendimiento agrícola
Neftali Parga-Montoya1*, Héctor
Cuevas-Vargas2
*Correspondencia: neftali.parga@edu.uaa.mx/Fecha de
recepción: 13 de septiembre de 2022/Fecha de aceptación: 11 de diciembre de
2023 /Fecha de publicación: 30 de enero de 2024.
1Universidad Autónoma de Aguascalientes,
Departamento de Agronegocios, Centro de Ciencias Empresariales, Campus Sur,
Avenida Prolongación Mahatma Gandhi, núm. 6601, col. El Gigante, Ejido
Arellano, Aguascalientes, Aguascalientes, México, C.P. 20340. 2Universidad Tecnológica del Suroeste
de Guanajuato, Departamento de Innovación empresarial y marketing, Valle de
Santiago, Guanajuato, México.
RESUMEN
La
orientación emprendedora es crucial para que los agricultores desempeñen su
actividad económica con mayor crecimiento. El
entorno institucional y la colaboración juegan un papel importante para
desarrollar habilidades de emprendimiento. El objetivo de este estudio fue
determinar el efecto mediador de las redes de colaboración en la relación de
los pilares institucionales y la orientación emprendedora de los campesinos. Se
tomó como base la teoría neoinstitucional, la teoría
del capital social y la teoría de los recursos y capacidades. Se hizo un
estudio empírico con base en un modelo de ecuaciones estructurales. Se realizó un levantamiento de información con 192 productores agrícolas localizados en el estado
de Aguascalientes. En la postura emprendedora,
la proactividad fue más importante que arriesgarse o ser más innovador
para abarcar con mayor profundidad el mercado. La mediación de las redes de colaboración entre los agricultores ayuda con los costos de las regulaciones,
el desconocimiento del entorno institucional
y la administración de la actividad agrícola.
PALABRAS CLAVE: teoría institucional, emprendimiento rural,
redes de colaboración, modelos de ecuaciones
estructurales.
ABSTRACT
Entrepreneurial orientation is crucial for farmers to carry out their
economic activity with greater growth. The
institutional environment and collaboration play an important role in developing
entrepreneurial skills. The objective of this study was to determine the
mediating effect of collaboration networks
in the relation-ship
between institutional pillars and the entrepreneurial orientation of peasants.
The neo-institutional theory, the theory of social capital and the theory of resources and capabilities are taken as a
theoretical basis. It is an empirical study
based on a structural equation model.
An information survey was carried out with
192 agricultural producers located in the state of Aguascalientes.
Relevant results were obtained on the involvement of the entrepreneurial stance, taking into
account that the dimension of proactivity is more important than
taking risks or being more innovative to cover the market in greater depth. An
important finding was that the mediation of collaborative networks between
farmers helps lower the costs of regulations
and overcome the lack of knowledge about the institutional context and agricultural
activity management.
KEYWORDS:
institutional theory, rural entrepreneurship,
network ties, structural equation modelling.
INTRODUCCIÓN
En el
sector agrícola, los estudios que se relacionan con la capacidad emprendedora
resaltan las implicaciones que tienen las habilidades
de emprender. Con esto, se beneficia el sector rural con mejores condiciones de empleo
y un aumento del derrame económico (Naminse y Zhuang,
2018). Para Maziriri y Mapuranga
(2018), la orientación emprendedora es crucial para los campesinos porque tiene
impacto positivo en el crecimiento de sus
negocios agrícolas y los convierte en agentes
de la actividad productiva en condiciones vulnerables.
La
literatura ha considerado a la orientación emprendedora como un efecto del
contexto institucional o de las redes de
colaboración. Varios estudios han
estimado que las decisiones estratégicas de los agricultores se ven favorecidas
cuando existe un entorno de certidumbre,
protección, legitimidad y facilidad para
conseguir conocimiento (Lang y Fink, 2019; Pindado y Sánchez, 2019; Shu y col., 2019),
pero son necesarias sus capacidades emprendedoras para alcanzar los beneficios
que trae consigo las acciones de
emprendimiento. El contexto institucional conceptualiza el marco legal y condiciones socioculturales que permiten la colaboración en un ambiente de certidumbre
(Wincent y col., 2016), estado de derecho (Levie y Autio, 2011), y confianza en la figura del campesino (Kang
y col., 2016).
