Jatropha sotoi-nunyezii y Jatropha curcas, especies de Tamaulipas: una
comparación desde la perspectiva de los biocombustibles
Jatropha sotoi-nunyezii and Jatropha
curcas, species from Tamaulipas: a comparison
from a biofuels perspective
Patricia Guevara-Fefer1,
Gerardo Sánchez-Ramos2, Yanely Araceli De-Jesús-Romero1,
Nohemí Niño-García2
*Autor para correspondencia:
patriciaguevara@ciencias.unam.mx /Fecha de recepción:14 de octubre de 2015/
Fecha de aceptación: 3 de junio de 2016
1Universidad Nacional Autónoma de México,
Facultad de Ciencias, Av. Universidad 3000, Circuito Exterior S/N, Ciudad
Universitaria, Delegación Coyoacán, D.F., México. 2Universidad
Autónoma de Tamaulipas, Instituto de Ecología Aplicada, División del Golfo núm.
356, col. Libertad, Ciudad Victoria,
Tamaulipas, México, C.P. 87019.
RESUMEN
Las plantas del género Jatropha se consideran una
alternativa viable para la producción comercial de biodiésel,
particularmente J. curcas. En Tamaulipas,
recientemente se describió la especie J. sotoi- nunyezii, pero se
desconoce si es factible aprovecharla industrialmente. El objetivo del presente
trabajo fue obtener y caracterizar la calidad y rendimiento del biodiésel obtenido a partir de J. sotoi-nunyezii, comparándolo
con las variedades comerciales de J. curcas tóxica y no
tóxica. El aceite de
semillas de J. curcas tóxica, J. curcas no
tóxica y J. sotoi-nunyezii fue transesterificado para producir biodiésel,
y se determinó su composición química (ésteres metílicos de ácidos grasos)
por CG-EM. Las semillas de J. sotoi-nunyezii tuvieron mayor contenido de
aceite con respecto a las de J. curcas tóxica y no tóxica (43.5 %, 32.5 % y 33.3 %
respectivamente). La eficiencia de conversión a biodiésel
fue mayor en J. sotoi-nunyezii con un 87.2 %. La composición química del biodiésel de J. sotoi-nunyezii con
respecto al de J. curcas (tóxica y
no tóxica) mostró mayor concentración de ésteres metílicos insaturados, ésteres
metílicos insaturados, particularmente linoleato de
metilo. Esta característica influyó en los valores calculados de los parámetros
de calidad, índice de yodo y número de cetano que comparados con normas de calidad como la EN 14214, indican que el biodiésel
de J. sotoi-
nunyezii es más susceptible a la oxidación con respecto al biodiésel
de J. curcas (tóxica y no tóxica). Por otro lado, el valor calculado de la
entalpía de combustión del biodiésel de J. sotoi-nunyezii y J. curcas (tóxica y no tóxica) es similar
al del diésel, por lo que ambos valores indican que son biocombustibles con
alto contenido energético. Esta comparación permitió considerar a J. sotoi-nunyezii como posible especie promisoria
para la producción de biocombustibles de segunda generación.
PALABRAS
CLAVE: Jatropha sotoi-nunyezii, ésteres metílicos de ácidos grasos,
biocombustible, Tamaulipas.
ABSTRACT
Plants
of the genus Jatropha are considered
a viable alternative for commercial production of biodiesel, particularly J. curcas. In Tamaulipas, the J. sotoi-nunyezii
species has been recently described, but the feasibility for its industrial use
remains unknown.The objective of this work was to characterize the quality and
yield of the biodiesel obtained from J. sotoi-nunyezii as compared with the toxic and non-toxic
commercial varieties of J. curcas. The oil from both toxic and non-toxic J. curcas as well as J. sotoi-nunyezii
seeds was transesterified to produce biodiesel and
its chemical composition (fatty acid methyl esters) by GC-MS was determined. The
seeds from J. sotoi-nunyezii
had a higher oil yield than those from the toxic and non-toxic J. curcas varieties (43.5 %, 32.5 % and
33.3 % respectively). The biodiesel conversion efficiency was higher in J. sotoi-nunyezii
with 87.2 %. The biodiesel obtained from J.
sotoi-nunyezii showed a higher amount of insaturated methyl esters, particularly methyl linoleate.
This feature influenced the calculated values of iodine value and cetane number that compared with quality standards such as
EN 14214, indicate that the J. sotoi-nunyezii biodiesel is more susceptible to
oxidation with respect to that of toxic and non-toxic
J. curcas. On the other hand, the calculated heating value of biodiesel from J. sotoi-nunyezii
and toxic and non-toxic J curcas is
similar to that of diesel. Therefore, both values indicate that they are
high-energy biofuels. This comparison allowed considering J. sotoi-nunyezii as a possible promising
species for the production of second-generation biofuels.
