Caracterización del sistema físico-geográfico que influye en las multiamenazas de la subcuenca del río Caldera, Panamá

Phy­sico-geographical caracterization of the system that influences the multi-hazards in the sub-basin of Caldera River, Panama

 

Catalina Elvira Espinosa-Vega1, 2, Arkin Alaín Tapia-Espinosa3, Eduardo Camacho-Astigarrabia3, Yarelis Sánchez- Sánchez4

 

*Autora para correspondencia: esvecaellabsig@gmail.com/ Fecha de recepción: 25 de enero de 2016 / Fecha de aceptación: 13 de septiembre de 2016

 

1Universidad de Quintana Roo, División de Ciencias e Ingeniería, Boulevard Bahía S/N, Esq. Ignacio Comonfort, Del Bosque, Chetumal, Quintana Roo, México, C.P. 77019. 2Universidad Autónoma de Chiriquí, Facultad de Humanidades, Departamento de Geografía, Ciudad Universitaria-El Cabrero, David, Chiriquí, Panamá, C.P. Estafeta Universitaria, Apartado 0427. 3Universidad de Panamá, Instituto de Geociencias, Urbanización El Cangrejo, Vía Simón Bolívar con la intercepción de la Vía Manuel Espinoza Batista y José De Fábrega, Provincia de Panamá, Panamá, Panamá, C.P. Estafeta Universitaria, Apartado 3366. 4Ministerio de Ambiente de Panamá, Departamento de Geomática, Sede Principal Calle Broberg, Edif. 804, Ancón, Panamá, Panamá, Apartado C-0843-00793.

 

 

RESUMEN

La caracterización del sistema físico-geográfico constituye una herramienta que permite determinar las multiamenazas generadas por los fenómenos naturales. El término de multiamenaza describe la presencia de más de una amenaza relevante en el geosistema con interacciones en diferente nivel. El objetivo de este trabajo fue la caracterización de los factores del sistema físico-geográfico de la subcuenca del río Caldera, Panamá, que pueden ser considerados como multiamenazas naturales y que influyen en el riesgo a desastres del área. Se estudió la geología, geomorfología, climatología, edafología e hidrografía de la zona. Se realizó un análisis sistémico, complementado con el trabajo de campo, utilizando el método directo, sobre la base del criterio experto o método heurístico. Se determinó que las principales amenazas que ocurren en el área de estudio son de origen sísmico, volcánico, la alta susceptibilidad por inestabilidad de laderas y las inundaciones. Dichas amenazas y su relación con la acción antrópica deben ser consideradas dentro de los planes de ordenamiento territorial y en la gestión del riesgo de desastres existentes en esta zona de Panamá.

 

PALABRAS CLAVE: sistema físico-geográfico, multiamenazas, gestión local del riesgo, subcuenca del río Caldera, Panamá.

 

 

ABSTRACT

The characterization of the physico-geographical system is a tool used to determine the multi-hazards generated by natural phenomena. The term multi-hazard describes the presence of more than one relevant hazard in the geosystem with different levels of interaction. The aim of this work was the characterization of the physico-geographical factors that can be considered as multi-hazard, and influence the disaster risk for the sub-basin of Caldera River, Panama. A systemic analysis of the geology, geomorphology, climatology, soil science and hydrography of the zone was conducted. Such analysis was complemented by fieldwork, using the direct method on the base of the expert criterion or heuristic method. The results indicate that the main hazards occurring in the study area are related to seismic and volcanic issues and its high vulnerability due to slope instability and flooding. These hazards and their relationship with anthropic action need to be considered in land use plans and disaster risk management in this area of Panama.

 

KEYWORDS: geographic-physical system, multihazards, local disaster risk management, sub-basin of Caldera River, Panama.

