Evaluación de los cultivos acuícolas en Tamaulipas,
México
Evaluation of
aquaculture farming in Tamaulipas, Mexico
Rubén Trejo-Igueravide
Correspondencia:
oceanologo9@yahoo.com/ Fecha de recepción: 28 de mayo de 2015/ Fecha de
aceptación: 28 de noviembre de 2016
Universidad Autónoma de Tamaulipas,
Centro Universitario Victoria, edificio Centro de Excelencia, Ciudad Victoria,
Tamaulipas, México, C.P. 87149.
RESUMEN
El desarrollo acuícola en Tamaulipas se ha basado en experiencias de otros
estados con cultivos acuícolas de las mismas
especies, y ha estado supeditado a las estrategias y a los
programas de apoyo del gobierno mexicano. El objetivo del presente estudio
fue determinar la viabilidad económica y financiera de los
cultivos de camarón blanco del Pacífico (Litopenaeus
vannamei), tilapia (Oreochromis spp.), bagre de
canal (Ictalurus punctatus) y ostión
americano (Crassostrea virginica) a pequeña y mediana
escala, y su posible sinergia con los programas de gobierno, orientados a apoyar
la acuicultura en México. Se realizaron análisis
financieros para los cultivos mencionados con base
en estadísticas proporcionadas por CONAPESCA. Para el
caso de camarón y bagre, los análisis se ajustaron utilizando los resultados
de encuestas a productores de estas especies;
a través de entrevistas se identificaron las posibles fuentes
de financiamiento de los programas gubernamentales. Se determinó que
parte de las estrategias gubernamentales buscan
apoyar actividades de microescala, beneficiando a personas con niveles
de ingreso menores a cinco salarios mínimos y de activos
por debajo de los US$ 10 000. Sin embargo, los resultados no parecen
ser adecuados, ya que a la fecha no se tienen registros
de producción acuícola de ninguna microempresa
de dicho estrato socioeconómico. Además,
se encontró que los apoyos son exclusivamente para las inversiones en
activos fijos a cultivos con altas necesidades de capital de trabajo,
propiciando inoperancia por falta de recursos en el
sector socioeconómico más vulnerable. Con las
técnicas de cultivo analizadas en este
trabajo, el cultivo de ostión representa una opción adecuada para
los sectores socioeconómicos bajo y medio (pequeño
escalamiento) en el estado, mientras que para el sector socioeconómico alto,
además del cultivo de ostión, se pueden considerar los
cultivos de bagre y camarón que requieren mayores inversiones en
capital de trabajo.
PALABRAS
CLAVE: camarón,
bagre, tilapia, ostión, Tamaulipas.
ABSTRACT
Aquaculture development in Tamaulipas has been based on
aquaculture farming experiences of other Mexican states and has been subject
to Mexican government programs and strategies aimed at supporting farmers. The main
objective of this study was to determine the economic and financial
feasibility of small and medium scale Pacific
white shrimp (Litopenaeus vannamei),
tilapia (Oreochromis spp.), channel catfish (Ictalurus punctatus) and american oyster (Crassostrea virginica) products as
well as possible synergies with government programs aimed at supporting Mexican
aquaculture. Based on statistics developed by CONAPESCA, financial
analyses for such products were carried out. In regards
to
the shrimp and catfish, their analyses were adjusted
taking into consideration survey data from
farmers of these species. In addition to this, interview data
were used to identify possible sources of funding from
government programs. It was determined that one portion of government
strategies are focused on micro-scale activities, benefitting people with
incomes below five times the minimum wage in Mexico, and who have assets of
below US$ 10 000. However, the results have not been positive and to date there
is no aquaculture production on record for any microscale business from the
aforementioned socioeconomic segment. Furthermore,
it was found that this support would be exclusively granted towards supporting
investments in fixed assetsfor aquaculture farms with high working
capital needs, promoting the development
of farms that cannot be operated due to lack of resources
in this vulnerable socioeconomic segment. With the culture techniques analyzed
in this study, oyster farming could be an appropriate option
for the development of aquaculture in the state’s low and
médium socioeconomic segments, while shrimp, catfish and
oyster farming could be successful options for the
high socioeconomic segment.
Keywords: shrimp, catfish, tilapia, oyster, Tamaulipas.
INTRODUCCIÓN
La acuicultura en México se realiza en sistemas extensivos
(aguas naturales continentales o áreas semi-cerradas, como lagunas),
semiintensivos (áreas cerradas bajo condiciones y factores
productivos controlados) e intensivos (condiciones similares al semi-intensivo,
pero usando altas densidades de siembra y recambio de agua), pero no se
utilizan los hiperintensivos, que requieren mayor intercambio de agua
y densidadades de población
(Del-Río-Salas y col., 2016). Los sistemas acuícolas
también se pueden clasificar por su tecnología de cultivo en: estanques
rústicos, sistemas acuícolas integrados, sistemas de recirculación de agua
(cerrados) y cultivos en cajas flotantes o suspendidas (Funge-Smith y Phillips,
2001). Se ha propuesto el uso de policultivos combinando camarón blanco del
Pacífico y tilapia roja, como una alternativa económica viable de mayor
rentabilidad, pero los estudios preeliminares no se han escalado a nivel
comercial para
determinar su factibilidad económica definitiva
(Hernández-Barraza, 2011).