Keywords: Jatropha sotoi-nunyezii, fatty
acids methyl esters, biofuel, Tamaulipas.
INTRODUCCIÓN
El sector energético mundial atraviesa una crisis
derivada del uso indiscriminado de combustibles fósiles. Ante tal panorama, en
los años setenta, en Estados Unidos y Brasil se propuso el uso de
biocombustibles (Reijnders y Huijbregts,
2009). Entre sus ventajas están el aprovechamiento de fuentes renovables de
energía con mejor distribución geográfica que los combustibles fósiles y la reducción de las emisiones netas de
dióxido de carbono (CO2 ). Los biocombustibles pueden clasificarse
en tres generaciones de acuerdo con el origen de su materia prima: en la
primera generación están incluidos los cultivos comestibles como azúcares,
granos y semillas, por ejemplo el maíz, soya, palma y girasol (Kumar y Sharma, 2015). La segunda
generación abarca a los cultivos no comestibles como Jatropha, neem
y karanja (Kumar y Sharma, 2015). La tercera generación agrupa a las algas y
bacterias fotosintéticas (Abideen y col., 2014).
Los biocombustibles líquidos más usados son: bioetanol, biometanol, biobutanol y biodiésel (Singh y Singh, 2010). El biodiésel
puede obtenerse por la transesterificación de aceites
o grasas, que es una reacción entre sus triglicéridos y metanol produciéndose
glicerina y ésteres metílicos (Ramos y col., 2009). Debido al alto costo y
demanda de aceites comestibles, la producción de biodiésel
a partir de oleaginosas no comestibles ha sido ampliamente investigada en los
últimos años, optándose por especies de fácil crecimiento y altos rendmientos de aceite (Martínez-Herrera, 2007; Singh y Singh, 2010).
Algunas ofrecen alta producción pero contienen compuestos tóxicos, unos
ejemplos son piñón (Jatropha curcas), karanja (Pongamia pinnata), tabaco (Nicotiana tabacum L.), mahua (Madhuca indica), neem (Azadirachta indica), goma vegetal (Hevea brasiliensis), ricino (Ricinus communis) y microalgas (Banković-Ilić y col., 2012).
El género Jatropha pertenece a la familia Euphorbiaceae y México es un centro de
di-versificación y endemismo, contando con aproximadamente 21 % de sus especies
(Fresnedo-Ramírez y Orozco-Ramírez, 2013). La especie J. curcas posee variedades
tóxicas y no tóxicas y es conocida en México como piñón, piñoncillo o pistache
mexicano. Muchos estudios la consideran una especie con gran potencial para la
producción de biodiésel debido a su contenido de
aceite (30 % a 40 %) y a la composición química de éste, que se aproxima a 21 %
de ácidos grasos saturados y a 77 % de ácidos grasos insaturados (Balat, 2011). Los ésteres metílicos de ácidos grasos
determinan las características fisicoquímicas del biodiésel
de acuerdo a su proporción, longitud de cadena de carbonos, y grado de insaturación. Algunas de las características fisicoquímicas
evaluadas para determinar la calidad de biodiésel, en
normas como la ASTM D6751 en Estados Unidos y la EN 14214 en Europa, son: viscosidad cinemática, densidad,
número de cetano, índice de yodo, índice de acidez y
entalpía de combustión (Hoekman y col., 2012). El biodiésel obtenido de aceites ricos en ácidos grasos
insaturados (por ejemplo oleico y linoleico) ofrece características adecuadas
para el funcionamiento en los motores como una densidad y viscosidad similares
al diésel (Shahid y Jamal, 2011). Se ha encontrado
que la calidad de ignición del biodiésel y su flujo
en el motor, se favorecen con la presencia de ésteres metílicos de ácidos
grasos monoinsaturados. La correcta fluidez del
biocombustible en los motores se relaciona con valores bajos de viscosidad y
densidad (Ramos y col., 2009; Ghazali y col., 2015).
Por otro lado, proporciones muy altas de ésteres de ácidos grasos saturados
provocarían la solidificación del biodiésel en climas
fríos (Dos-Santos y col., 2011).