 

 

INTRODUCCIÓN

La combinación de factores tanto internos como externos del sistema físico-geográfico, conjugado con las acciones antrópicas, pueden generar multiamenazas y aumentar el riesgo a desastres  por amenazas naturales (Johnson y Gheorghe, 2013). El término “multiamenazas” se genera como resultado de las políticas internacionales que surgen con la Agenda 21, planteada en 1992, para la reducción del riesgo y el desarrollo sustentable (Kappes y col., 2010; 2012). Este término puede ser referido cuando se presenta más de una amenaza relevante en el geosistema (VanWesten y col., 2011; 2013) y estas muestran interacción entre ellas (Gill y Malamud, 2014).  Se han desarrollado diversas investigaciones a nivel mundial, que evalúan las multiamenzas desde enfoques cualitativos y cuantitativos con base a los diferentes factores físico-geográficos y humanos que conforman un sistema social determinado (Marzocchi y col., 2012; Van Westen y col. 2013; Komendantova y col., 2014; Fuchs y col., 2015). En cuanto al Istmo Centroamericano, la evaluación de las multiamenazas es incipiente, a pesar de considerarse como “una zona de multiamenazas” (UNISDR y CEPREDENAC, 2014). Dado este hecho, es importante realizar estudios que evalúen las diversas amenazas que pueden afectar un área en esta región, en función de los agentes determinantes como  los factores físico-geográficos.

 

La subcuenca del río Caldera se localiza en el distrito de Boquete, provincia de Chiriquí, en el suroccidente de Panamá (Figura 1). La formación de la subcuenca del río Caldera está condicionada por la combinación de factores físicos, como la geología, geomorfología, climatología, edafología e hidrografía, que generan una complejidad del sistema físico-geográfico. Como con secuencia de esta complejidad, la subcuenca del río Caldera se ve expuesta a amenazas de origen natural y socionatural. Algunas de las amenazas de origen natural generadas por la configuración física-geográfica y que pueden afectar al sistema social son los sismos, el vulcanismo, las inestabilidades de laderas y las inundaciones. 

 

El presente trabajo tuvo como objetivo caracterizar el sistema físico-geográfico de la subcuenca del río Caldera en Panamá, que genera las multiamenazas naturales que la afectan.

 

MATERIALES Y MÉTODOS

La subcuenca del río Caldera está constituida por un relieve montañoso, con elevaciones superiores a 2 000 msnm y pendientes abruptas (Espinosa y Arriaga-Hurtado, 2014). Según la clasificación climática de KÖPPENGEIGER (Peel y col., 2007), la subcuenca del río Caldera se caracteriza por un clima templado muy húmedo, con precipitaciones durante todo el año, aunque con una marcada disminución en la época seca (Cf). La precipitación es elevada, sobre todo en los meses de la época lluviosa (mayo a noviembre), con una media anual de 3 466 mm/a (Rogelis y col., 2014) y una escorrentía de  2 433 mm/a (VanderWeert, 2009). La población que habita la subcuenca del río Caldera  es de 21 370 habitantes (INEC, 2010).

 

Análisis de la información

 

La primera etapa consistió en un trabajo de campo realizado en el 2012, para delimitar el área de estudio a través de la hoja topográfica de Boquete (IGN, 1993). Se seleccionó la subcuenca del río Caldera por ser la zona de mayor afectación por diversos fenómenos naturales cotidianos y extremos. Se identificaron en campo las coordenadas geográficas del área delimitada, a través de un GPS, y se tomaron fotografías de diversos puntos de afectación por amenazas de origen natural.  

 

En el trabajo de campo se realizó una observación directa de la configuración del espacio estudiado, para identificar las unidades geográficas que conforman el geosistema. Posteriormente, se llevó a cabo una segunda etapa que consideró las unidades geográficas observadas en el trabajo de campo de la primera etapa y se aplicó un análisis sistémico, el cual consistió en identificar los factores y elementos -unidades fundamentales- que conforman un geosistema; se caracterizaron cada uno de ellos y se determinaron sus elementos constitutivos sobre la base de la revisión bibliográfica referente a la ciencia geográfica y sus principales enfoques, como los propuestos por Zinck (1988); Verstappen y col. (1991); Strahler y Strahler (2005); Zinck (2012). En este sentido, se establecieron los elementos a considerar en la geología, tales como tipos litológicos, tectónica y vulcanismo; de la geomorfología, el relieve terrestre y sus modificaciones o geoformas; del suelo, los tipos y clasificación; del clima, la clasificación, temperatura, precipitación, humedad, evapotranspiración y humedad relativa; por último, de la hidrografía, la red fluvial, cauce, caudal y régimen fluvial y la escorrentía.     