El estado de Tamaulipas se ha caracterizado por apoyar
tres tipos de cultivos de acuicultura: camarón blanco
del pacífico (Litopenaeus vannamei; Boone, 1931), bagre de
canal (Ictalurus punctatus; Rafinesque, 1818) y tilapia (Oreochromis spp.),
con una diversidad de técnicas de cultivo, que incluyen: la estanquería rústica, el cultivo en
jaulas flotantes y estanques circulares, entre otras. En
general, estos cultivos demandan una fuerte inversión en infraestructura y capital
de trabajo, un manejo técnico adecuado de la calidad del agua y del suministro de alimentos,
así como conocimientos en materia de administración de negocios
(Hernández-Barraza y col., 2009). En el estado no se ha planteado una
estrategia de apoyo al cultivo para una especie en particular, con base en las
características de los inversionistas, sino más bien, se
actúa en respuesta de las solicitudes de apoyo y las especies prioritarias para
el cultivo acuícola que señala la Comisión Nacional de Acuacultura
y Pesca (CONAPESCA), la cual no hace
algún distingo entre la capacidad económica de los
inversionistas y el tipo de cultivos (Blanco, 2015).
El cultivo de camarón se inició en Tamaulipas con la
construcción de granjas, mediante el apoyo del Gobierno Federal. Sin embargo,
al poco
tiempo las granjas dejaron de operar porque no eran rentables
y/o no se contaba con recursos para operarlas. En los 90’s, empresarios del sur
del estado descubrieron el potencial del cultivo de camarón e invirtieron en su
desarrollo, dado que contaban con conocimientos administrativos adecuados y la
capacidad económica para operar unidades productivas de este tipo, se dio
inicio a la camaronicultura rentable en Tamaulipas. En el mismo
periodo, se construyeron e iniciaron operaciones los
laboratorios de producción de postlarva de camarón en la Unidad
Marina y Vista
Hermosa, en el municipio de Soto la Marina (Morquecho,
2015).
Según la FAO (2015a), el ostión del Pacífico u ostión
japonés (Crassostrea gigas) ha
sido elegido preferentemente como especie de cultivo, debido a su rápido
crecimiento y su gran tolerancia a las condiciones ambientales. Fue introducido
en Estados Unidos de América en la década de los 20’s. El cultivo de
ostión del Pacífico puede ser suspendido o flotante, la tecnología
que se utilice dependerá de la fuente de alimento, condiciones ambientales y
tipo de producto
que se quiere vender (FAO, 2015a). En Tamaulipas no existen
antecedentes del cultivo de ostión, sin embargo, este organismo se colecta de
las poblaciones naturales (bancos de Crassostrea
virginica). Se han otorgado apoyos a plantas de
depuración de ostión americano, pero no se cuenta con datos de la producción de
estas plantas, ya que aparentemente están fuera de operación (Blanco, 2015).
El objetivo de este estudio fue evaluar la viabilidad de
los cultivos de camarón, tilapia, bagre y ostión, mediante un análisis de
factibilidad económica y financiera, que contempla la complejidad técnica y
administrativa, bajo los esquemas de apoyo gubernamentales más significativos,
para los sectores de
baja, mediana y alta capacidad económica de inversión.
MATERIALES Y MÉTODOS
Los datos sobre producción acuícola durante 2004 a 2013 se
obtuvieron de las estadísticas proporcionadas por CONAPESCA. Para analizar las
estrategias gubernamentales en la materia, se solicitó información y se entrevistó
a personal de la Subsecretaría de Pesca y Acuacultura del
Gobierno del Estado de Tamaulipas, México, del Departamento de Acuacultura,
para obtener datos de los recursos otorgados durante los últimos 10 años, y
establecer cuáles han sido los principales cultivos que se han apoyado.
Se realizaron análisis financieros para cultivos de
camarón, tilapia y bagre bajo dos escenarios de inversión y de acuerdo a los
sistemas
de producción que se suelen utilizar en Tamaulipas, para cada
una de esas especies. También se llevaron a cabo análisis financieros para el
cultivo de ostión, del cual no hay antecedente en el estado. Se establecieron
dos niveles de inversión, uno para proyectos principalmente
dirigidos a personas con niveles de ingreso menores a
cinco salarios mínimos y de activos por debajo de los US$
10 000, y otro para inversionistas con mayor capacidad de inversión. En el primer caso y para que los análisis
fueran comparables, se fijó una inversión en activos fijos (infraestructura
y equipamiento) de US$ 58 696 con una desviación estándar de
US$ 2 073 (Tabla 1). Se utilizó como base, la inversión en
activos fijos, dado que los principales programas de apoyo gubernamentales solo
aportan recursos para ese rubro. Para ajustar los insumos,
rendimientos y valor del producto, en los análisis
financieros, se elaboraron dos tipos de encuestas: la primera dirigida a
productores de camarón y la segunda a productores de bagre, en
las que se incluyeron preguntas relacionadas con: la
experiencia en el cultivo, grado de escolaridad,
tamaño de las granjas, producción, rendimientos,
costos y principales proveedores. Se aplicaron durante el 2011 a 10 productores
de camarón, quienes, en el periodo evaluado, aportaron el 90 % del
volumen total estatal de esta especie; y a cuatro productores de bagre durante el
2014,
quienes aportaron una producción equivalente al 64 % del
total estatal.
No
se elaboraron encuestas para productores de tilapia y ostión, debido que solo
se tenía conocimiento de dos empresas productoras de tilapia en operación y de
ninguna de ostión. Por último, se compararon las necesidades de inversión, las
fuentes de financiamiento de acuerdo a los programas de apoyo del gobierno, las
utilidades potenciales y
otros indicadores financieros.
