El
engranaje institucional como elemento del enfoque sistemático de la innovación
en Latinoamérica
The institutional gear as an element of
systemic approach to innovation in Latin America
Marisol Borges-Quiñones1*,
Edgar Saucedo-Acosta2
*Correspondencia:
marisol_borges1@hotmail.com/ Fecha de recepción: 19 de agosto de 2016/ Fecha de
aceptación: 9 de enero de 2017
1Universidad Veracruzana, Facultad de Contaduría y
Administración, Paseo los Lagos, Lomas del Estadio S/N, Xalapa, Veracruz, México,
C.P. 91090. 2Universidad Veracruzana, Instituto de Investigaciones y
Estudios Superiores Económicos y Sociales.
RESUMEN
El enfoque
sistémico de la innovación resalta la interrelación de los agentes e
instituciones, sin embargo, no reconoce la complementariedad institucional. El
presente trabajo tuvo como objetivo diseñar y evaluar un indicador del constructo de “engranaje
institucional” como un
elemento que reconoce el impacto que una institución tiene sobre otra en los
procesos de innovación,
así como examinar la relación existente entre el índice de engranaje institucional y el crecimiento económico. Se utilizó el método de regresión lineal, considerando el PIB per cápita de 17 países de América Latina en el
periodo de 1980 a 2014. Se usaron variables como la tasa de actividades empresariales (TAE), que
mide la población involucrada;
el porcentaje de la TAE, que tiene un producto o servicio nuevo; gobierno
efectivo, Estado de derecho, leyes estables; y vínculos
entre universidad-empresa, siendo clasificados como productos e insumos. El diseño del indicador de engranaje institucional resultó adecuado para reconocer la
complementariedad en las instituciones y su papel en
los procesos de innovación, además de confirmar que los países en donde se tiene un mayor índice de engranaje institucional presentan un crecimiento económico superior. Los
resultados muestran que
los países latinoamericanos deben impulsar el engranaje
institucional para fortalecer su sistema nacional de
innovación, y así lograr
un progreso económico sostenido, como el que presentan la mayoría de los países desarrollados (Unión Europea y los
Estados
Unidos).
PALABRAS CLAVE: innovación, enfoque sistémico,
engranaje institucional.
ABSTRACT
The systemic
approach to innovation highlights the interrelationship between actors and institutions, but does not recognize the institutional complementarity. For
that, this paper aims to
design and assess an indicator of “institutional gear” as an element that recognizes the impact that an institution
has over another in the
innovation process, and the relationship between institutional gear index and economic growth. Linear regression was used by
considering GDP per capita of 17 Latin Ame-rican economies for the 1980 to 2014 period. Variables such as the rate
of entrepreneurial activity (REA) which measures population involved,
the percentage of REA that a new product or service has, effective government, state rights, laws and stable links between
university-companies were used. These were classified as outputs and inputs. The institutional gear
design was suitable for recognizing the complementary
between the institutions
and their role in innovation processes, as well as establishing that the countries where they have greater institutional
gear have higher economic
growth. The results show that the Latin American countries must boost the institutional gear to strengthen their
national innovation
systems and thus achieve sustained
economic growth, as that
shown by most of the developed countries (European Union
and the United States).
Keywords: innovation, systemic approach, institutional gear.