 

Con base en la revisión bibliográfica realizada, se desarrolló una tercera etapa, que consistió en otro trabajo de campo (año 2013) en el área delimitada anteriormente (2012). A través de este trabajo de campo se identificó por medio del método directo sobre la base del criterio experto o método heurístico (Soeters y VanWesten, 1996; Castellanos y VanWesten, 2007; Miklin y col., 2009), los principales factores que componen el sistema físico-geográfico de la subcuenca del río Caldera y que originan las multiamenazas naturales existentes, entre los cuales está la geología, geomorfología, climatología, edafología e hidrografía. Se consideró el método directo o método heurístico, porque permite establecer indicadores geológicos, como el afloramiento de basaltos y otros materiales volcánicos, los tipos de fallas existentes; geomorfológicos, como las geoformas y características del terreno; hidrológico, como las características del relieve fluvial, que pueden generar procesos causales de las multiamenazas de la subcuenca del río Caldera, a través de la observación directa y con los criterios establecidos por el experto, dado la falta de información documentada sobre el área de estudio. Utilizando los indicadores señalados, se identificaron en campo las fallas existentes, algunas cicatrices de deslizamientos pasados; a su vez, se detectó la presencia de deslizamientos activos. A partir de estas observaciones, se  determinó incluir el parámetro de pendiente para  establecer el grado de peligro por deslizamiento. En el caso de la amenaza por inundación, se destacan las terrazas de inundación del río Caldera y sus afluentes, además la erosión hídrica  de las pendientes que están en las riberas de los ríos, quebradas y perfiles topográficos que indican el material arrastrado por el río a través de  las inundaciones extremas. 

 

Finalmente, la cuarta y última etapa consistió en  un trabajo de escritorio, que  permitiése analizar la información de campo. Por la relevancia de la sismicidad, en el área de estudio, se generó una curva de amenaza y espectro de amenaza uniforme, con un periodo de retorno de 475 años, en un sitio en el centro de la ciudad de Boquete, con base en el enfoque de PSHA (Probabilistic Seismic Hazard Assessment): evaluación probabilística de amenaza sísmica en América Central, descrito por Benito y col. (2012). Así mismo, se revisaron las bases de datos que registran los  fenómenos geográficos en los ámbitos estudia dos, aportados por Redhum (2008); Desinventar (2013); Desinventar (2014); ETESA (2014); Instituto de Geociencias (2014); IRIS (2014); National Hurricane Center (2014) y USGS (2014). 

 

El análisis cartográfico se realizó recopilando la información existente en formato digital: fotografías aéreas tomadas por el Instituto Geográfico Nacional “Tommy Guardia” en 1977 y 1979; a escalas 1:5 000 y 1:10 000 en Boquete, Panamá. Asimismo, se emplearon capas de datos en formato vectorial y raster para crear mapas a escala 1:50 000, utilizando el programa ESRI, (del inglés Enviromental Systems Research Institute. Arc Map, v10. California). A través del análisis cartográfico se determinó el grado de las pen dientes y las características geomorfológicas de  la zona. 

 

Es importante destacar, que una de las limitantes presentadas durante el estudio fue la falta  de datos suficientes, de los indicadores del sistema físico-geográfico, debido a que se carece de un registro sistematizado de los datos, ya que no existen redes de vigilancia y monitoreo de multiamenazas.