En México, capitales gubernamentales y privados han
financiado la siembra de J.
curcas en varios estados, y se ha recurrido a semillas de la India, Tailandia
y del Caribe para incrementar el rendimiento. Esto ha causado problemas de adaptación, plagas,
enfermedades y baja producción
(Espinosa y Riegelhaupt, 2010). Adicionalmente,
existen algunos problemas técnicos y económicos generados por su uso para la
producción de biodiésel (Niño-García y col., 2012).
Jatropha sotoi-nunyezii (Euphorbiaceae), recientemente
descrita, es una especie tropical probablemente endémica de la selva baja
caducifolia de los estados de Veracruz y Tamaulipas (Figura 1). Se trata de un
árbol o arbusto con una altura de 3 m a 5 m, hojas delgadas, papiráceas,
pubescentes, de color verde brillante con 4 a 5 lóbulos, de hasta 13 cm x 10.5
cm, cordadas o triangulares subtrilobas, dispuestas a
lo largo de las ramas o en brotes cortos (Fernández-Casas y Martínez-Salas,
2008). En Tamaulipas, esta especie había sido equívocamente considerada como Jatropha curcas (Valiente-Banuet y col., 1995). La especie carece de estudios genéticos, ecológicos y
evolutivos que pudieran reforzar en un futuro la producción sostenible de aceite para biodiésel (Niño-García y col., 2012). Considerando esta
carencia y la importancia del género Jatropha en el contexto de los
biocombustibles, el objetivo de este trabajo fue determinar la factibilidad
técnica y comercial de obtener biodiésel de buena
calidad a partir de la variedad tamaulipeca de J. sotoi-nunyezii, comparándola con las
variedades comerciales de Jatropha curcas tóxica y no tóxica.
MATERIALES
Y MÉTODOS
Material vegetal
Las semillas de J. curcas tóxica y no tóxica fueron
proporcionadas por el Dr. Juan Vega Pérez, y son originarias de plantaciones comerciales
localizadas en el municipio de González, Tamaulipas, México y la carretera
Victoria-Mante respectivamente. Por su parte, las muestras de J. sotoi-nunyezii son originarias de poblaciones
silvestres en Gómez Farías, Tamaulipas, México.
Extracción del aceite de las
semillas y su conversión a biodiésel
La extracción del aceite y su conversión a biodiésel se realizó en el Laboratorio de Fitoquímica de la Facultad de Ciencias, UNAM, con el apoyo
técnico de los M. en C. Beatriz Zúñiga Ruiz y Enrique Llanos Romero. Para
extraer el aceite de las muestras (30 g) de J. curcas tóxica y no tóxica y de J. sotoi-nunyezii, se utilizó un aparato Soxhlet (Corning, NY, USA) usando hexano como disolvente a
temperatura de ebullición durante 18 h (Figura 2). El extracto hexanico se secó con sulfato de sodio anhidro y se filtró.
El disolvente fue separado por medio de un evaporador rotatorio Büchi R-205 (Essen, Alemania); el
volumen del aceite extraído fue medido y pesado para calcular su rendimiento.
Una porción del aceite obtenido de cada muestra (15 mL)
se sometió a transesterificación para su conversión
en biodiésel, mezclándolo con 10 mL
de metanol y 0.585 8 g de hidróxido de potasio como catalizador, a 60 ºC durante 90 min, lo que permitió la formación de dos fases
inmiscibles, resultado de una baja solubilidad de los triglicéridos en metanol.
La agitación durante la reacción, favoreció la conversión de los triglicéridos
en ésteres metílicos y glicerina, esta última se depositó en la parte inferior
del matraz debido a su mayor densidad. Las fases se separaron y se determinó el
volumen de biodiésel purificado (ésteres metílicos de
ácidos grasos) para establecer el rendimiento en cada muestra.
Análisis cromatográfico
El tipo y porcentaje de ésteres metílicos contenidos en el biodiésel de las tres muestras se analizó usando un
cromatógrafo de gases (5890 Hewlett- Packard, Palo Alto, CA, USA) acoplado a un
espectrómetro de masas (CG-EM), Jeol GC Mate II en
modo EI (ionización de electrones). Se utilizó una columna HP-5 (30
m, 0.32 mm de diámetro interno y 0.25 m de espesor de película), helio como gas
portador, con un flujo de 1 mL/min, la temperatura
del inyector fue 310 ºC. El programa de temperatura
fue: inicio 40 ºC, final 310 ºC,
a una tasa de 8 ºC/min. El volumen de inyección fue 3
L. Se usó la base de datos de espectros de masas NIST (National
Institute of Standards and Technology, ver. 2.0) para la identificación inicial de los
componentes y se calculó el porcentaje (%) de ésteres metílicos a partir del área
de los picos.