INTRODUCCIÓN
La
innovación ha sido estudiada por el enfoque sistémico como un proceso complejo,
que involucra la interrelación entre diversos
agentes y el desarrollo de un marco regulatorio que les brinde seguridad e
incentivos económicos
(Lundvall, 1992b; Freeman, 1993; Nelson, 1993; Dutrénit, 1994; 2009; De-Fuentes y
Dutrénit, 2012). Bajo esta contextualización, las empresas, organizaciones, universidades
y centros de investigación deben interrelacionarse y trabajar de manera
conjunta, compartiendo el conocimiento que les permita desarrollar procesos de
innovación (Lundvall, 1992a; 1992b;
2007; Sarabia-Altamirano, 2016). Sin embargo, en este intercambio de
información, las actitudes oportunistas o desleales pueden hacerse presentes; es por
ello, que las instituciones serán las portadoras de normas, reglas y leyes que moldean y
limitan el comporta miento entre agentes
(North, 1981; 1993; Edquist y Johnson, 1997; Rodrick, 1999; Amable, 2007; Aoki, 2011), disminuyendo
la incertidumbre, y siendo proveedoras de
rendimientos masivos que
motiven y marquen la trayectoria a seguir para realizar invenciones, que al ingresar al mercado, se verán reflejadas en aspectos
económicos de un país, específicamente en su crecimiento
económico.
La
conexión existente entre la innovación, las instituciones y el crecimiento
económico, queda de manifiesto
(List, 1909; Schumpeter, 1984, Freeman, 2002; Wong y col., 2005; Aoki, 2007; Dutrénit, 2009;
Acemoglu y col., 2005a; 2005b; Acemoglu y Robinson, 2013), dando origen al
Sistema Nacional de Innova-
ción,
entendido como un conjunto de instituciones y agentes que se interrelacionan e
intervienen
en los procesos de innovación, y que
forman parte de un sistema colectivo perteneciente a un territorio específico
(Lundvall, 1992b; 2007; Freeman,
1993; Nelson, 1993).
Esta
interrelación e interacción hace posible la distinción de una economía con otra
(Hall y Soskice, 2001; Schneider, 2009), ya que cada una desarrolla un trabajo conjunto
y un marco
institucional diferente, que le permite condicionar sus competencias y
desarrollar su carácter económico.
Para
Acemoglu y Robinson (2013), las instituciones que desarrollan un trabajo
conjunto y encaminado hacia un mismo objetivo, obtienen un crecimiento económico sostenido a largo plazo, dado que,
su relación es complementaria; es decir, el trabajo y la presencia de una institución aumenta la eficiencia de otra (Amable, 2007; Aoki, 2007;
Schneider, 2009;
Aoki, 2011; Aguirre y LoVuolo, 2013). Por ejemplo, un mercado de trabajo
flexible es más eficiente sí los mercados financieros permiten la movilización
rápida de recursos y la creación de nuevas empresas (Amable, 2007: 205). Por tanto, el funcionamiento de una
institución tendrá efectos en otras estructuras, debido al engranaje que
desarrollan entre sí.
No
obstante, la existencia de complementariedad institucional no siempre es
positiva. Fernández y Alfaro (2011), reconocen el aspecto negativo; el cual se
presenta, cuando un arreglo institucional está creado para servir intereses políticos que
favorecen a un número reducido de beneficiarios, quienes tienen el poder de negociación para
crear y modificar las
leyes a su favor, tal panorama describe a las
economías latinoamericanas.
La
mayoría de los indicadores que cuantifican los procesos de innovación y el
entorno institucional están alejados de la realidad en Latinoamérica (Gómez y col., 2015), donde las instituciones trabajan
a favor de un número limitado de individuos, fomentan el desarrollo de monopolios y evitan la entrada
de nuevas
empresas (Hall y Soskice, 2001; Acemoglu y col., 2005a; Schneider, 2009;
Acemoglu y Robinson, 2013); tal panorama se traduce en un alto índice de desempleo y
de empresas
informales, además de generar un ambiente poco favorable para los procesos de innovación y plasmar
la exigua cohesión de sus instituciones.
El
entramado institucional es de suma importancia para los países latinoamericanos,
que a pesar
de estar dispuestos a desarrollar procesos de innovación, no cuentan con las
instituciones que les permitan
ingresar con éxito sus invenciones al mercado y, por consiguiente, lograr un crecimiento económico significativo (Dutrenít, 1994, 2009; Ludvall y Johnson, 1994; Equist y Johnson, 1997; Acemoglu y
Robinson, 2005a; 2013).