 

RESULTADOS Y DISCUSIÓN

Sistema geológico La subcuenca del río Caldera se ubica sobre el  Bloque de Panamá, que está rodeado por las placas de Cocos al sur y suroeste, el Caribe al noreste, la placa Suramericana y la placa de Nazca al sur. Al sur de la península de Burica, en el sur occidente de Panamá se encuentra el punto triple  de Panamá, donde convergen las placas de Nazca, Cocos y el Bloque de Panamá (Figura 2). Al sur y suroeste de la península de Burica, el Bloque de Panamá es empujado por la convergencia de la boyante Dorsal del Coco (Kellog y Vega, 1995;  Kobayashi y col., 2014). Al este de la península de Burica, en el Golfo de Chiriquí, la Zona de Fractura de Panamá subduce oblicuamente bajo el Bloque de Panamá (Camacho, 2003). Los límites tectónicos principales han sido descritos por Kellog  y Vega (1995), Kolarsky y Mann (1995), Mann y  Kolarsky (1995), Moore y Sender (1995), Morell  y col. (2008), Camacho y col. (2010), entre otros. Estos límites tectónicos generan una alta actividad sísmica en el Bloque de Panamá, caracterizado por sismos superficiales con magnitudes  de hasta 5.7 Mw, que llegan a alcanzar intensidades de VII MM a pocos kilómetros de epicentro. Sin embargo, los sismos que se originan mar afuera, en la zona de subducción, con magnitudes de 7.0 Mw o mayores, no producen intensidades superiores a VI MM en esta zona (White y Harlow, 1993) (Figura 3).  

 

 

La alta actividad sísmica en el Bloque de Panamá ha modificado la forma del relieve en la  provincia de Chiriquí. En consecuencia, en el  área de estudio se evidencian pequeñas fallas activas, principalmente alrededor de la zona de influencia del volcán Barú; estas estructuras  han contribuido a la formación de la subcuenca  del  río Caldera, modificando la forma del relieve y definiendo los cauces de algunos ríos y quebradas. Los estudios de mecanismos focales, de sismos ocurridos en esta área, indican la existencia de fallamiento transcurrente, con planos nodales muy pronunciados, con rumbo ENEOSO y corrimiento lateral izquierdo o rumbo NOSE y corrimiento lateral derecho, similares a los de las fallas de la cadena volcánica de El Salvador  y el centro de Costa Rica (Camacho y col., 2008). Algunas de estas fallas próximas al área de interés han sido cartografiadas y denominadas como Horqueta, Norte Bajo Mono, Jaramillo, así como Quebrada Cenizas, Grande y Quebrada Manuela (Figura 4) (Toral y Ho, 2006; Sherrod y col., 2008; Sánchez, 2009).

 

 

Por otra parte, la actividad volcánica en la provincia de Chiriquí se evidencia por un eje volcánico, que inicia muy cerca de la frontera con Costa Rica, desde el complejo volcánico Colorado Tisingal, dentro de los cuales se presentan algunos aparatos volcánicos del Cuaternario, como los volcanes Colorado, Barú y Hornitos (Camacho, 2009). Por su localización en el área de estudio, se destaca la influencia del volcán Barú, que según expresan Sherrod y col. (2008: 3), es: “potencialmente activo y ha tenido cuatro episodios eruptivos durante los últimos 1 600 años, incluyendo su erupción más reciente hace aproximadamente 400 a 500 años. Desde 1930 se han re portado episodios de enjambres sísmicos, aproximadamente cada 30 años, al sureste del volcán Barú, que duran de 4 a 6 semanas, con magnitudes que no superan los 4.5 Mw, y mecanismos focales, predominantmente transcurrentes. El último enjambre importante ocurrió en mayo de 2006 y causó gran alarma en la población (Camacho, 2009). En consecuencia, a los procesos geológicos derivados del volcán Barú y otras estructuras volcánicas más antiguas, se presentan en la subcuenca del río Caldera diferentes formaciones geológicas, que se identifican en la Figura 4, como la formación Virigua de mayor antigüedad, en la  que se encuentran estructuras volcánicas colapsadas, depósitos de rocas ígneas, como basal tos, lavas, tobas y lahares; la formación Las Lajas, compuesta por depósitos aluviales (cantos  rodados), producto del proceso denudacional de la subcuenca del río Caldera. Finalmente, se encontró la formación Barú, conformada por depósitos de rocas basálticas (cenizas volcánicas y pómez), aglomerados basálticos, tobas, lavas  y materiales laháricos; este tipo de formación  domina el área de estudio (IGN, 1991; Sánchez, 2009 y ANAM, 2011).  