Usualmente,
la literatura discute la capacidad emprendedora como un conductor de innovación
y capacidad de absorción (Barzola-Iza y col., 2020). De igual forma, un
elemento discutido por la literatura para explicar la orientación emprendedora
en los agricultores han sido las redes que
establecen en el entorno que favorecen su actividad agrícola. Autores
como Greenberg y col. (2018); Flanagan y col. (2019); Luu
y Ngo (2019), han asociado a las redes de colaboración con el incremento de las
capacidades para detectar oportunidades de negocio, arriesgar capital y
acciones más efectivas hacia la innovación y la competencia proactiva. Desde la
teoría del capital social (Nahapiet y Ghoshal, 2009), existe una
carencia de estudios que determinen los efectos que tienen las redes de
colaboración sobre la orientación emprendedora de los campesinos. La actividad
agrícola presenta barreras constantes para construir condiciones adecuadas de
emprendimiento, la capacidad de asociarse es un elemento fundamental para
reducir los efectos que tienen los factores del entorno hostil y restrictivo en
el que regularmente se desarrollan (Futemma y col., 2020).
Los estudios de la teoría neoinstitucional
(NIT, por sus siglas en inglés: Neoinstitutional Theory) se han incrementado a lo largo de los últimos
años (Kostova y col., 2008). De acuerdo con Scott
(2013), el principal objetivo de la NIT es describir y examinar el marco institucional
en el que se dan interacciones de las instituciones y organizaciones. En la configuración
política, social y legal de las reglas formales
e informales (Urbano y col., 2019), construidas por la sociedad para
favorecer la producción, intercambio y distribución (North, 1990).
Siguiendo
el discurso de Scott (2013), tres pilares
construyen la estructura institucional que provee la guía y línea de
acción de los actores, en este caso, los agricultores. El pilar regulativo se refiere a las reglas escritas que tienen el poder de restringir o castigar el comportamiento
de los individuos al interactuar con los demás (Kostova
y col., 2008). El pilar normativo representa la composición de motivantes
sociales estructurados que dan forma al conjunto de decisiones tomadas por un
individuo (Scott, 2013). Abarca el valor que
le atribuye un individuo, en una sociedad, a un perfil específico. Este
perfil normativo es consistente con las creencias y estándares o normas
sociales que tiene la sociedad en general (Kostova y
Roth, 2002). Por último, el pilar cognitivo concibe los significados, símbolos
y esquemas mentales que tiene un individuo en relación a su entorno (Scott, 2013). Este aspecto les proporciona a los
individuos los procesos interpretativos necesarios para tomar caminos de
decisión, en respuesta a las situaciones que
se les presentan en su actividad diaria (Mohammed, 2020).
De igual
forma, para la teoría del capital social, en una sociedad, los actores
económicos establecen relaciones que son útiles para compartir recursos e información (Nahapiet y Ghoshal, 2009). Las redes de trabajo generan información
sobre mercados, suministros e insumos (Martins,
2016). Se vuelven sólidas cuando el contexto
institucional es confiable y promueve
la colaboración a partir de normas culturales (McKitterick
y col., 2016).