El
desarrollar un engranaje institucional fortalecería los sistemas nacionales de
innovación latinoamericanos, además de lograr instituciones más inclusivas
(Acemoglu y Robinson, 2013; Saucedo y Borges, 2016).
A
pesar de que las instituciones son un pilar de los procesos de innovación
(Lundvall, 1992b; Dutrenit, 1994; Freeman, 1993; Edquist y Johnson, 1997), el
enfoque sistémico no considera la complementariedad institucional. Para cubrir dicha limitante, surge
el constructo de engranaje institucional, el cual, se entiende como la
existencia de instituciones que van encaminadas hacia un mismo objetivo y que
impactan de manera positiva en otra institución de menor jerarquía; creando un
círculo virtuoso de enlaces institucionales que se traduce en relaciones de confianza,
que motivan el desarrollo de procesos de innovación, mostrando la creación de
innovaciones y reduciendo los procesos que permiten la entrada de estas al mercado.
Por
tanto, el engranaje institucional tendrá insumos que le permitan trabajar y
generar productos en beneficio de la innovación. Por ejemplo: un país que hace
cumplir sus contratos y derechos de propiedad, tiene una mayor probabilidad de contar
con una población involucrada en actividades empresariales y un porcentaje
mayor de individuos que desarrollan un producto o servicio considerado como
nuevo. Sin embargo, este engranaje institucional
debe estar en mantenimiento permanente (lubricación), ya que las condiciones en donde
se desarrolla se encuentran en constante cambio. Además, para evitar su fricción (mal funcionamiento), las
complementariedades
institucionales deben estar bien cohesionadas
en su trabajo, reconociendo la jerarquía institucional, sus respectivas limitantes y su
capacidad de aplicación (Aoki, 2007, 2011; Amable, 2007; Tippens, 2007; Saucedo
y Borges, 2016).
De
modo que, el enfoque sistémico debe reconocer la complementariedad
institucional, ya que facilita el entendimiento y trabajo conjunto de un marco
jurídico y social, que apoye las tareas realizadas por los agentes económicos
involucrados. Además de reconocer que las instituciones se encuentran
relacionadas
y
que todas pueden ir hacia un camino más inclusivo, logrando así, generar
círculos virtuosos más
grandes (Acemoglu y
Robinson, 2013).
El
objetivo de la presente investigación fue diseñar y calcular un indicador para
el constructo de engranaje institucional, el cual busca incorporar y reconocer
la complementariedad entre las instituciones que intervienen en los procesos de
innovación, así como determinar a través del método de regresión lineal, la
relación directa del engranaje institucional con el crecimiento
económico.
MATERIALES
Y MÉTODOS
Materiales
Las
seis variables a estudiar han sido analizadas para el año 2014 en 17 economías
de América Latina, específicamente Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia,
Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua,
Panamá, Paraguay, Perú, Uruguay y Venezuela.
Para
diseñar el indicador de engranaje institucional se utilizaron seis variables
procedentes de tres bases de datos. De la primera, Global Entrepreneurship
Monitor (2014), se eligieron dos variables:
• Tasa de actividades empresariales
(TAE). Mide la población, involucrada en actividades empresariales, entre
18 y 64
años de edad.
• % TAE. Mide el
porcentaje de la TAE que tiene un producto o servicio considerado como nuevo.
Estas
variables permiten visualizar el interés que tiene una sociedad por la creación
de nuevas empresas, productos o servicios. Además de seguir la línea de otras
investigaciones, que analizan y resaltan el papel esencial que tiene para América Latina,
el contar con una población involucrada en actividades emprendedoras y
empresariales (Wong y col., 2005; Drinfeld y Rubistein, 2011; Palma y Álvarez,
2013; Núñez y Hernández, 2015; Saucedo y Borges, 2016).
De
la segunda base de datos, el Global Innovation Index (2014), se consideró la
relación existente
entre la innovación y el engranaje institucional, por lo
que se analizaron
tres variables:
•
Gobierno efectivo. Mide la aplicación efectiva, formulación e
implementación de políticas.