 

Sistema geomorfológico

La subcuenca del río Caldera está enclavada en  la región de montaña de Chiriquí, con elevaciones superiores a los 2 000 msnm (Figura 4), tal es el caso del cerro Horqueta (2 352 msnm), cerro Azul (2 310 msnm), cerro Pata de Macho (2 197 msnm) y otras elevaciones como los cerros El Pianista  (1 600 msnm) y Palo Alto (1 772 msnm). Esta región de montaña a su vez se caracteriza por estar constituida por ambientes geomorfológicos como el ambiente fluvial, el denudacional  y el ambiente volcánico (Tabla 1). En este trabajo, se hará énfasis en el ambiente fluvial; el  cual presenta rasgos de torrente de regiones de montañas. El cauce del río Caldera está conformado por diferentes patrones geomorfológicos, con unidades morfométricas, como las pendientes abruptas y escarpes, además de las morfogenéticas, con geoformas originadas por los procesos orogénicos que levantaron la Cordillera Central, y morfodinámicas, como lo procesos de nudacionales, caracterizado por los deslizamientos, la socavación y erosión hídrica (Tabla 2).  Considerando como criterio de clasificación  la altitud, se puede dividir la subcuenca  del río Caldera de la siguiente manera: la parte alta y media. La primera, ubicada al oeste, presenta en el drenaje un mayor porcentaje de cañones y ríos rectilíneos, con la influencia del volcán Barú, que hace que estos sean clasificados como un drena je radial. A medida que se distancia de la estructura volcánica, el drenaje es de menor pendiente, y el río principal y sus afluentes presentan valles en forma de “V”, con pequeñas terrazas de inundación. En la parte media de la subcuenca se presentan al menos tres terrazas fluviales (Tabla 1), las cuales son ocupadas por la escorrentía  y la carga del río Caldera, cuando hay máximas precipitaciones o condiciones climáticas anormales; en esta parte del río, el cauce se hace trenzado o entrelazado, evidenciando la disminución de cambios en la energía de transporte del  río, formándose unos cauces complejos convergentes y divergentes, separados por barras de  arenas o isletas (Tabla 2). Estos procesos morfo dinámicos indican que el río Caldera está llegan do al estado de equilibrio y busca el desarrollo de un valle de fondo horizontal para discurrir; dicho en otros términos, la fuerza de arrastre de materiales, causa la erosión de las márgenes del río, así como el ensanchamiento de su lecho de inundación (Strahler y Strahler, 2005).   Por debajo de la cota 1 000 msnm, existe un cambio en la forma del drenaje, pasando de cauces en trelazados a otros en forma de cañón. Esto puede deberse a un cambio litológico o al grado de compactación del lahar. Este material de soca vación del río Caldera y sus afluentes es trasladado aguas abajo del río y depositado en sendas planicies aluviales y de inundación (Figura 4).