Para
el segundo escenario, se estableció una inversión en activos fijos de US$ 108
597, con una desviación estándar de US$ 919 (Tabla 1), para
determinar como afecta un incremento significativo en
la inversión a los resultados.
Se calculó el valor actual neto (VAN), también conocido como Valor
Presente Neto (VPN) para conocer el aporte económico del
proyecto a los inversionistas. Para ello, se tiene que contemplar la
tasa de descuento, que son los rendimientos esperados por
inversiones similares en el mercado de capitales (Brealey y col., 2010).
El VAN se estimó con la siguiente fórmula:
Donde:
Ct = flujos de caja en cada periodo t.
C0 = valor del desembolso inicial de la
inversión.
r = tipo de
interés.
La Tasa Interna de Retorno (TIR) se utilizó como una
medida de los rendimientos futuros esperados en una inversión. Según Brealey y
col. (2010), la TIR se define como la tasa de descuento, a la cual VAN = 0, se
calcula con la siguiente fórmula (método
de prueba y error):
Donde:
C0 = valor del desembolso inicial de la
inversión.
C1 , C2 , CT = flujos de
caja en cada periodo.
Para
todos los cálculos y estimaciones se utilizó el tipo de cambio de $
17.80 pesos por dólar.
Para determinar la probabilidad de alcanzar los resultados
arrojados por los análisis financieros, se realizó una estimación de la
complejidad técnica y administrativa, y de las posibles amenazas externas, en la
que se contemplaron los siguientes factores: manejo de la
calidad del agua, monitoreo de la calidad del agua, control sanitario, manejo
administrativo, alimentación de los organismos, control de
enfermedades y estrés, y la amenaza de fenómenos naturales.
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Derivado
del análisis de la producción acuícola de los últimos 10
años (CONAPESCA, 2005; 2006; 2007; 2008; 2009; 2010; 2011;
2012; 2013; 2014), se encontró que en el periodo de 2004 a 2013 la acuicultura en
Tamaulipas no ha crecido de manera significativa, con
un incremento apenas superior a las 400 T (Tabla 2). Según
datos del Departamento de Acuacultura de la Subsecretaría de Pesca y
Acuacultura en el estado, durante el periodo de 2005 a 2010 se otorgaron apoyos a fondo perdido por
más de MMUS$ 1.77 (millones de dólares) para el cultivo de
bagre, en un esquema que usualmente representaba un 50 % de la
inversión total en infraestructura y equipamiento, por lo que la inversión
total fue superior a los MMUS$ 3.54. Durante el periodo de 2011 a 2014 se
apoyaron proyectos para todos los cultivos acuícolas
por más de MMUS$ 1.46, bajo el mismo esquema de los años
anteriores, por lo que la inversión total en ese lapso fue de MMUS$ 2.92.
Entonces, de 2005 a 2014 se invirtieron MMUS$ 6.46, de los
cuales, la mitad fueron apoyos a fondo
perdido y el resto fue inversión de los propios productores (Blanco,
2015). Durante el periodo de 2005 a 2010, no se contemplaron inversiones en
cultivos de camarón y tilapia, ni programas estratégicos o programas directamente aplicados por la
CONAPESCA, la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo
Rural y Pesca (SAGARPA) u otras dependencias. Tampoco se
contemplaron los apoyos para investigaciones, estudios y
asistencia técnica (Blanco, 2015).
Según
datos de la CONAPESCA (2014), la producción pesquera y acuícola en Tamaulipas
fue de 30 744 T durante el 2013, 40.81 % menor que durante el 2004, cuando este
sector alcanzó las 51 943 T. Con un capital humano superior a las 10 000 personas,
en 2013 Tamaulipas ocupó el décimo tercer lugar nacional
por volumen de producción y el noveno por valor de la misma (MMUS$ 43.7). Ese
mismo año, en el segmento acuícola, se registraron 39 unidades productoras,
con un valor de producción estimado en los MMUS$ 9,
generando cerca de 1 000 empleos
directos (CONAPESCA, 2014).
Los principales cultivos que han sido apoyados en
Tamaulipas durante el periodo de 2005 a 2013 fueron:
camarón, bagre y tilapia.
Cultivo
de camarón
De acuerdo con los resultados de las encuestas, los
productores de camarón de acuicultura en Tamaulipas poseen un adecuado nivel de
estudios y experiencia suficiente en acuicultura; son propietarios
en promedio de 55 ha de espejo de agua y utilizan el cultivo
semi-intensivo; siembran a una densidad de 22 camarones por m2 y
obtienen rendimientos anuales de 4
T/ha, con ventas de US$ 702 000 en promedio.
Las encuestas también revelaron que la principal fuente de
conocimiento es la empírica, lo que implica que han ido aprendiendo a través
del tiempo con aciertos y errores, por
lo que sus primeras experiencias fueron de bajas producciones y han venido
mejorando. Además, se encontró como fuentes
importantes de conocimiento a los foros, congresos, artículos especializados y
talleres; y a la trasmisión de conocimiento y experiencias entre
los productores. Cabe señalar, que la mayoría de ellos no
expresaron como una fuente de conocimientos a instituciones de investigación
o profesionistas en la materia. La falta
de interacción del sector acuícola con el sector
académico, para la construcción de redes de conocimiento más profundas, ha sido
reportada previamente y limita el desarrollo de este
sector productivo (Casas-Guerrero, 2009; Dettmer González, 2009).
El camarón que se cultiva en Tamaulipas, es el blanco del
Pacífico. Este se siembra en estanques rústicos de tierra, con y sin
tecnificación (uso de aireadores para la oxigenación mecánica del agua).