Teniendo
como base la teoría de los recursos y
capacidades (Miller, 2019), la orientación emprendedora surgió como una
postura estratégica que dirige a una
organización a través de actividades emprendedoras (Susanto
y col., 2019). Se reconocen tres componentes principales que engloban la
orientación hacia tener la voluntad de arriesgar capital para invertir en mejores oportunidades de negocio, desarrollar
nuevas ideas y tomar decisiones proactivas que atiendan la competitividad: innovatividad, proactividad y toma de riesgo (Jeffrey y Covin, 2018). La innovatividad se
refiere a tener la intención o la postura a crear nuevos productos, procesos,
actividades desde una nueva forma que sea novedosa en el sector. La proactividad
es la capacidad de anticiparse a los competidores, desarrollar iniciativas a
pesar del esfuerzo que representan y planear proyectos con el fin de adelantarse a la competencia. La toma de riesgo es actuar con valentía, invertir tiempo
y dinero a pesar de que representa un alto riesgo, así como, tomar acciones
para tomar nuevos mercados en el sector (Koe, 2016).
La
orientación emprendedora individual (IEO, por sus siglas en inglés: individual entrepeneurial orientation) es
una capacidad que facilita el descubrimiento de nuevas oportunidades de
negocio, así como incentiva las intenciones
de crecer (Maziriri y Mapuranga,
2018). Para los agricultores, la
orientación emprendedora, permite explotar y explorar las oportunidades
que tiene su actividad agrícola (Shu y col., 2019). Por ejemplo, el estudio de Andati y col. (2022) demuestra con sus resultados las
oportunidades que genera la orientación emprendedora, se ve reflejada en
actividades tecnológicas, acceso a créditos, facilidades financieras,
soluciones digitales y una mejor adaptación al cambio ambiental. Esta capacidad emprendedora es esencial en la adquisición de recursos como una postura ventajosa y
complementaria a las habilidades agrícolas
(Udimal y col., 2019).
Las redes
comerciales reducen la ambigüedad y la confianza de con quienes se hacen los negocios
(Guercini y Tunisini,
2017). De acuerdo con la literatura, las redes de trabajo tienen impacto en la
forma de arriesgar capital (Greenberg y col., 2018), así como, tener
innovaciones más efectivas con acciones proactivas (Luu
y Ngo, 2019). Las redes institucionales tienen funciones particulares que sirven
como agentes económicos que reducen las barreras del marco institucional
(Wales y col., 2016; Wang y Juan, 2016). Las redes
institucionales tienen efectos sobre las deficiencias que presenta el marco institucional, permitiendo que los actores
decidan arriesgarse en mejores condiciones de inversión (Fuentelsaz
y González, 2015). Los vínculos institucionales son conductores ideales para
los campesinos que, han tomado una
perspectiva de negocio a su actividad agrícola, desarrollan sus capacidades de planeación, competencia y gestión
(Henke y Vanni, 2017).
El estudio de Gunawan y col.
(2016), señala que las redes de colaboración tienen impacto en el
comportamiento innovativo, puesto que se requiere mayor
información esencial de tendencias, procesos y tecnologías convenientes
para las futuras oportunidades de negocio.
Por su lado, para Shu y col. (2018) las redes de colaboración integran
el contexto para reconocer información valiosa, tratos oportunos para hacer
negocios y capacidades para realizar
emprendimientos. El efecto mediador de las redes de colaboración ha sido evaluado
en relaciones que favorecen la inclusión e
intermediación financiera, en el nivel de emprendimiento y los tipos de
innovación. El sector agrícola en México se caracteriza por conformarse por
unidades de producción agrícolas de subsistencia, predominantemente de núcleos
familiares que no consideran políticas precisas para la toma de decisiones de la actividad agrícola (Boza y col., 2018) con pocas
actividades comerciales y desde una economía
informal (SAGARPA/FAO, 2012). La población rural vive en condiciones
precarias (Torres-Mazuera, 2015), poco acceso a recursos y servicios públicos, así como, una deficiente infraestructura productiva (Morett-Sánchez y Cosío-Ruiz, 2017). Por lo que es
necesario estudiar los pilares institucionales que proveen la guía y línea de acción de los agricultores, así como
su orientación emprendedora y sus redes de
colaboración, para poder establecer los beneficios que conlleva.
El
objetivo de este estudio fue determinar los efectos que existen entre el
contexto institucional, las redes de colaboración y la orientación emprendedora de los campesinos hidrocálidos.