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Sistema edáfico

Derivado de la composición de las rocas y de los procesos geológicos ocurridos en la región, la  subcuenca del río Caldera presenta suelos de  orígenes volcánicos y sedimentarios. Estos se caracterizan por alta fertilidad, debido a las cenizas volcánicas recientes que lo componen.  También poseen grandes espesores, alta per meabilidad y altos contenidos de materia orgánica. Los suelos de cenizas volcánicas más  recientes, que se evidencian en la subcuenca  del río Caldera, se formaron una vez que los  productos depositados por la última erupción  del volcán Barú fuesen alterados por los agentes exógenos, como la lluvia, la temperatura y  el viento, entre otros. Estos datos coinciden con los estudios realizados por Sánchez (2009),  que con referencia a la taxonomía de suelos  Soil Survey (USDA, 1999), identifica cuatro horizontes en los suelos de la subcuenca del  río Caldera. El primero se denomina epipedón Úmbrico (U), caracterizado por su acidez y su  carácter Ócrico (O), que presentan poco car bono orgánico. El segúndo horizonte se identifica como endopedón Cámbico (C), que es un  horizonte arcilloso. El tercero, es un horizonte  de tipo endopedón Cálcico (Ca), con acumulación de carbonato cálcico o carbonato de magnesio; y el cuarto es  un endopedón Óxico, en el que se  presentan  minerales  insolubles como el cuarzo. A pesar de las características señaladas anteriormente, donde se presentan suelos de gran  espesor y originados a partir de cenizas volcánicas, también se presentan suelos originados a partir del proceso de erosión de las rocas  preexistentes, el cual se relaciona directamente con las pendientes abruptas, el clima y la degradación del medio. Esta erosión natural también es acelerada por la acción antrópica, relaciona da con la sobreexplotación agrícola, turística y  residencial.  

 

Sistema climático

La subcuenca del río Caldera, en cuanto a su clasificación climática, sobre la base de Köppen Geiger (Peel y col., 2007), se caracteriza por  un clima templado muy húmedo con precipitaciones todo el año, aunque con una mar cada disminución en la época seca (Cf). Los  datos de la estación meteorológica Los Naranjos (ETESA, 2014), señalan una temperatura promedio de 20.5 ºC (con variaciones  de ± 2.5 °C), determinadas básicamente por la topografía montañosa, tal y como se señaló  en apartados anteriores. Las temperaturas promedio registradas en la época seca, entre  los meses de enero hasta abril,  presentan una máxima de 31 ºC, y una mínima de 2.8 ºC durante la época lluviosa, en el mes septiembre. 

 

Por otra parte, según la clasificación de Martonne, señalada por Mckay (2000), la subcuenca del río Caldera presenta un clima tropical de montaña en el sector cercano a la Cordillera Central, entre los 900 msnm a 1 100 msnm, y un clima tropical de montaña media y alta, ya que muestra elevaciones superiores a 1 600 msnm. Esto es  un indicativo de que las variaciones de tempera turas están determinadas por el sistema montañoso, especialmente la Cordillera Central, que también determina la precipitación de la subcuenca, sobre todo en la época seca, por la lluvia orográfica que se registra.  En cuanto a la precipitación, la subcuenca del río Caldera presenta, según los datos de la estación meteorológica. Los Naranjos, una media anual de 3 466 mm/a (ETESA, 2014); el mes más lluvioso es octubre y el mes con menor precipitación es febrero, lo cual coincide con las dos épocas climáticas que se desarrollan en Panamá: la época lluviosa y la época seca (UNESCO, 2008). La escorrentía es de 2 433 mm/a según las esimaciones de VanderWeert (2009); la evapotranspiración es de aproximadamente 986.81 mm/a (Sánchez, 2009) y la humedad relativa tiene un promedio anual de 85 % (ETESA, 2014). 

 

En cuanto a los fenómenos atmosféricos, como los ciclones tropicales que se forman cercanos  al área de estudio, no ejercen influencia directa en la subcuenca del río Caldera, sino que la afectan indirectamente. 

 

Sistema hidrográfico

El curso del cauce del río Caldera está determinado en gran medida por la geología, sobre todo por las fallas existentes, tanto en la Quebrada Horqueta, como en la confluencia del río Caldera, Palo Alto y la Quebrada la Zumbona (UP, 1990;  Herrera, 2003; Toral y Ho, 2006; Sherrod y col.,  2008; Sánchez, 2009) (Figura 4).