La camaronicultura es una actividad que involucra costos
de compra de postlarva, alimentos balanceados e insumos como
cal, fertilizantes, probióticos, mano de obra, diésel y energía
eléctrica. En Tamaulipas, los costos promedio
ascienden a US$ 478 266 por unidad de
producción.
Cultivo
de bagre y tilapia
Se agrupó el cultivo de bagre y tilapia por tener técnicas de producción y
valor de venta similar. Aunado a
esto, algunos de los productores que cultivan bagre también cultivan tilapia. Tamaulipas se ha
destacado a nivel nacional por la producción de bagre
de canal, aunque injustificadamente, ya que la producción de esta especie es
muy baja y su valor no representa ni el 3 % del valor de las pesquerías
tamaulipecas. Según los datos del Anuario Estadístico de Acuacultura y Pesca
2013, la producción acuícola de bagre en
ese año fue de 575 T, el 57.4 % de lo producido en el 2004 (Tabla 2). En tanto
que la producción de tilapia de acuicultura fue de solo 99 T, mucho menor a
la de bagre
(CONAPESCA, 2014).
Los cultivos de bagre y tilapia se han desarrollado en
Tamaulipas en estanques rústicos, jaulas y tanques de geomembrana. La
tecnología a emplear depende del objetivo del cultivo (reproducción, alevinaje
y engorda). También se puede usar una mezcla de los métodos
en una misma granja para hacer más eficiente la
producción.
Cultivo
en estanques
El cultivo en estanques rústicos se lleva a cabo en
estanques de no menos de 1 000 m2 de espejo de agua y no más de 2 ha
(20 000 m2), sembrando alevines (previamente reversados, transformados
en machos por medio de hormonas) de al menos una pulgada, lo que garantiza un
control de los depredadores, de la calidad del agua y del alimento durante sus
primeros días (Zúñiga, 2015).
Los estanques rústicos son sistemas generalmente extensivos,
con recambio moderado del agua, la mayoría de las veces solo ingresa agua para
mantener los niveles perdidos por filtraciones y evaporación. En Tamaulipas,
los rendimientos anuales para estas dos especies suelen ser de
entre 1 T/ha y 3 T/ha; aunque éstos pueden superar las 10 T anuales en
sistemas intensivos o súper intensivos, en los que se incrementa el
recambio y/o se oxigena el agua por medio de aireadores, lo que
a su vez incrementa la complejidad del sistema y el riesgo
de las inversiones (Zúñiga, 2015).
El cultivo en estanques tiene la ventaja de disminuir el
factor de conversión alimenticia, lo que reduce costos de alimentación, sin
embargo, se requieren de extensiones relativamente grandes de tierra, e implica
costos elevados de infraestructura, monitoreo y manejo de la calidad
del agua, en comparación con las jaulas flotantes.
Cultivo
en jaulas
Para
la engorda de bagre y tilapia, la técnica más sencilla y económicamente más
atractiva, son las jaulas flotantes, las cuales,
son estructuras con una malla usualmente de acero inoxidable cubierto
por PVC que se colocan dentro de un cuerpo de agua. Estas cuentan con algún
tipo de
sistema de flotación. En el estado de Tamaulipas casi el total de las jaulas son
de 7 m3, con una estructura de ángulo y una
luz de
malla de entre media pulgada y una pulgada (Gojón, 2015).
La ventaja de este sistema es que no requiere ningún esfuerzo para el control
de la calidad del agua y que el cultivo es intensivo, con rendimientos de hasta
250 kg/m3. Es fácil y de rápido acceso para alimentar. Las inversiones en
infraestructura son pequeñas en relación a los rendimientos, no se requiere de concesión
de uso de agua, y los métodos de selección y cosecha de los organismos
son más sencillos que otros organismos, de acuerdo a los
comentarios de los productores de bagre encuestados
en 2014. Por otro lado, se tiene la desventaja que los alevines tienen que ser
sembrados con una talla mayor a 10 cm, lo que
incrementa sustancialmente el costo de las crías, y que en este cultivo
los organismos se alimentan en un 100 % de alimento balanceado,
incrementando
el factor de conversión alimenticia. Aunado a esto, se requiere
obtener una concesión de acuicultura comercial para aprovechar un espacio en
aguas de jurisdicción federal (Gojón, 2015).
Cultivo
en tanques
El cultivo en tanques, canaletas y canales rápidos es el
más complicado de todos los cultivos. Para este tipo de cultivos, se suelen
usar tanques circulares de geomembrana con diámetros de entre 3 m y
12 m y profundidad de 1.2 m. Los recambios van de un 10 % a un
300 % diario, inclusive más. Algunos de ellos son en circuitos cerrados, donde
el agua se emplea bajo un sistema de recirculación.
Sin embargo, los excrementos de los peces (desechos nitrogenados)
se convierten en amonio, el cual es muy tóxico para la mayoría de los
organismos, por lo que se requiere un sistema de biofiltración,
un filtro de bacterias nitrificantes que convierten el
amonio en nitritos y este en nitratos. Estos sistemas requieren de una mayor inversión, cuidado
y mantenimiento. Por otro lado, los sistemas abiertos necesitan grandes
volúmenes de agua, por lo que usualmente se usan solo para producción de
alevines o especies de alto valor comercial. Los sistemas de producción
acuícola intensivos requieren además de un monitoreo constante de la
calidad del agua, ya que alteraciones en
los parámetros fisicoquímicos del agua en el cultivo pueden provocar una
mortandad total en cuestión de minutos. Se sugieren este tipo de sistemas para
productores que cuenten con técnicos y personal capacitados
las 24 h (Hernández, 2015).