MATERIALES
Y MÉTODOS
Se
realizó un estudio cuantitativo, transversal, no experimental.
Población
de estudio
Se
trabajó con 97 productores de chile y 95 de vid del estado de Aguascalientes,
México, seleccionados por un criterio de
conveniencia, ya que se tenía contacto con los gerentes de los sistemas producto de cada cultivo en el estado,
los cuales requerían un censo de los agricultores
pertenecientes a su agrupación. Para
recolectar la información se realizaron entrevistas personales en sus domicilios
o mediante asambleas semanales en las comunidades
rurales, usando un cuestionario.
Instrumento
El
instrumento de medición se divide en dos bloques. El primero corresponde a la
información de sexo, edad, formación
académica y área cultivada de los
participantes. La segunda parte contempla las tres variables del estudio:
pilares institucionales, redes de colaboración
(variables exógenas) y orientación emprendedora (variable endógena).
Pilares
institucionales
Se utilizó el instrumento desarrollado por Kostova y
Roth (2002), adaptado a 13 indicadores que fueron medidos con una escala
tipo Likert de cinco puntos, donde 1 = nada
importante y 5 = muy importante. Se compone de tres dimensiones de tipo reflectivo que miden la percepción del
contexto institucional, de acuerdo con lo planteado previamente por Scott
(2013): regulatorio (4 ítems), normativo (5 ítems) y cognitivo (5 ítems).
Redes de colaboración
Se
utilizaron 8 de los 9 ítems de la escala desarrollada
por Yiu y col. (2007), en la que considera la
cercanía que se tiene con otros actores
económicos relacionados con su actividad
económica en dos dimensiones: redes comerciales y redes institucionales. Para las
redes comerciales se tomó en consideración a los proveedores, clientes y
competidores; mientras que para las redes institucionales se consideró al gobierno, universidades, bancos, gremios, comisiones legislativas y dueños de empresas de otros giros. Se utilizó una escala tipo Likert de cinco puntos donde 1 = no tiene relación y 5 = una relación muy cercana. De acuerdo con el autor del instrumento,
el objetivo de la escala es evaluar de forma genérica las ventajas y
desventajas de la proclividad que tiene el sujeto de estudio para vincularse con el sector en el que se desempeña.
Orientación
emprendedora
Se midió a través de una adaptación del instrumento de
estrategia emprendedora de Covin y Slevin (1989). La escala es una de las más referenciadas en
la literatura para analizar la orientación emprendedora de las empresas (Covin y Wales, 2012). Esta escala mide la orientación emprendedora con tres dimensiones de tipo
reflectivo: innovatividad (3 ítems), proactividad (2 ítems) y toma de riesgo (3 ítems). Se utilizó
una escala tipo Likert de cinco puntos, donde 1 = nada importante y 5 = muy
importante. El cuestionario fue previamente traducido y se validó por un
panel de expertos conformado por tres directores de los comités estatales de
los productos agrícolas (Comité Estatal del
Sistema Producto Chile y Consejo Estatal de Vinicultores del estado de
Aguascalientes). Se realizaron asambleas de agricultores
de los
cultivos en cuestión para adaptar los indicadores
al lenguaje del informante y evitar sesgos presentes que provinieran de
la adaptación de las escalas.
El modelo teórico
Se establecieron relaciones unidireccionales entre las 3 variables de estudio (Figura 1), lo que
permite determinar la influencia y no una correlación
(Wetzels y col., 2009; Ketchen,
2013; Hair y col., 2014). A través de este
modelo se buscó determinar la influencia
que ejerce cada variable en las demás para comprobar con
las siguientes
hipótesis de trabajo.
H1:
Los pilares institucionales influyen sobre las redes de colaboración.
H2:
Los pilares institucionales influyen sobre la orientación emprendedora.
H3:
Las redes de colaboración influyen sobre la orientación emprendedora de los agricultores.