 

La subcuenca del río Caldera tiene un sistema de drenaje con una sola salida, conectada a la cuenca del río Chiriquí (Figura 1), siendo esta de tipo exorreica; a su vez, su patrón de drenaje es radial, con afluentes que discurren por la ladera norte de la estructura volcánica del Barú, los cuales a portan gran caudal al río Caldera. Dentro de esos afluentes se destacan principalmente los ríos Palo Alto, Palomo y Pianista; así como las quebradas: Horqueta, Taylor, Cristal, La Zumbona, Jara millo, El Velo, Callejón Seco, Cenizas, Aserrío, Grande, y Agustín. El patrón de drenaje tiene forma dendrítica y subparalela en la parte media y sur de la subcuenca del río Caldera.  

 

Con relación al caudal, la subcuenca del río Caldera tiene un promedio de 10.3 m3/s (ETESA, 2009), correspondiente a la escorrentía de 2 433 mm/a (VanderWeert, 2009). Los caudales máximos del río Caldera se presentan en los meses de la épo ca lluviosa, desde el mes de agosto, y continúan  con un aporte significativo en la época seca, hasta el mes de enero. Existen factores meteorológicos del sistema climático que determinan los caudales de los ríos en Panamá y que también influyen directamente en la subcuenca del río Caldera, tales como la temporada de huracanes  en el Atlántico, que no afecta directamente el área, pero si propicia lluvias intensas, los frentes fríos que activan la Zona de Convergencia In tertropical y los sistemas de baja presión, además de las ondas activas del este (ETESA, 2009).  Aunado a estos factores, en la época seca, como  se mencionó anteriormente, se registra la lluvia orográfica o bajareque, influenciada por los vientos alisios del nordeste y la acumulación de  aguasubterránea que aumenta la escorrentía y la  consiguiente carga a la subcuenca, también con tribuyen al aumento del caudal.

 

Multiamenazas

La subcuenca del río Caldera presenta más de  una amenaza asociada a eventos de origen físico-geográfico. Una de las amenazas es la actividad sísmica, generada por el tectonismo que origina las fallas activas en esta subcuenca. Los resultados de la curva de amenaza sísmica y el espectro de amenaza uniforme para el centro de la ciudad de Boquete (Figura 5), indicaron que la aceleración máxima del terreno esperada para esta localidad, con un 90 % de no excedencia en 50 años, es de 350 cm/s2 o gales, evidenciando que la amenaza sísmica para esta región del país es moderada, en comparación con otros centros urbanos de la zona fronteriza Panamá Costa Rica, como las ciudades de David, Concepción y Puerto Armuelles en Panamá; Ciudad Neily y Golfito en Costa Rica (Figura 3).

 

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Otra amenaza es la actividad eruptiva del volcán Barú. Los enjambres sísmicos que se presentan  y el periodo eruptivo, indicaron el alto riesgo volcánico al que se expone el sistema social. Las erupciones pasadas del Barú incidieron en la tipología de las rocas presentes en la subcuenca y la conformación de los afluentes que nacen en las faldas de este volcán, constituyendo canales capaces de encausar los lahares y la lava, en caso  de materializarse la amenaza volcánica. 

 