Cultivo
de ostión
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONAPO,
2012), en el Proyecto de Plan de Manejo del Área Natural de Protección de Flora
y Fauna Laguna Madre y Delta del Río Bravo, considera que la
acuicultura en cuerpos de agua costeros estaría permitida únicamente
para especies nativas, por lo que para la mayor parte de la costa tamaulipeca,
el único cultivo comercial con una tecnología bien desarrollada
con el que se podría trabajar es
el ostión americano.
Para el desarrollo de cualquier cultivo de ostión se
requiere de una fuente de semilla, la cual puede ser del medio natural o
provenir de laboratorios de producción especializados de la
misma. Cabe señalar, que la Universidad Tecnológica del Mar,
ubicada en Soto la Marina, Tamaulipas, cuenta con las
instalaciones y el equipamiento de un laboratorio con la capacidad de
producir hasta 4 000 000 de semillas de ostión americano mensualmente. Sin embargo,
no se producen por falta de demanda (Gojón, 2015).
Para el cultivo de ostión americano se utilizan las mismas
tecnologías de cultivo que para el ostión japonés (C. gigas), pero la técnica más empleada en
Estados Unidos es el arrojar semillas sobre bancos de ostión, para que estas
alcancen su talla comercial naturalmente (FAO, 2015b).
Es importante destacar que los moluscos bivalvos son organismos
filtradores, que concentran cualquier tipo de contaminante presente en el agua, por lo que es
indispensable que se clasifique el sitio donde se
quiera llevar a cabo el cultivo (Tabla 3), para ello es necesario seguir
la normatividad planteada en el Programa Mexicano de Sanidad de
Moluscos Bivalvos, mediante la Guía Técnica para el Control Sanitario
de Moluscos Bivalvos (COFEPRIS, 2015).
Primer
análisis financiero
Descripción
técnica y financiera de los cultivos acuícolas
Se detallan los aspectos económicos para el cultivo
de camarón, tilapia, bagre y ostión, dirigidos principalmente
a personas con niveles de ingreso menores a cinco salarios mínimos y de activos
por debajo de los US$ 10 000).
Con un promedio de inversión de US$ 58 696 y una desviación
estándar de US$ 2 073 (Tabla 1), se establecieron inversiones en activos
fijos de acuerdo
a la siguiente
lista:
1. Camarón. Dos estanques rústicos de
2 ha cada uno
(4 ha de cultivo), compuertas, canales de distribución y descarga de agua,
dormitorio, comedor, bodega y equipo de cultivo, siembra y
cosecha, con un costo total de US$ 61 664 (solo la
inversión en activos
fijos).
2. Tilapia. Doce estanques rústicos,
de media hectárea cada uno (6 ha de cultivo), canales, tubería y válvulas de
carga y descarga de agua, dormitorio, comedor, bodega, equipo
de cultivo, siembra y cosecha, con un costo total de US$ 59 410.
3. Bagre. Cuarenta y cinco jaulas de 7 m3
cada una (315 m3 de cultivo), estructuras de anclaje, muelle,
dormitorio, comedor, bodega, equipo de cultivo, siembra y cosecha,
con un costo total
de US$ 57 596.
4. Ostión. Mil seiscientos costales de cultivo, postes y
cable para la suspensión de los costales, equipo de
cultivo, plancha de concreto, bodega, dormitorio y comedor, con un costo total
de US$ 56 115.
Para la inversión en activos fijos, es factible que los
beneficiarios puedan encontrar un apoyo económico a fondo perdido en algún programa de la
SAGARPA-CONAPESCA (Programa de Concurrencia con las
Entidades Federativas y Programa de Fomento a la Productividad Pesquera y
Acuícola) de entre el 50 % y 100 % del valor total de esta
inversión. Por ejemplo, en el esquema del Programa
de Concurrencia con Entidades Federativas 2016, para apoyos a
productores preferentemente de bajos ingresos y ubicados en zonas de alta y muy
alta marginación (actividades de microescala), sin rebasar los US$ 14 045 del
monto de apoyo (para alcanzar el máximo apoyo posible, el proyecto
puede ser subdividido en proyectos de menor tamaño), hasta
por el 80 % del valor total de la
inversión (solo se otorgan recursos para adquirir infraestructura y
equipamiento), pudiendo realizar la aportación complementaria con capital de
trabajo (SAGARPA, 2016). Para recibir dicho apoyo, y para cumplir
con toda la normatividad que regula esta actividad, los beneficiarios
deben contar con un proyecto de factibilidad técnica,
económica y financiera, un resolutivo de impacto ambiental favorable, que les
permita llevar a cabo las obras y operaciones que se pretenden, y en su caso,
concesión de aprovechamiento de agua por la cantidad de
metros cúbicos requeridos en el proyecto, y concesión de zona federal y/o
acuicultura comercial para la construcción de canales,
estanques o la instalación de infraestructura de cultivo
dentro del agua (SAGARPA, 2016).
Todos los cultivos acuícolas requieren de un Manifiesto de
Impacto Ambiental, el cual deberá ser evaluado y aprobado por la Secretaría de
Medio Ambiente y Recursos Naturales (Congreso de la Unión, 2000). En caso de
ubicarse dentro de un cuerpo de agua de jurisdicción nacional, deberán contar
con una concesión de acuicultura comercial, o bien, si es el caso, de
acuicultura de fomento (Congreso de la Unión, 2007).