•
Estado de derecho. Evalúa aspectos como el cumplimiento de contratos y los
derechos de
propiedad.
•
Investigación colaborativa universidad-empresa. Considera el desarrollo de
vínculos de
la universidad-empresa (entornos industriales, clúster, agrupaciones, redes tecnológicas),
relacionadas básicamente, con actividades de investigación y
desarrollo.
El
Global Innovation Index (2014), presenta los resultados del proceso de
innovación de 141 países, clasificándolos de acuerdo al análisis de 81
indicadores. Su publicación es un trabajo conjunto de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, la Universidad
de Cornell
y el Institut Européen d’Administration des Affaires. Resalta a la innovación como un pilar
esencial en el crecimiento y desarrollo económico. Además de ser un indicador
presente en diversos trabajos que miden la innovación en los países
latinoamericanos (Cuervo
y Calderón, 2013; Blanco y col., 2014; Morales,
2015; Saucedo y
Borges, 2016).
De
la tercera base de datos, Rule of Law Index (World Justice Project, 2014), se
obtuvo la variable:
•
Leyes estables. Mide la información oficial, incluidos los proyectos de leyes y
reglamentos,
que se encuentran a disposición del público, así como, la oportunidad de las
personas de
participar en los procesos mediante los cuales se hacen las leyes. Ello, considerando que las
decisiones políticas institucionales son un pilar para mejorar la difusión
de las
innovaciones (Lebel, 2008).
Conjuntamente,
y de acuerdo con los datos publicados en las Penn Tables 8.1 de la Universidad
de Groningen (Feenstra y col., 2015), se utilizó el crecimiento per cápita de 1980 al 2014 de los
países a estudiar, para poder obtener la tasa de crecimiento per cápita promedio anual.
Método
Las
seis variables se distribuyeron en dos grupos:
1.
Insumos del engranaje institucional: gobierno efectivo, Estado de derecho,
Leyes estables. Se consideraron como insumos para el engranaje institucional,
tomando como referencia la noción
de North (1993), de instituciones, quien considera que son las restricciones
formales e informales que moldean
el comportamiento.
2. Productos del engranaje institucional: %
TAE, y la
investigación colaborativa universidad–empresa. Estas variables son el
resultado de que las
instituciones se engranen
de manera correcta.
Un
buen engranaje de las instituciones tiene como resultado mayor innovación,
emprendimiento, y en general destrucción creativa (fenómeno de destrucción de
viejas empresas y modelos de negocios, según la visión Schumpeteriana).
A
partir de la selección de las variables que integrarán los grupos de insumos y
productos (similar
a la metodología que emplea el Global Innovation Index), se procedió a elaborar dos
subíndices de engranaje institucional de la
siguiente manera:
•
La mayoría de las variables estaban determinadas en una escala 0 a 100, la
única que no estaba en dicha escala se normalizó en los valores anteriormente señalados.
•
Se calcularon en ambos subíndices una media ponderada de forma muy similar a la
que se
puede encontrar en la estimación del índice de la brecha de género que
calcula el World Economic Forum (Schwab y col., 2016):
Para cada una de las variables se obtuvo la
desviación estándar de los 17 países. Se dividió 0.01 entre la desviación estándar,
para encontrar
la ponderación que tendría cada una de las variables en el promedio de los subíndices.
Las variables con las mayores desviaciones estándar
fueron las que tuvieron las menores ponderaciones, esto con el objetivo de no
afectar a países que presentaron mucha variabilidad en ciertos aspectos. Por
otro lado, las variables con menores desviaciones estándar fueron las que
presentaron las mayores ponderaciones.
Una vez obtenidas las ponderaciones se calculó una
media ponderada en cada subíndice. La Tabla 1 muestra cómo se calcularon las
ponderaciones del subíndice de insumos de engranaje institucional, donde se
observa que, las variables gobierno efectivo y leyes estables (35 % cada una)
presentaron las mayores ponderaciones, debido a que tuvieron las menores desviaciones
estándar, mientras que la variable Estado de derecho presentó la menor
ponderación, al tener la mayor desviación estándar.