Caracterización fisicoquímica del biodiésel
Para determinar un valor aproximado del
índice de yodo (IV) e índice de saponificación (SV), se utilizaron los valores del
porcentaje de los ésteres metílicos de los ácidos grasos identificados por
CG-EM, en las siguientes ecuaciones (Kalayasiri y
col., 1996; Sokoto
y col., 2011; Lamaisri y col., 2015):
Donde D es el número de dobles enlaces, Ai y MWi es el porcentaje de la composición y la masa molecular
de cada éster metílico, respectivamente.
A partir de los valores calculados de IV y SV, se obtuvo el valor
aproximado del número de cetano (SN) y de entalpía de
combustión (HHV), con las
siguientes ecuaciones (Demirbas, 1998; Lamaisri y col., 2015):
RESULTADOS Y DISCUSIÓN
Contenido de aceite
El porcentaje de aceite en J. curcas
tóxica y no tóxica fue similar (32.5 %, 33.3 % respectivamente), mientras que
en J. sotoi-nunyezii
el contenido es más alto (43.5 %) (Tabla 1). Estos valores comparados con los de soya y girasol,
especies que son muy utilizadas para la producción de biodiésel,
indican que tienen mayor contenido de aceite que la primera, y similar a la
segunda (Karmakar y col., 2010). Se ha reportado que J. curcas es una excelente fuente de aceite,
por su contenido que es superior al 30 % (Karmakar y
col., 2010; Koh y Ghazi,
2011). Este aspecto es de gran relevancia, si se considera que para la
producción de biodiésel, los porcentajes altos de
aceite reducen los costos de producción, ya que la materia prima representa del
70 % al 80 % de la inversión total (Ghazali y col.,
2015).
Obtención de biodiésel y perfil de ésteres metílicos de ácidos grasos
El porcentaje de conversión del aceite en biodiésel
fue mayor en J. sotoi-nunyenzii
(87. 2 %), seguido por J. curcas
tóxica (86.5 %) y J. curcas no tóxica
(86.0 %) (Tabla 1). Este
rendimiento podría aumentar al modificar las condiciones de transesterificación,
como el tipo de disolvente, catalizador o la temperatura (Kumar
y Sharma, 2015). La producción de biodiésel
de J. curcas se ha comparado utilizando
diferentes catalizadores ácidos (HCl y H2SO4)
y alcalinos homogéneos (KOH, CH3ONa, CH3OK y NaOH), obteniendo eficiencias de conversión mayores al 90 %
(Silitonga y col., 2013).
En la Figura 3 se observa el perfil cromatográfico de las tres muestras de biodiésel
analizadas, señalando los tiempos de retención de cada uno de los ésteres
metílicos de ácidos grasos obtenidos. En la Tabla 1 puede identificarse que más del 80 %
de los ésteres metílicos fueron insaturados. La principal diferencia encontrada
en la composición del biodiésel de J. sotoi-nunyezii, comparada con respecto a J. curcas tóxica y no tóxica, fue su mayor proporción
de linoleato de metilo. La importancia de la
determinación de este perfil de ésteres metílicos, en el biodiésel,
radica en la información que aporta acerca de su composición química y su
posible comportamiento como biocombustible en los motores (Ghazali
y col., 2015).
Propiedades fisicoquímicas
calculadas a partir del perfil de ésteres metílicos de ácidos grasos del biodiésel
En la Tabla 2 se señalan los valores calculados del índice
de yodo, número de cetano y entalpía de combustión.
Las ecuaciones utilizadas permitieron relacionar el porcentaje de ésteres
metílicos de ácidos grasos, número de enlaces dobles y masa molecular; los
valores obtenidos para J.
curcas (tóxica y no tóxica) se compararon con los datos recopilados del estudio
de Atabani y col. (2012), y se observó que eran
similares (Tabla 1), por lo que se tomaron como referencia para determinar los
valores del biodiésel de J. sotoi-nunyezii.
El valor de índice de yodo fue mayor en las muestras de J. sotoi-nunyezii que en las muestras de J. curcas, y a diferencia de esta última, rebasó
el límite máximo de la norma europea EN 14214 que es de 120 g I2/100
g (Atabani y col., 2012). El índice de yodo está
relacionado con la insaturación de los ésteres
metílicos, por lo que este valor alto indica mayor número de insaturaciones, lo que significa una menor estabilidad a la
oxidación y se reflejaría en la formación de compuestos no deseados, como los
hidroperóxidos, cuya polimerización y sedimentación afectaría a los inyectores
de los motores (Hoekman y col., 2012; Kumar y Sharma, 2015). Sin
embargo, en la norma estadounidense ASTM D6751 no se establece este parámetro (Atabani y col., 2012), ya que es menos restrictiva en
relación al uso de materias primas que la norma europea EN 14214, por lo que este
proceso de oxidación puede controlarse
mediante condiciones adecuadas de almacenaje y uso de antioxidantes en el biodiésel o con la hidrogenación del aceite para disminuir
la proporción de ácidos grasos insaturados (Hoekman y
col., 2012; Alexandrino y col., 2013; Kumar y Sharma, 2015).