Una vez que ya se tienen los permisos (inversión en
activos nominales) y se han hecho las obras necesarias para
operar, es necesario contar con los recursos económicos (capital de
trabajo) para comprar el alimento, las postlarvas, alevines o semillas, el pago
de combustibles, electricidad, sueldos,
entre otros.
De acuerdo a las inversiones en infraestructura, equipamiento,
proyecto, manifiesto de impacto ambiental, permisos y concesiones, establecidas
para cada uno de los cultivos, se requieren inversiones iniciales totales
(inversión en activos fijos, inversiones en activos nominales
y capital de trabajo) de: US$ 91 245, US$ 93 684, US$ 105 985, y US$ 74 426
para camarón, tilapia, bagre y ostión, respectivamente (Figura 1).
Dado que en todos los cultivos estudiados la inversión
en activos fijos es menor al 80 % del monto total a invertir, el 100 % de la inversión en activos fijos se
puede originar de algún programa de apoyo, y el 100 % de
la inversión en capital de trabajo y activos nominales debe ser aportada por los
propios productores. Esta última asciende a US$ 29 581, US$
34 274, US$ 48 389 y US$ 18 311 para los cultivos de camarón, tilapia, bagre y
ostión, respectivamente (Figura 2). A pesar de que las
inversiones en infraestructura y equipamiento son similares, la inversión
requerida para operar cada uno de los cultivos varía ampliamente, siendo el bagre
el cultivo que requiere una mayor inversión del productor, lo anterior ligado a
la fuerte inversión que se debe de hacer en capital de trabajo (US$ 42 771)
(Figura 1). El cultivo de ostión es el que requiere de una menor
inversión en capital de trabajo
(US$ 12 693).
Para analizar más a detalle la aportación de los
productores, ésta se dividió en dos rubros; mano de obra e inversión económica.
Los montos de la inversión económica se estiman en US$
24 498, US$ 27 793, US$ 39 166 y US$ 11 066 para los
cultivos de camarón, tilapia, bagre y ostión respectivamente (Figura 3). Estos
montos son la limitante más importante para inversionistas que disponen de
poco capital o
crédito.
Por último, se obtuvieron algunos indicadores de la
rentabilidad de estas inversiones. Para los tres indicadores: la TIR, el VAN y
las utilidades
antes de impuestos de cada uno de los proyectos,
el cultivo de bagre registró mejores resultados (Figura 4), seguido del de ostión, camarón
y tilapia.
En la Tabla 4 se muestran los resúmenes de las inversiones,
los ingresos, los egresos y los indicadores financieros de los cultivos de
camarón, tilapia, bagre y ostión. Los resultados sugieren que el cultivo de
bagre, con las tecnologías mencionadas, es el más rentable, ya que tiene un periodo de
recuperación de la inversión y un punto de equilibrio menor a los de los otros
cultivos. Sin embargo, es poco viable para el sector económico de bajos
ingresos tamaulipeco, ya que se requieren de inversiones económicas
propias relativamente grandes. Por otra parte, el cultivo de ostión, con indicadores de
rentabilidad menos atractivos que los del cultivo de bagre, parece ser
financieramente más viable, dado que la aportación económica de los
productores es 72 % menor.
Aspectos
técnicos y administrativos
En la Figura 5 se estima la complejidad de cada cultivo, de
acuerdo a la viabilidad técnica, administrativa y a las posibles amenazas externas. En total se
evalúan siete factores, a cada uno de ellos se les otorgó una
puntuación de cero a tres, siendo cero el menos complejo y tres el más
complejo. El cultivo de camarón, con 20 puntos, de 21 posibles, resultó el más
complejo, seguido de los cultivos de tilapia en estanquería rústica, bagre en
jaulas flotantes y ostión en costales
suspendidos, con 16, 11 y 10
puntos, respectivamente.
Considerando que un proyecto con apoyo de hasta el 80 % va
dirigido preferentemente a productores de bajos ingresos, en zonas de alta y
muy alta marginación, por lo general con una preparación escolar moderada y sin
conocimientos acuícolas, y que para la base de cálculo de los sueldos se
propone un técnico acuícola recién egresado, los costos y los niveles de
producción estimados son difíciles de alcanzar para los cultivos más complejos,
como el camarón y la tilapia, por lo que la utilidad podría disminuir, e
inclusive convertirse en pérdida. Una opción sería la contratación de un
gerente técnico con experiencia en el cultivo, no obstante se estima un costo
superior a los US$ 13 000 anuales, lo que disminuiría la utilidad
considerablemente.
Segundo
análisis financiero
Descripción
técnica y financiera de los cultivos acuícolas
Se
detallan los aspectos económicos para el cultivo de camarón, tilapia, bagre y
ostión, dirigidos principalmente a productores con mayor
capacidad de inversión.
Con un promedio de inversión de US$ 108 597 y una desviación estándar
de US$ 919 (Tabla 1), se establecieron inversiones en activos
fijos de acuerdo a la siguiente lista:
1. Camarón. Cinco estanques rústicos
de 2 ha cada uno (10 ha de cultivo), compuertas, canales
de distribución y descarga de agua, dormitorios, comedor, bodega y equipo de
cultivo, siembra y cosecha con un costo total de US$ 108 057 (solo la
inversión en activos fijos).
2. Tilapia. Treinta y seis estanques rústicos de media
hectárea cada uno (18 ha de cultivo), canales, tubería y válvulas de carga
y descarga de agua, dormitorios, comedor, bodega, equipo
de cultivo, siembra y cosecha con un costo total de US$ 108 531.