La Tabla 2 muestra
cómo se calcularon las ponderaciones del subíndice de producto de engranaje institucional.
En ella, la variable TAE, que
mide la población involucrada en actividades empresariales, presentó la mayor ponderación (48 %), debido a que tuvo la
menor desviación estándar, mientras que la
variable % TAE, que mide el porcentaje del
nuevo producto o servicio
en la etapa inicial de la actividad empresarial presentó la menor ponderación,
al tener la mayor desviación estándar.
Una vez obtenidos
los dos subíndices, se calculó una media aritmética de ambos valores para la
creación del indicador de engranaje institucional.
Posteriormente, se estimó un modelo de regresión lineal simple para demostrar la relación entre el crecimiento económico y
engranaje institucional. Tal modelo, ha sido aplicado en una diversidad de
investigaciones empíricas (Higinio, 2005; Lebel, 2008; Ortiz y col., 2009;
Crespi y Zuniga, 2012; Galindo y col., 2012; Bolívar y Arreola, 2013) que han
demostrado la relación positiva entre el crecimiento económico
y la innovación.
El modelo
que se corrió
fue el siguiente:
Donde:
CEi =
Crecimiento económico del PIB per cápita de cada uno de los 17 países latinoamericanos en el
periodo 1980 a
2014.
α =
Efecto que se presenta en el crecimiento económico sin considerar el indicador
de engranaje institucional, es decir, si el crecimiento económico
fuera cero.
β1 = Representa
la sensibilidad del crecimiento económico ante cambios en el indicador de
engranaje institucional.
IEI = Índice de engranaje institucional de cada uno de los 17 países latinoamericanos para el año 2014.
Ui es un error idd (independientes e idénticamente distribuidas), se consideran las variables no observables, que muestran la diferencia entre el valor real y el valor estimado por el alfa y el beta.
En esta fórmula
la varianza de los errores no es heterocedástica, los errores no están auto-correlacionados y las
variables independientes
no deben estar correlacionadas con los errores. Se
considera a todos aquellos factores que no son el Engranaje Institucional y que afectan el crecimiento
económico; para ello se elige cualquier punto del valor
real y se calcula el valor estimado menos el
valor real. Se esperaría que el valor de β fuera positivo, debido a que un mejor
engranaje entre las instituciones de una economía
generaría mejores condiciones para la inversión y
la destrucción creativa, y por lo tanto se detonaría el crecimiento
económico.
RESULTADOS
Y DISCUSIÓN
El diseño del
indicador de engranaje institucional, a través del subíndice de insumos de
engranaje institucional (gobierno efectivo, Estado de derecho, Leyes estables)
y del subíndice de productos de engranaje institucional (TAE, % TAE que tiene
un producto o servicio considerado como nuevo, y la investigación colaborativa universidad–empresa),
resultó eficaz para reconocer la complementariedad entre las instituciones y su función en los procesos de
innovación, ya que aquellos países que obtuvieron un mayor índice de engranaje,
se caracterizan por desarrollar un mejor sistema nacional de innovación, en
donde sus agentes e instituciones se encuentran mejor cohesionados, además de desarrollar instituciones con una tendencia más
inclusiva (Dutrenit, 1994;
2009; Acemoglu y Robinson, 2013). El subíndice de insumos de engranaje
institucional brinda el ambiente normativo óptimo para realizar procesos de
innovación, y el subíndice de productos, proporciona el resultado de que las
instituciones trabajen de manera
conjunta y colaborativa.