El número de cetano indica la
calidad de la ignición del biocombustible al ser suministrado en un motor. Se
relaciona con el tiempo de retardo de la ignición que experimenta un
combustible al momento de la inyección, valores altos indican una adecuada
combustión, valores bajos se asocian con una proporción alta de ésteres
insaturados (Ramos y col., 2009). El alto contenido de linoleato
de metilo en J.
sotoi-nunyezii se vio reflejado en un valor bajo
del número de cetano en comparación con J. curcas. La norma EN 14214
establece un valor mínimo de 51 y la norma ASTM D6751
un valor mínimo de 47 (Atabani y col., 2012), por lo
que el número de cetano calculado del biodiésel de J. curcas (tóxica y no tóxica) cumple con
estas especificaciones y el valor de J. sotoi-nunyezii se aproxima al valor
establecido por la norma ASTM D6751. El biodiésel de
especies con valor bajo de número de cetano (como la
soya) es usado en mezclas con diésel para tener una adecuada combustión (Shehata y col., 2015). Es importante mencionar, que los
valores calculados de índice de yodo y número de cetano,
del biodiésel de J. curcas (tóxica y no tóxica), fueron muy
similares a los establecidos en las normas de calidad EN 14214 y ASTM D6751,
debido a una proporción de ésteres metílicos insaturados más equilibrada, que
es muy diferente a la de J.
sotoi-nunyezii.
La proporción de ácidos grasos insaturados puede
modificarse por medio de un proceso llamado hidrogenación parcial, una reacción
química donde se adiciona hidrógeno a los enlaces dobles de un ácido graso. Alexandrino y col. (2013) utilizaron ésta técnica en el
aceite de soya para disminuir el porcentaje de ácidos grasos insaturados,
particularmente el del ácido linoleico. Al determinar el valor de índice de
yodo observaron que este disminuyó con respecto al biodiésel
producido de aceite no hidrogenado (de 127.53 g I2/100g a 91.04 g I2/100g), por
lo que su estabilidad a la oxidación mejoró. La composición del aceite de soya
es superior al de J. sotoi-nunyezii
(Tabla 1), por lo que si se utilizara la misma técnica para disminuir la
proporción de ácido linoleico, el valor de índice de yodo sería menor y se
mejoraría la estabilidad a la oxidación; el número de cetano
que también se relaciona con las insaturaciones de
los ácidos grasos aumentaría, y la combustión sería más eficiente.
La
entalpía de combustión es una propiedad que permite estimar la energía
disponible en el combustible, valores altos se relacionan con un alta
eficiencia energética (Atabani y col., 2012). Las
entalpías de combustión calculadas para las especies de Jatropha tienen un valor cercano a 40 MJ/kg que se
aproxima al diésel petroquímico, cuyo rango es de 42 MJ/kg a 46 MJ/kg (Tabla 2).
La norma europea EN 14213 define que el valor de entalpía de combustión debe ser mínimo 35 MJ/kg, por lo que el biodiésel de J. sotoi-nunyezii y J. curcas (tóxica y no tóxica) cumplen
con la especificación, indicando que éste tendrá una adecuada eficiencia en el
motor.
CONCLUSIONES
J. sotoi-nunyezii puede considerarse como
especie promisoria para la producción de biocombustibles de segunda generación,
ya que el contenido de aceite de las semillas y el rendimiento después de su
conversión a biodiésel fue alto. El perfil de ésteres
metílicos del biodiésel de J. sotoi-nunyezii sugiere su posible empleo como
biocombustible, por medio del cálculo de valores aproximados de parámetros
establecidos en normas de calidad como el índice de yodo, número de cetano y entalpía de combustión. La información generada
por este trabajo puede complementar a estudios integrales de las especies
mexicanas de Jatropha, en el contexto de los
biocombustibles, donde sean evaluadas con la metodología correspondiente los
parámetros de las normas ASTM D6751 (E.U.A) y EN 14214 (Europea), que darán
mayor certeza sobre las propiedades fisicoquímicas de éstas importantes
especies.
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