3. Bagre. Ciento siete jaulas de 7 m3
cada una (749 m3 de cultivo), estructuras de anclaje, muelle,
dormitorios, comedor, bodega, equipo de cultivo, siembra y
cosecha con un costo total de US$
107 697.
4. Ostión. Tres mil seiscientos costales
de cultivo, postes y cable para la suspensión de los costales,
equipo de cultivo, plancha de concreto, bodega, dormitorios
y comedor con un costo total de US$
110 104.
De acuerdo a las inversiones en infraestructura, equipamiento,
proyecto, manifiesto de impacto ambiental,
permisos y concesiones, establecidas para cada uno de los cultivos, se requieren
inversiones iniciales totales (inversión en activos fijos, inversiones en
activos nominales y capital de trabajo) de: US$ 162 777, US$
179 548, US$ 210 138, y US$ 135 984 para camarón, tilapia,
bagre y ostión respectivamente
(Figura 6).
A diferencia del origen de las inversiones para el primer
análisis financiero con inversiones en activos fijos significativamente menores
(46 % menores). El máximo apoyo que es posible
recibir por los programas federales y de concurrencia con las entidades
federativas para este segundo análisis financiero es del 50 % de la inversión
total en activos fijos. Por lo que en los análisis financieros, a todos los cultivos
se les otorgó el 50 % de la inversión en activos fijos, y el resto, más el 100
% de la inversión en capital de trabajo y activos nominales, debe ser aportada
por los propios productores. Esta última asciende a US$ 108 749, US$ 125 282,
US$ 156 289 y US$ 80 932, para los cultivos de camarón, tilapia, bagre y
ostión, respectivamente (Figura 7). Los resultados coinciden con el primer
análisis, el cultivo de bagre requiere una mayor inversión del productor, lo
anterior ligado a una mayor inversión en capital de trabajo, y el cultivo de
ostión es el que requiere de una menor inversión en
capital de trabajo.
Los
montos de la inversión económica requerida para los productores se estiman en
US$ 100 843, US$ 114 151, US$ 140 303 y US$ 68 953 para los cultivos de
camarón, tilapia, bagre y ostión, respectivamente (Figura
8).
En la Figura 9 se observan algunos indicadores de la
rentabilidad de estas inversiones. En todos ellos el cultivo de bagre mostró mejores
resultados. Para el caso de la VAN y las utilidades, el cultivo de camarón
aparece en segundo lugar y el ostión en tercero, sin embargo, el cultivo de
ostión arrojó una TIR superior a la del cultivo de camarón. En los tres
indicadores, el cultivo de tilapia
presentó los resultados menos sobresalientes o
alentadores.
En la Tabla 5 se muestran los resúmenes de los análisis
financieros de los cuatro cultivos, los cuales sugieren, al igual que en el
primer análisis financiero, que el cultivo de bagre, con las tecnologías
mencionadas, es el más rentable; aunque el tamaño de su inversión es mayor, por
lo que se proponen inversionistas con mayor capacidad económica. Los cultivos
de camarón y ostión arrojan resultados similares, y ambos son viables para este
segmento económico de la población. En el caso de la tilapia, con
la tecnología de producción proyectada en este trabajo, presenta
resultados muy por debajo de los otros cultivos, por lo que no parece una buena
opción de inversión.
Es importante recalcar que para los cultivos de camarón,
tilapia y bagre, se seleccionaron las tecnologías de cultivo en base a los
sistemas que se utilizan tradicionalmente en Tamaulipas, no obstante, el
previo conocimiento de que el cultivo de tilapia se puede llevar
a cabo en jaulas flotantes, o con una combinación de técnicas (tanques,
estanques rústicos y jaulas), esperando resultados más alentadores que bajo el
sistema de producción proyectado en este trabajo
(estanques rústicos). Por otro lado, difícilmente alcanzaría los mismos
rendimientos que el cultivo de bagre, dado que las
temperaturas en invierno en el estado no son las adecuadas para el crecimiento
de este organismo, e inclusive pueden provocar
su muerte, por lo que el cultivo de
bagre es más adecuado para esta zona. La temperatura
óptima de crecimiento de la mayoría de las especies de tilapia,
al ser peces tropicales, se encuentra entre los
25 ºC y los 28 ºC, reduciendo la tasa de crecimiento al disminuir
la temperatura (Nitzan y col., 2016). La intolerancia de la tilapia a las bajas
temperaturas es una seria restricción al cultivo comercial en
regiones templadas. La temperatura mínima letal que
soportan todas las especies es de entre
10 °C y 11 °C, aunque se han reportado
temperaturas de letalidad por debajo de los 6 ºC, dependiendo del nivel
de salinidad del agua (He y col., 2016). Su alimentación
se frena cuando la temperatura cae por
debajo de los 17 °C y la mortandad asociada al manejo de los organismos con
temperaturas por debajo de los 18 °C es un gran impedimento (Popma y Masser, 1999). Por
otra parte,
el bagre de canal (Ictalurus punctatus) es
una especie ectotérmica (animales de sangre fría), por lo que puede regular
su metabolismo, mediante la expresión de diferentes genes, para adaptarse a
la temperatura fría (Ju y col., 2002). Se podría optar por
un policultivo de bagre y tilapia, dedicando los meses más fríos exclusivamente al
cultivo de bagre.