El ranking de
engranaje institucional para el año 2014 (Figura 1), mostró que Chile es el
país con la mejor posición (0.629 3), seguido de Uruguay (0.464 7), Costa Rica
(0.435 8), México (0.415 2) y Panamá (0.413 0), mientras que los países con la
menor posición fueron Venezuela (0.202 0), Paraguay (0.285 5), Nicaragua (0.298
7), Honduras (0.316 5) y El Salvador (0.329 4). En dicho índice se puede
observar una diferencia de casi 0.17 puntos entre el primero (Chile) y segundo
lugar (Uruguay), y una diferencia de más de 0.40 puntos entre Chile y
Venezuela, país con el menor indicador; este comportamiento es similar al
índice Global de Innovación (2014) y Global Entrepreneurchip Monitor (2014), expuesto
por Contreras y Blanco (2008); Drinfeld y Rubistein (2011); Palma y Álvarez
(2013); Núñez y Hernández
(2015) y Saucedo y Borges (2016), quienes plasmaron a través de su análisis el
liderazgo de Chile y el rezago de Venezuela en los ámbitos de innovación y
emprendimiento.
En relación al
subíndice de insumos de engranaje
institucional de los 17 países analizados (Figura 2), los que obtuvieron el mayor indicador después de Chile
(0.805 8), fueron: Uruguay (0.614 6),
Costa Rica (0.545 5), Panamá (0.531 5) y
México (0.4860). Los países con el menor indicador fueron:
Venezuela, Ecuador, Bolivia, Honduras, Paraguay y Guatemala, con indicadores
que van de 0.119 2 a 0.315 0. En dicho indicador se puede
observar una diferencia de casi 0.20 puntos entre el primero (Chile) y segundo
lugar (Uruguay). Chile, registró una diferencia de más de 0.30 puntos con los
13 países que obtuvieron menor subíndice. Venezuela, ocupó el último lugar, con
una diferencia de 0.68 puntos con respecto
a Chile.
En relación al subíndice de productos de engranaje institucional (Figura 3), Ecuador (0.385 5), Bolivia (0.385 0), Colombia (0.356 3), Guatemala (0.355 0) y México (0.344 3), alcanzaron el mayor indicador, después de Chile (0.452 8), lo que indica que en estos países existen mejores condiciones para el crecimiento económico, ya que cuentan con un mayor % TAE y con mejores vínculos entre la universidad-
empresa, que les
permiten contar con la posibilidad de crear nuevos productos y servicios. Caso contrario se presenta en Paragua (0.257 2), Nicaragua (0.273
9), Venezuela (0.284 8), El Salvador (0.289 2) y Brasil (0.292 9), quienes
se ubicaron con el
menor indicador.
Chile, es el
único país que ocupó el mismo lugar en el índice de engranaje institucional (Figura 1) y en los dos subíndices
(insumos y productos) (Figuras 2 y 3); lo que sugiere que es una nación que trabaja
complementariamente a través de un engranaje institucional correcto, por lo que
obtiene mayores resultados en innovación y emprendimiento. Tomando como
referencia la definición de North (1993), Chile es el
país con las mejores condiciones:
cuenta con un buen Sistema Nacional de Innovación, con agentes e instituciones cohesionados
(Saucedo y Borges, 2016) y con instituciones inclusivas, que brindan un marco regulatorio seguro y
confiable para que se dé el engranaje entre las instituciones formales e
informales.
Uruguay, Costa
Rica, Perú, Argentina, Honduras y Venezuela, se encuentran en la misma posición
del índice de engranaje institucional y subíndice de insumos, segunda, tercera, octava, novena, décimo cuarta y décimo séptima. Los países anteriores no
coinciden en el subíndice de productos,
probablemente porque en la mayoría de estos, aunque
están desarrollando
instituciones más eficientes
socialmente, no existe un engranaje entre ellas que
les permita obtener mejores resultados en la colaboración entre sus agentes
para generar productos de
innovación.