H4:
Existe un efecto mediador de las redes de
colaboración
en la relación de los pilares institucionales y la orientación emprendedora
Fiabilidad y validez
Los
resultados de fiabilidad y validez convergente de los constructos reflectivos
de primer orden (regulativo, normativo,
cognitivo, redes comerciales, redes institucionales, innovatividad,
proactividad y toma de riesgo) las tres escalas de segundo orden (pilares institucionales, redes de
colaboración) y orientación emprendedora se
obtuvieron la metodología descrita por Hair y
col. (2017), quienes indicaron que deben estar por encima de 0.7 para que la
fiabilidad compuesta sea adecuada para realizar el análisis, en el caso del alpha de Cronbach las variables exógenas deben superar el
0.7 (Nunnally y Bernstein, 1994). El valor crítico de la varianza extraída promedio (AVE) debe ser superior de 0.5 (Fornell
y Larcker, 1981). Las cargas factoriales de los indicadores deben ser mayores a 0.7 (Hair y col., 2017) para
realizar el modelo de ecuaciones estructurales.
Validez discriminante
Se evaluó a través de dos pruebas: el
test del Heterotrait-Monotrait (HTMT) y el
test de Fornell y Larcker
(1981). La prueba Heterotrait-Monotrait consiste en
revisar los valores por encima de la diagonal de la matriz de las razones de
las correlaciones (HTMT85) (Henseler y col., 2014). Se considera el mejor criterio para
determinar que se tiene validez discriminante
entre los constructos (Cuevas-Vargas y col., 2019).
El test del criterio Fornell-Larcker
establece que los valores de las correlaciones entre los constructos deben ser inferiores a la raíz cuadrada
del AVE de cada uno de ellos, y según Fornell y Larcker (1981) estos valores deben ser
superiores que sus correlaciones correspondientes con cualquier otro
constructo.
Análisis de datos
Se utilizó la metodología de Modelado de Ecuaciones
Estructurales mediante mínimos cuadrados parciales (PLS-SEM, por sus
siglas en inglés: Partial Least
Squares Structural Equation
Modeling) con el software estadístico SmartPLS 3®
(Ringle y col., 2015), que permite resolver los posibles problemas de falta de
normalidad de los datos a través del bootstrapping
(Hair y col., 2017). El proceso se llevó a cabo en
dos fases, en la primera se estimó el modelo de medición, en el cual se realizaron las pruebas de fiabilidad y validez de
las escalas; y en la segunda, se evaluó el modelo estructural y los efectos mediadores.
RESULTADOS
Características sociodemográficas
La
distribución por sexo, edad, nivel educativo y área cultivada de cada grupo se
muestra en la Tabla 1. De los 192
agricultores encuestados, 185 fueron hombres; las mujeres solo
cultivaban uva. El nivel educativo mostró diferencia por actividad agrícola, ya
que el 71.1 % de los agricultores dedicado al chile carecían de educación primaria o contaban con primaria o secundaria, registrando un porcentaje
superior al 56.8 % de los productores de
uva, con las mismas condiciones educativas. En el cultivo de chile, las
personas sin educación primaria presentaron
el promedio más alto de edad y la menor cantidad de área cultivada. En el caso de la uva, los agricultores
con mayor edad tenían nivel primaria o carecían de ella,
pero, en general, sus áreas de cultivo fueron similares a los demás, excepto
para aquellos con posgrado, quienes presentaron
más área que el resto del grupo.
Fiabilidad
y validez del instrumento
Se obtuvo una alta consistencia interna de los 8 constructos reflectivos de primer orden (Tabla 2).
También en las tres escalas de segundo orden se obtuvieron valores por encima de
0.7 en las cargas factoriales (Tabla 3), indicando que la fiabilidad compuesta
de todos los constructos
fue adecuada (Hair y col., 2017). En el caso del alpha de
Cronbach las variables exógenas superaron el 0.7, lo que valida el instrumento (Nunnally
y Bernstein, 1994).