Para el cultivo de ostión, se planteó su producción
exclusivamente en cestas o costales sus pendidos. Según Quayle y Newkirk
(1989), las cestas, charolas o costales han sido utilizadas por mucho tiempo,
pero no de manera extensiva, debido al gran número de cestas que se requieren
para producir grandes cantidades de ostiones. Sin embargo, se puede usar un
sistema combinado en el que la siembra se realice directamente en los bancos de
ostión, y en
una etapa final (no mayor de un mes), los organismos se
coloquen en cestas o costales, con una inversión significativamente menor en
infraestructura y con el mismo nivel de producción. Es importante su traslado a
las cestas o costales suspendidos para eliminar detritus del
estómago de los organismos y darle un mejor sabor y textura, y
para facilitar
la programación de las cosechas. Quayle y Newkirk (1989),
mencionaron que, el cultivo suspendido de ostiones produce carne de mayor
calidad y mejor sabor. Los ostiones producidos mediante la implementación de
técnicas de cultivo en suspensión, son vendidos en los mercados de primera
calidad del ‘halfshell oyster’. En contraste, con los ostiones producidos
directamente en el fondo en grandes cantidades que usualmente acceden a
mercados con precios menores. Generalmente son vendidos por peso o volumen y se
usan principalmente para desconchar. Los ostiones cultivados en suspensión
requieren inversiones significativas en tiempo, mano de obra y dinero, pero
tienen el potencial de poder proveer a un mercado constante de primera
calidad (Walton y col., 2013).
En los resúmenes de los análisis financieros de las Tablas
4 y 5 para los cultivos de camarón, tilapia y bagre, se puede apreciar que para
el primer análisis, el principal insumo de estos tres cultivos es el alimento,
con 39 %, 43 % y 61 % de los costos, respectivamente, mientras que para el
segundo esta proporción aumenta a 48 %, 54 % y 65 %, respectivamente. Lo
anterior se debe principalmente a que la rentabilidad de los cultivos aumenta
con el tamaño de las
unidades de producción.
Los resultados que se han obtenido en este trabajo
coinciden con los de algunos autores, como Bador (1998), quien mencionó que en
lo general, el alimento balanceado es el mayor costo de producción en una
granja camaronera; y Ng y Romano (2013), concluyeron que el alimento es el
principal insumo en las granjas de tilapia modernas
(organismos con una dieta
de alimentos balanceados).
En los resúmenes de los análisis financieros para el
cultivo de ostión (Tablas 3 y 4), se observó que al no haber costos por alimentación,
el principal insumo es la mano de obra, la cual representa un 56 % y 57 % de
los costos de operación para el primer y segundo análisis financiero
respectivamente. Este resultado es similar al reportado por Kallen y col.
(2001), en un análisis del cultivo de ostión a microescala en la bahía de
Chesapeake, Estados Unidos, donde estiman que para la producción de
120 000 unidades por ciclo de ostión, con una tasa de mortalidad del 25 %, la
mano de obra equivale al 60 % de sus costos de
operación totales.
El cultivo de ostión involucra un costo adicional para
certificar el área de cultivo, el cual va depender de la superficie que se
considere y el número de puntos de muestreo que fije la Comisión Federal para
la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS). Este tipo de
certificaciones ya se han efectuado exi-tosamente en dos sitios en Tamaulipas.
Sin embargo, no se aprovechó la certificación y se dejaron de hacer los
muestreos, lo que condujo a la pérdida de las
certificaciones (Gojón, 2015).
Aspectos
técnicos y administrativos
La complejidad de los cultivos no varía de acuerdo al tamaño del
cultivo, sino más bien a las tecnologías empleadas. Por lo que al igual que en el
primer caso, el cultivo de camarón fue el más complejo, seguido de
los cultivos de tilapia, bagre y ostión, considerando las
tecnologías de cultivo planteadas en este trabajo, para cada una de las
especies. A diferencia del primer análisis financiero, para este caso, se puede
considerar que los inversionistas y/o técnicos responsables de la granja cuentan con
una preparación ade-
cuada para poder alcanzar las estimaciones económicas proyectadas
en este documento.
CONCLUSIONES
Los resultados de este estudio revelaron que la estrategia
gubernamental de fomento acuícola en Tamaulipas no ha funcionado, al
registrarse aumentos prácticamente nulos en la producción durante los últimos
10 años. Únicamente las empresas engordadoras
de camarón en el sur del estado y algunos productores de
bagre y tilapia han tenido éxito. No existe una sola empresa en el estado que
esté produciendo alguna de las especies acuícolas en
el sector de bajos ingresos, lo anterior derivado de una falta de conocimiento
y recursos para operar este tipo de proyectos. Los cultivos que
tradicionalmente se han venido apoyando, requieren de
inversiones relativamente altas en capital de trabajo, mientras que
los apoyos solo van dirigidos a la adquisición y
construcción de activos fijos. También, algunos de los cultivos que se han promovido
demandan conocimientos técnicos y administrativos que no se observan en este
segmento socioeconómico. Los análisis financieros y de la
complejidad técnica y administrativa, sugieren, que para el estado de
Tamaulipas y bajo las tecnologías planteadas en este estudio, el cultivo de
ostión representa una alternativa viable para los segmentos
socioeconómicos de bajo y medio ingreso y los cultivos de camarón, bagre y ostión para
empresarios con alta capacidad de inversión. El
sistema de cultivo de estanques rústicos de tilapia fue el menos
atractivo. Aunque, se presume que con la implementación de otras técnicas de cultivo
o una combinación de ellas, sus resultados pudieran mejorar significativamente.
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