Una amenaza más, que presenta el área de estudio, es la alta susceptibilidad por inestabilidad de ladera. En el trabajo de campo, realizado en ene ro de 2012, se observaron deslizamientos activos, de los cuales se obtuvo evidencia de escombros y masas de tierra, desprendidas de los cerros y escarpes que están en las márgenes de los a fluentes de la subcuenca del río Caldera y que obstruyeron el libre cauce del sistema fluvial. Esto se comprobó fundamentalmente en la Quebrada La Zumbona y en el río Palo Alto, donde se observó más de 18 deslizamientos activos. Algunos de estos procesos de remoción en masa, han dejado cambios significativos en los diferentes ambientes geomorfológicos de la zona, como lo es la deposición en forma de abanico aluvial, grandes cicatrices de corona en algunos de los cerros de la región, cambios en los patrones de drenaje del río Caldera, y procesos de socavación lateral en los ríos y quebradas de la zona; incluso, se identificaron cambios en la coloración de los sedimentos transportados (Tabla 2). En consecuencia, se determinó el nivel de peligro de los principales eventos por deslizamientos que se han registrado en la subcuenca del río Caldera. Se establecieron parámetros como la pendiente del terreno, la localización del evento, la precipitación y los sismos, debido a la inexistencia de otros datos paramétricos, como el escurrimiento potencial acumulado, formaciones superficiales, uso y cobertura del suelo, que permiten la evaluación de la amenaza y su correspondiente categorización (Tabla 3). Así mismo, los datos evidenciaron que los deslizamientos ocurren por la presencia de rocas meteorizadas y fractura das; suelos de poco espesor o suelos de gran es pesor, susceptibles a la erosión y lixiviación, relacionada a su vez a la elevada escorrentía y la abundante precipitación en la época lluviosa; además de suelos aluviales poco cementados; también influyen las pendientes abruptas de 45º que se presentan desde la cota 3 300 msnm a  1 400 msnm y las fallas existentes.  

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Otra de las amenazas relacionadas con las anteriores, son las inundaciones. Estas constituyen, por su magnitud y frecuencia, una de las principales amenazas que se presentan en la región estudiada y es el fenómeno que ha generado más daños y pérdidas (Rogelis y col., 2014). Las inundaciones se originan por la abundante precipitación pluvial y escorrentía que presenta la subcuenca, generando inundaciones, tanto en la  época seca como en la lluviosa. Se destaca la elevada escorrentía en la época seca, período que comprende los meses que van de diciembre a abril y que según Van-der-Weert (2009), es producto del agua subterránea almacenada durante la época lluviosa que discurre en los meses de época seca, relacionado a su vez con la evapotranspiración real muy baja. Además, se suma la lluvia orográfica que producen los fuertes vientos alisios -conocida por los lugareños como “bajareque o norte”- y que azotan el área desde el mes  de diciembre hasta marzo, y a su  vez el aumento de  la humedad relativa arriba de 97 %, según muestran los datos de la estación Los Naranjos (ETESA, 2014), lo que hace aún más lenta la evapotranspiración (Tabla 4).

 

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CONCLUSIONES

 

La caracterización del sistema físico-geográfico realizada en la subcuenca del río Caldera permitió establecer la existencia de multiamenazas en el área de estudio, así como los factores y elementos naturales que determinan su origen. El tectonismo de la Zona de Fractura de Panamá es uno de los principales agentes detonantes de la sismicidad moderada que se presenta en el área de estudio. El volcán Barú, por ser un volcán activo, es un factor de riesgo que requiere no sólo un monitoreo sísmico, sino también, monitoreos geoquímicos, hidroquímicos, de deformaciones y observación visual. Los elementos del sistema climático, como la precipitación y la escorrentía, combinados con los ambientes geomorfológicos de la subcuenca del río Caldera son los principales determinantes que causan los deslizamientos, aumentan el caudal del sistema fluvial y originan las inundaciones. Estas determinantes identificadas, así como la acción antrópica desarrollada en la localidad, deben ser consideradas al momento de establecer estrategias para reducir el riesgo de desastres, y crear planes de ordenamiento territorial. Los resultados obtenidos pueden ser de particular importancia para el Municipio de Boquete, del cual la subcuenca del río Caldera forma parte integral, en especial al considerar que en 2016, en la República de Panamá, se establecieron acciones de descentralización, otorgando a los municipios más recursos para la gestión local del riesgo a desastres.

 

AGRADECIMIENTOS

 

Agradecemos al Gobierno de México a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores; al Gobierno de Panamá a través de la Secretaría de Ciencia, Tecnología e Innovación y al Instituto para la Formación y Aprovechamiento de Recursos Humanos, por la beca doctoral otorgada a la M.G. Espinosa-Vega. Al Dr. Juan Carlos Arria-Rodríguez, por la dirección de la tesis doctoral.

 

referencias

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