Validez
discriminante
Los
resultados obtenidos y presentados por encima de la diagonal, en la prueba Heterotrait-Monotrait
(Tablas 4 y 5) demuestran que las correlaciones entre los constructos son adecuadas, al ser inferiores a 0.85 (Clark y Watson,
1995; Kline, 2011; Dijkstra y Henseler, 2015). Al
aplicar el test del criterio Fornell-Larcker, se
encontró que los valores de las
correlaciones entre los constructos de primer orden como en los de segundo
orden (Tablas 4 y 5) son inferiores a la raíz cuadrada del AVE de cada
uno de ellos, cuyos valores en negrita representan la diagonal de la tabla, y según Fornell y Larcker (1981) estos valores son superiores que sus
correlaciones correspondientes con cualquier
otro constructo, tal y como se observa debajo de la diagonal, por lo que
se demuestra la validez discriminante de los constructos y por tanto, son confiables y válidos para probar el modelo.
Percepción
de los productores
La
percepción de la importancia de los pilares
institucionales para el desarrollo de su actividad fue alta en la
población de campesinos estudiada, alcanzando valores promedio superiores
a 4 puntos (4.0 a 4.9), en una escala
donde el valor máximo es 5. En este constructo, los productores de chile
tuvieron puntuaciones ligeramente mayores,
algunas de ellas significativas (Tabla 6). La percepción de la importancia de formar redes de colaboración
obtuvo los valores más bajos (Tabla 6), de 1.9 a 4.1, en la que los productores
de chile se diferenciaron solo en la
importancia que le dan a su interacción con clientes y proveedores.
La
orientación emprendedora (Tabla 6) obtuvo valores promedio que oscilaron entre
3.6 y 4.4. Adicionalmente, los agricultores
de sexo masculino, con mayor
educación formal (licenciatura y
posgrado), manifestaron una orientación emprendedora más alta, de 4.3 puntos (Tabla 7), mientras que los agricultores sin ninguna formación
académica se mantuvieron con la media más
baja (3.7 puntos). En el caso de las
mujeres, la orientación emprendedora más alta fue para las que tuvieron
licenciatura y únicamente primaria, aunque,
para los 7 casos identificados no se puede hacer un análisis estadístico profundo que refleje diferencias significativas porque no se cuenta
con el tamaño de muestra necesario.
Los productores de chile valoraron mejor los tres
constructos relacionados con su actividad agrícola, que los productores de vid,
al registrar una mayor significancia (P ≤ 0.05) en los constructos de las tres
variables, destacando la orientación
emprendedora, seguida de pilares
institucionales y redes de colaboración.
Modelo
teórico
El modelo
estructural mostró suficiente evidencia empírica para obtener intervalos de confianza
y evaluar la precisión de los parámetros, ya que todos los parámetros tuvieron valores superiores a 0.2 en los efectos directos (Tabla 8), indicando que el modelo estructural
tiene relevancia predictiva (Chin, 1998).
Los pilares institucionales afectaron de manera
positiva y significativa (b = 0.346, P < 0.000) a las redes de colaboración (Tabla 8), indicando que las impactan
favorablemente en un 34.6 %. También tuvieron un impacto positivo y
significativo (b = 0.371, P < 0.000) en la orientación emprendedora, de 37.1
%. Por su parte, las redes de colaboración
impactaron favorablemente a la variable endógena orientación emprendedora (b = 0.356, P < 0.000) con un
35.6 %.
Existió un efecto indirecto positivo y significativo (b = 0.123, P < 0.05) en el rol desempeñado por
las redes de colaboración, en la relación existente entre los pilares
institucionales y la orientación emprendedora, con un 12.3 % de impacto, lo que muestra que las redes tienen un efecto mediador y que, con base en los criterios de Zhao y col. (2010), se trata de un efecto parcial, considerado como mediación competitiva, toda vez que tanto el efecto
indirecto como el efecto directo son significativos. A este tipo de mediación parcial competitiva se le ha considerado
en la literatura como modelo de confusión negativa o inconsistente (MacKinnon y col., 2007; Nitzl
y col., 2016).