No obstante, es
importante mencionar que las posiciones en el
subíndice de productos varía de dos a siete lugares, lo cual permite visualizar una relación entre los subíndices y el indicador. Específicamente, en el caso
de Honduras, su subíndice de productos está en una mejor posición que su
subíndice de insumos y el indicador de engranaje institucional; una posible
explicación, es que en los últimos años, Honduras se ha preocupado por
fortalecer a los agentes que conforman sus sistemas nacionales de innovación,
pero ha dejado de lado el desarrollo de instituciones más inclusivas, logrando
desarrollar productos en innovación, provenientes de un grupo reducido de
personas.
El diseño del
índice de engranaje institucional para este estudio permitió corroborar que los
países en donde se tiene un mayor índice de engranaje institucional presentaron
mayor crecimiento económico
(Figura 4). Considerando este
contexto, una mejor complementariedad de las
instituciones, es decir, un buen engranaje institucional, propicia que haya destrucción creativa y crecimiento económico, debido a que los agentes económicos encuentran las mejores condiciones
para invertir, y en general para tomar decisiones (North,
1993; Acemoglu y
Robinson, 2013).
En la Tabla 3 se
aprecia que existe una relación positiva en el crecimiento económico y
engranaje institucional, dado que, el valor de beta es positivo y significativo.
Este resultado coincide con la literatura especializada, respecto a la relación
existente en las instituciones y el crecimiento económico. Diversos autores
afirmaron que las instituciones influyen en el crecimiento económico, gracias a que favorecen y proporcionan un ambiente que brinda seguridad a los agentes (North,
1993; Lundvall y Johnson, 1994; Acemoglu y Robinson, 2013).
Los resultados
de este estudio son similares
a lo reportado por Alcorta y Peres (1998), Drinfeld y Rubistein (2011), Galindo
y col., (2012), Palma y Álvarez (2013) y Bolívar y
Arreola (2013), lo que
sugiere que los países latinoamericanos no aprovechan en su totalidad las
oportunidades de su entorno. Las condiciones generadas para elevar las
actividades de innovación no han logrado tener un impacto notorio, además de
excluir a gran parte de la población y contar un marco institucional débil. Por
ello, es necesario reconocer y desarrollar un engranaje institucional, ya que de acuerdo con Lundvall y Johnson (1994): “Los países
no solo deben importar y utilizar tecnologías, sino también instituciones, para
no rezagarse del crecimiento económico internacional y el proceso de
desarrollo”. Aunado a ello, las variables utilizadas para la construcción del
índice de engranaje institucional permitieron extender la línea de investigación que demuestra la relación existente y
positiva entre la innovación, instituciones, emprendi-
miento y
crecimiento económico (Wong y col.,
2005; Contreras y Blanco, 2008; Lebel, 2008; Hasan y Tucci, 2010;
Galindo y col., 2012; Bolívar y Arreola,
2013).
CONCLUSIONES
Los resultados
obtenidos permitieron establecer la importancia de la complementariedad de las
instituciones en los procesos de innovación, encontrándose una relación positiva
entre el crecimiento económico y el engranaje institucional. En este sentido,
Chile resultó ser el país que obtuvo un mayor indicador de engranaje
institucional, y de igual forma, tiene la posición más alta en el subíndice de
productos y de insumos. Caso contrario se presentó en Venezuela, al ser el país
con la posición más baja en el índice de engranaje institucional y subíndice de
insumos de engranaje institucional; las economías con mayor índice de engranaje
se caracterizan por desarrollar un mejor sistema nacional de innovación, en
donde sus agentes e instituciones se encuentran mejor
cohesionados, además de desarrollar instituciones con una tendencia más
inclusiva. Es indispensable que los países latinoamericanos desarrollen las
acciones necesarias para impulsar un engranaje institucional que les permita
fortalecer su sistema nacional de innovación y lograr un crecimiento económico
sostenido, como el que muestran la mayoría de los países desarrollados (Unión Europea y los Estados Unidos). El indicador de
engranaje institucional puede ser calculado para otras regiones del mundo, lo
cual abre nuevas líneas
de investigación para analizar su relación con el crecimiento económico de otros países.
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