El modelo
mostró la misma tendencia al analizar independientemente la influencia de los pilares institucionales y las redes de colaboración
sobre la orientación emprendedora de los
agricultores de Aguascalientes dedicados al cultivo de chile y de la uva
(Tabla 9).
DISCUSIÓN
La
orientación emprendedora, con su impacto favorable para el crecimiento y
desarrollo de la actividad agrícola (Maziriri y Mapuranga, 2018), estuvo presente en los agricultores
de chile y uva de Aguascalientes entrevistados
(Tabla 6) y se mostró influenciada por el sexo y el mayor nivel educativo
(Tabla 7).
En este
estudio, los resultados mostraron que tanto los pilares institucionales como
las redes de colaboración tuvieron efectos favorables sobre las capacidades
emprendedoras de los agricultores
encuestados. Al respecto, la literatura indica que los pilares
institucionales (regulatorio, normativo y cognitivo) ejercen efectos positivos y significativos para construir
la capacidad emprendedora que le permite a los
campesinos explotar sus oportunidades de mercado (Pindado y Sánchez, 2019;
Shu y
col., 2019; Udimal y col., 2019). La protección legal, la legitimidad que da la
sociedad y la facilidad con que se comparte el conocimiento son necesarios para
favorecer las capacidades emprendedoras, puesto que, ofrecen un contexto
institucional de certidumbre (Lang y Fink, 2019;
Pindado y Sánchez, 2019; Shu y col., 2019).
El pilar regulatorio favorece la protección, la certidumbre y la facilidad
de hacer negocios, por lo que, es un aliciente para arriesgar capital en nuevas
oportunidades de inversión para los
campesinos (Okello-Candiya-Bongomin
y col., 2017). El pilar normativo construye la percepción social que se
tiene sobre el actor social, por tanto, la reputación y el respeto que se tiene
hacia la figura del campesino contribuye a desarrollar
confianza y legitimidad a sus actividades económicas y sociales. Por su parte,
el pilar cognitivo determina la gnosis del individuo con respecto al mundo y su
actividad, cómo sobrellevarla y hacerla
cognoscente, por ende, tomar decisiones adecuadas por parte de los agricultores surge de su comprensión con
el mundo aprendido a partir de las estructuras sociales (Mohammed, 2020).
Los
pilares institucionales mostraron también un efecto positivo y significativo
sobre las redes de colaboración, lo que concuerda con la literatura, ya que los
primeros permiten construir una relación estrecha entre los actores. Lang y Fink (2019) indicaron que las regulaciones proporcionan certidumbre a las relaciones establecidas, al existir una mayor protección entre las
interacciones de los campesinos por parte de la ley. En este sentido, el pilar regulatorio pone limitaciones considerables en las habilidades de cómo interactuar con los
demás, provocando que la estructura social
se direccione hacia una mayor integración o en su defecto, incrementar
su capital social. El pilar normativo, por representar la confianza, reputación
y reciprocidad que tiene el agricultor con los demás actores del contexto para formar redes de colaboración
sólidas y efectivas para la actividad agrícola. El pilar cognitivo permite a los campesinos establece roles, normas compartidas, actitudes y creencias para obtener acceso a recursos (McKitterick y col., 2016).
Redes de colaboración
Las redes de colaboración ejercieron un efecto
positivo y significativo sobre la orientación emprendedora,
lo que concuerda con estudios previos. Las redes de colaboración son una
fuente de información disponible para los
actores estratégicos (Wincent y Westerberg,
2005). Según Jiang
y col. (2018), las redes son valiosas para obtener acceso a recursos que, sin la colaboración, no podrían explotar. La
capacidad tecnológica y la innovación se transfiere rápidamente porque el conocimiento es compartido dentro de la
cadena de valor (Saint-Ville y col., 2016). Por su lado, Shu y col. (2018),
señalaron la información valiosa, la celeridad de llegará acuerdos y la
posibilidad de desarrollar nuevos proyectos
como elementos que surgen de la colaboración cercana con otros. Las redes comerciales que se tienen con
pro-veedores, clientes y competidores ayudan
a proteger las inversiones de los
agricultores, debido a que el capital social mitiga las dificultades que
presenta la industria y resuelve el
aprovisionamiento de los bienes a lo largo de la cadena productiva (Flanagan y col., 2019). En este sentido, se confiere que, los agricultores
que se vinculan mejor con sus clientes,
consumidores y proovedores procuran mantener una
perspectiva competitiva en el sector agrícola, ello debido a que se preocupan
por reforzar los proyectos de valor agregado que se fortalecen con la
interacción de los involucrados en la actividad agrícola (Verschoore
y Adami, 2020). Los agricultores perciben a las redes institucionales valiosas para desarrollar
sus ambiciones de crecimiento basándolo en
innovación y mercados de exportación (McKitterick y col.,
2016).
Efecto mediador de las redes de colaboración
El contexto institucional contribuyó a una mayor capacidad emprendedora, a través de las redes de
colaboración que establecen los agricultores, este efecto mediador ha sido
observado en estudios previos (Wincent
y Westerberg, 2005; Bongomin y col.,
2018). El modelo estructural propuesto mostró
que los pilares institucionales ejercieron un efecto doble sobre la orientación emprendedora. En el efecto indirecto
las redes de colaboración tuvieron una
influencia relevante en el entorno institucional para los campesinos, lo
cual es un hallazgo importante.
Los
efectos mediadores de las redes de colaboración incrementan el impacto positivo
que tienen los pilares institucionales a partir de la cercanía de las
relaciones. Tanto las redes comerciales como las institucionales permiten que
los actores se involucren con los demás, formando una relación estrecha que impulsa las capacidades de innovación,
competencia y acepción de riesgo de inversión (Fuentelsaz
y González, 2015); puesto que se reduce la ambigüedad y aumenta la confianza
entre los negociantes. La cooperación que se forma tiene impacto en la
capacidad de innovar y generar nuevas ideas (Luu y Ngo, 2019). El capital social, presente en las redes de colaboración,
mitiga los obstáculos que surjan en el giro comercial y resuelve la provisión adecuada de los insumos y recursos para
ejecutar las actividades diarias (Flanagan y col., 2019). Los vínculos con
actores estratégicos como gobierno, instituciones financieras, universidades o
gremios de empresas son importantes para
desarrollar sus capacidades de planeación
y gestión (Henke y Vanni, 2017). Sus funciones
particulares son servir de agentes para solventar las deficiencias del marco institucional (Wales
y col., 2016); así como, desplegar soporte en las ambiciones de desarrollar nuevos mercados (McKitterick
y col., 2016).
CONCLUSIONES
El instrumento utilizado mostró validez y confiabilidad
estadística, por lo que fue adaptado correctamente
y puede ser empleado en estudios adicionales para este sector productivo.
Los productores de chile mostraron valores superiores en su respuesta a los
indicadores de pilares institucionales, redes de colaboración y orientación emprendedora, lo que indica que es conveniente crear un mejor sistema
productivo para los agricultores de la vid
en Aguascalientes. La orientación emprendedora de los campesinos, en su
actividad productiva, estuvo influenciada por la formación académica y
sexo de los participantes, con efecto desfavorable hacia las mujeres. Los resultados
indicaron que tanto los pilares institucionales como las redes de colaboración son
necesarias para desarrollar una orientación emprendedora. En general, el sector agrícola
productor de chile y uva de Aguascalientes
manifestó la importancia de contar con instituciones sólidas que
reflejen un marco legal y un entorno confiable, capaz de inculcar lo necesario
para desempeñar una actividad agrícola competente. La colaboración existente
entre los involucrados en este sector productivo,
favorece su orientación emprendedora y la
forma en la que el entorno institucional afecta sus actividades.
DECLARACIÓN
DE INTERESES
Los autores declararon no tener conflicto de interés alguno.
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